capítulo 24. final

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Antes que nada, muchas gracias por todo el apoyo que he recibido a lo largo de la historia. Sé que quizás no parezca mucho, pero para ser mi primera historia... En fin, no espera tener ni cien vistas jaja.
Lo dicho, me alegro de que disfrutéis leyéndome, aquí tenéis el último capítulo del fanfic :')
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(Harry's POV)

-¡Papá! Despierta, voy a llegar tarde a mi primer día en Hogwarts- exclamaba una aguda voz.

-Eso papá, que papi se va a enfadar- tarareaba una voz femenina.

-¿Huh?- murmuré con los ojos cerrados.

-Papá... Date prisa y levántate que el desayuno está hecho- reprochó otra dulce voz infantil.

-Harry... Serás vago... ¡Levántate de una vez!- exigió una voz más bien grave.

-Mmhm... Solo si venís a darme un abrazo.

Instantes después noté los brazos de Draco rodearme cálidamente, y más tarde, los de Lily, James, y Albus.

-Venga cielo, arriba. Hay que llevarlos al andén.

Tras media frenética hora de gritos, estrés e inconveniencias de último momento, salimos de casa.

Los niños corrían delante, y Lily dormía en mis brazos. Draco repiqueteaba con nerviosismo sus dedos contra los míos.

-¡Albus, no corras, te vas a caer!

Realmente era un padre ejemplar. Protegía a nuestros hijos con su vida, y los educaba con una ternura y amor impresionantes. A veces llegaba a sentirme celoso de su relación con ellos.

-¿Qué pasa James, cariño? Ven, que te lo arreglo.

Estaba claro que la memoria de su padre lo perseguía, y sentía la necesidad de cuidar a su hijos como no le habían cuidado a él.

//Flashback//

Eran probablemente las cuatro de la madrugada cuando unos ruidos me despertaron. Provenían del otro lado de la cama, por lo que susurré aún somnoliento:

-Joder Draco, ya sabes que he tenido un día largo en el trabajo, al menos déjame descansar, ¿Qué estás haciendo?

Espere por una respuesta, pero no la obtuve. Despegué la oreja de la almohada, y entonces, al agudizar mi oído, distinguí el sonido: eran sollozos.

Me incorporé abruptamente y posé mi mano sobre su hombro.

-Eh, ¿Por qué lloras, cielo?

Seguía sin contestar, por lo que giré para verle la cara; era una pesadilla.

-No, por favor... Seré mejor hijo- alcancé a escuchar.

Lo sacudí, hasta que se irguió. Respiraba agitadamente, y no paraba de temblar. Con rapidez, abrió los ojos y exhaló.

-Harry... Ayuda- suplicó sumido en la repentina angustia.

Verlo así de vulnerable me producía un nudo en el estómago, y como ya era costumbre, la necesidad de protegerlo.

-Estoy aquí; no te preocupes. Te tengo, todo está bien- aseguré mientras le acariciaba la espalda con el pulgar.

Poco a poco, su pecho comenzó a subir y bajar con más delicadeza.
Sin embargo, él seguía llorando, hasta el punto de empapar su camiseta por las lágrimas saladas.

-¿Siempre va a darme miedo, aún estando muerto?- preguntó inocentemente, sonándose la nariz.

-Quién sabe... Igual sí, igual no. Lo que sí sé es que pase lo que pase estás a salvo, y conmigo. Tienes una familia y amigos en los que respaldarte, no te falta nada.

Lo trate de reconfortar con suavidad.

-¿Sabes por qué me comporto tan... Distinto con los niños?

Negué con la cabeza, esperando una aclaración.

-No quiero que ellos no tengan un padre que los cuide y los quiera. No podría vivir sabiendo que un hijo mío me tiene miedo. No voy a dejar que se repita la historia.

Suspiré y pegué su rostro contra mi pecho, en un intento de acompasar nuestras respiraciones.

-Draco, los niños te adoran. No te preocupes por eso. Debes relajarte...

-Lo sé... Es solo que tener algo que perder me da ansiedad... ¿Tú no te irás nunca verdad?- cuestionó estirando de mi pijama.

-No pretendía irme a ningún lado sin ti, jamás.

Mecido por aquellas palabras, volvió a caer en brazos de Morfeo, abandonándome con mis pensamientos.

"Yo te cuidaré Draco" dije para mi mismo antes de hundirme en un profundo sueño.

//Fin del flashback//

Llegaron a la estación, y se juntaron con sus amigos.

Todos sonreían con entusiasmo, ahora la vuelta a Hogwarts era distinta. Ellos ya no llevaban las túnicas. Ya no eran la empollona, el comilón, el obsesionado de la botánica o la lunática. Aunque de cierta manera siempre lo serían.
Ya eran adultos, con trabajo, familia e hijos.

Los niños salieron corriendo hacia el tren, emocionados por su primer año en Hogwarts.

Sin remordimiento alguno, libres y felices; como debía ser.

Draco apretó la mano de Harry, y le tendió una cálida sonrisa.

-¿Estarán bien?
-Son nuestros hijos, volverán a casa gobernando el instituto- bromeó dándole un tierno beso.

Era un día cálido, y todos charlaban alegremente en una esquina. La pareja se apartó para pasear y ver otras caras familiares.

Ambos estaban siendo arrastrados por la nostalgia.

-Como pasa el tiempo, ¿No, Potter?
-Y que lo digas, Malfoy.

El tren arrancó, causando un ruido de impresión. Los niños saltaban contra las ventanas sacudiendo su pequeñas manos y buscando a sus padres. Con la mirada, encontraron a los suyos.

Les sonrieron, lanzándoles besos. Ahora les tocaba a ellos vivir su aventura.

Aún con la vista fijada en sus hijos, Harry murmuró feliz:

-Toda una vida a tu lado.

Draco esbozó otra sonrisa, y revolvió el pelo del moreno.

-Y lo que nos queda.

Tú {𝙙𝙧𝙖𝙧𝙧𝙮}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora