Yang parte 5

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Eran cerca de las 10 de la noche, el ambiente estaba tenso desde que el par de rubias llegaron a la casa. Ninguna había dicho palabra alguna. El sitio parecía tan muerto, muebles cubiertos de polvo y las esquinas llenas de telarañas. La casa solo limpiaba una vez al año en el cumple años de Yang, Ruby insistía en tener todo limpio para la fiesta sorpresa así que la familia Schnee Rose llegaba desde temprano para el aseo. Sin embargo el resto del año el lugar solo juntaba polvo y malos recuerdos. Las únicas habitaciones de la casa que parecían recibir mas atención eran el baño y la cocina, siendo esta ultima donde Yang acompañaba en un absurdo silencio a su huésped. La había invitado sin considerar nada, su refrigerador estaba casi vació y el lugar era un desastre, casi se podría asegurar que nadie vivía ahí pero ella lo hacia y por primera vez estaba apenada de ello. 

La verdad es que esa parte impulsiva que tantos problemas le causo de joven aun no desaparecía, y aunque ahora enfrentaba malas decisiones financieras o comer comida de dudosa procedencia en vez de pelear contra tipos malos a los que había hecho enojar, en muchas de las ocasiones seguía siendo a causa de no pensar las cosas ni una sola vez. Y hora nuevamente se enfrentaba a una difícil circunstancia por actuar antes de pensar, pero esta era una bastante mas particular, aun no comprendía en que pensaba al llevarla a su "hogar", sabia en que pensaba, ayudar, pero como pudo concebir que podría ayudar a una persona necesitada ella quien llevaba una vida tan deplorable. 

Desde que se separo de sus amigos su vida fue cayendo hasta estar en lo mas bajo y aunque consiguió levantarse un poco y ganar algo de estabilidad su forma de pasar el día era muy cuestionable. Trabaja de forma decente en el taller pero su tiempo libre era desperdiciado en lamentarse o tomar, alguien que conociera la historia de su familia afirmaría sin lugar a dudas que Yang había adoptado las peores características de sus figuras paternas, una completa indiferencia hacia la vida en sus momentos de crisis y su preocupante gusto por el alcohol en especial cuando se sentía bajo presión. 

Pero nada de eso importaba las acciones estaban hechas y ahora solo quedaba asumir las consecuencias. Sin duda Yang no era la mejor para ofrecer consuelo o una palabras de animo así que por lo menos debía brindarle algo segura. Una comida y una cama para pasar la noche eran las mejores opciones por las que podía ir con eso en mente se puso manos a la obra.

-¿Quieres cenar?

Dijo Yang rompiendo el silencio por primera vez desde que llegaron.

-Si.

La respuesta fue tajante y mas desilusionada de lo que esperaba pero  estaba conforme de que la niña volviera a hablar pues le angustio su prolongado silencio desde la partida del taller. 

Si, había poca comida en el refrigerador pues Yang solía comer fuera de casa y eso también empobrecía sus habilidades culinarias pero la ex cazadora podía hacerlo si era necesario. Tomo algunos huevos y trozo de una extraña bola que parecía ser carne, encendió la estufa y se puso a freírlo todo. Una comida modesta si, pero confiaba en que su escaso sazón sería suficiente para complacer a la comensal. Su abrumadora confianza la sacó de mas de una mala pasada y a diferencia de sus malas cualidades, esta herencia se la atribuía a su madre, su verdadera madre, Summer Rose quien le enseño que sin importar que no sepas hacerlo algo a la perfección hacerlo a tu modo es lo mejor que puedes hacer.

El positivismo y la confianza estaban bien pero no siempre eran suficiente. Los huevos una vez terminados tenían la consistencia de unos huevos revueltos si pero su color era casi en su totalidad negro y el vivo rojo de la ¿carne? no ayudaba a que fuera mas apetecible. Yang los observo un momento dudosa pero luego dijo cantarinamente.

-Están listos.

Tomo una plato y los sirvió a la mesa como si de un platillo gourment se tratara. Orgullosa de su trabajo se sentó a la mesa justo enfrente de la joven que ahora degustaría su platillo y espero por su respuesta. Amara tomo la cuchara que se le había entregado algo dudosa, probablemente no acostumbraba comer con cubiertos dada su situación pero parecía saber ocupar el utensilio. La tensión se palpaba en el aire antes del primer bocado, el silencio tomo control de la casa otra vez y mientras Yang miraba atentamente los movimientos de Amara esta ultima miraba su comida hasta que la introdujo en su boca, la mastico un poco y después la tragó.

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