La hija de Aizawa sensei. (Todoroki Shoto & Tu)

¿Quien..

Narra Hikari.
No sé dónde me encuentro, cuando desperté estaba acostada en el agua y me puse a caminar sin rumbo alguno, todo era frío, oscuridad y agua...tengo miedo, quiero salir de aquí. Seguí caminando buscando alguna luz u otra cosa que me ayude a salir de este sitio hasta que escuche una voz lejana que me llamaba, corrí acercándome a la voz ... ERA SHOTO!!

~Amor...~

—Sho! Dónde estás?! Me escuchas?!

~...Por favor despierta...~

—Despertar? -un espejo apareció frente a mí mostrándome a Shoto al lado de una camilla sosteniendo la mano de una chica.

~...no sabes cuanta falta me has hecho estas semanas princesa...~

—Princesa, así me llamas a mí -el espejo me mostró a la chica ¡era yo!- pero qué diablos?!

~...Todos estamos mal por tu ausencia así que por favor vuelve con nosotros, yo sé que eres fuerte y que pronto estarás a mi lado...~

—Shoto quiero despertar pero no sé cómo, quiero estar a tu lado y que me abraces como solo tú lo sabes hacer. Esto solo es un sueño!!! Necesito salir de este lugar!!

~...sensei? Que le pasa?..~-mire el espejo ¡mi padre también está aquí! ¡Papá ayúdame a a salir de aquí!

~....No lo sé!! Enfermeros!!!...~- ambos sonaban aterrados.

Golpe el espejo tratando de que ellos lograran escucharme pero nada, de repente este desapareció dejándome nuevamente sumergida en la oscuridad.

—Quieres volver no es así? -Una silueta se hizo presente.

—Quién eres?! Muéstrate!!

—No me reconoces pequeña?

Una mujer rubia, de mediana edad ni muy alta ni muy baja apareció ante mí.

—Ma...má?

—Hola mi pequeña luz.

—Mamá!!!! -corrí hacia la mujer y la abrace como nunca.

—Mi niña. -ella acariciaba mi pelo.

—Te eh echado mucho de menos -mire sus ojos iguales a los míos- tengo tanto que contarte.

—Lo sé pequeña.

Mi madre es una mujer hermosa su pelo rubio como el oro, ojos celestes como el cielo despejado de verano, piel de porcelana, un lunar debajo del ojo izquierdo igual que yo y muy pocas pecas que adornaban sus pómulos; su voz es suave y dulce tal como recordaba, su sonrisa tan deslumbrante y al sonreír sus ojos se achinan.

Ambas caminamos enganchando nuestros brazos, el lugar se transformó en un valle con distintas flores de diversos colores, un río y mucho árboles era simplemente hermoso, este lugar se parecía a dónde íbamos de vacaciones con mis padres cuando era pequeña, el lugar donde se encontraba la tumba de mi madre.

Nos sentamos en el pasto y conversamos de todo lo que nos perdimos en estos años; los estudios que hice en casa porque sufría de bullying, las recaídas que tuve, la primera vez que me llegó Andrés y mi padre no sabía qué hacer, los entrenamientos que hacía, cuando adoptamos a Killer, las cosas que me gusta hacer, mi ingreso a la UA, los amigos que hice y con los que me reencontré, el ataque de los villanos en la USJ, las pasantías con Mr.Shadow, el festival deportivo, mi control sobre mis koseis, las actividades que hago con papá y con el tío Toshinori también cosas personales de ellos, mi noviazgo con mi lindo bicolor. Era tan cálido hablar con mi madre escuchar su voz, sus caricias como cuando era niña, el aroma que emanaba, definitivamente eran cosas que extrañaba de ella.