Los que mantendrían su acucioso interés y continuarían investigando sobre la Revolución y sus antecedentes serían los historiadores extranjeros. Éste es el caso de Karl B. Koth, quien escribiría: “Not a Mutiny but a Revolution: The Río Blanco Labor Dispute, 1906-1907” (1993) y “Madero, Dehesa y el cientificismo: el problema de la sucesión guberna-
mental en Veracruz, 1911-1913” (1996); finalmente, en años más recientes, concluiría su libro Waking the Dictator. Veracruz, the Strugle for Federalism,
and the Mexican Revolution, 1870-1927 (2002). Eitan Ginzberg también nos ofrecería tres sugerentes contribuciones: “Ideología, política y la cuestión
de las prioridades: Lázaro Cárdenas y Adalberto Tejeda 1928-1934”
(1997), “Formación de la infraestructura política para una reforma agraria radical: Adalberto Tejeda y la cuestión municipal en Veracruz, 1928-1932”
(2000) y “State Agrarianism Versus Democratic Agrarianism: Adalberto Tejeda’s Experiment in Veracruz, 1928-1932” (1998). A estas aportacio-
nes habría que añadir el libro de Andrew Wood: Revolution in the Street:
Women, Workers, and Urban Protest in Veracruz, 1870-1927 (2001).
Un año después, ya como fruto de un autor mexicano, se publicaría otro volumen
sobre los conflictos sociales en Veracruz, Sociedad en crisis: Veracruz 1922,
de Rogelio de la Mora (Universidad Veracruzana, 2002).
Entre la nueva hornada de historiadores veracruzanos que se venían
formando en el estado, y luego en varios casos migraban para realizar estudios de posgrado, permanecería latente el interés por el tema. Esto lo demuestra la ininterrumpida producción de tesis desde los años ochenta, que si no abordaban directamente el tópico como objeto
central de su investigación, al menos en diversos capítulos de sus investigaciones participarían en la discusión de los impactos del movimiento
revolucionario en el estado, y lo que esto implicó para la organización y la lucha de los trabajadores urbanos y para las movilizaciones campesinas.6 A ellos habría que sumar las diferentes tesis de posgrado que se han
presentado en universidades o instituciones especializadas del extranjero,
como la Universidad de Harvard o la New School for Social Research.7
El conjunto de estos textos sin duda nos permite confirmar lo que se ha venido sosteniendo acerca de que cada región tiene su propia historia, su
propia guerra y Revolución, así como sus personajes particulares y sus movimientos. 8Como se puede desprender de lo hasta aquí dicho, con la concurrencia de historiadores veracruzanos y de investigadores de otras ciudades del territorio nacional, particularmente de la capital del país, y con el esfuerzo de académicos extranjeros, la cosecha de frutos no es escasa. Es
mucho lo que falta por hacer, pero lo alcanzado es variado, bastante útil y significativo. De ahí que sea posible elaborar una antología de textos
publicados a partir de los años ochenta, escritos por historiadores de diferentes escuelas, distintas nacionalidades, y que cubren un periodo que va
desde el Porfiriato hasta los años treinta.
La antología que presentamos está integrada por trece ensayos, y viene dividida en tres apartados que coinciden en líneas generales con
igual número de periodos cronológicos. El primero corresponde al Porfiriato, el segundo al maderismo y a la etapa de la lucha de los constitucionalistas, y el tercero se centra sobre todo en la tercera década del siglo y concluye con un ensayo sobre los años alrededor de la nacionalización del
petróleo. Los artículos vienen acompañados de una selección de imágenes, comenzadas a recopilar desde fines de la década de 1980, y que se
encuentran depositadas, una parte importante de ellas, en el archivo General del Estado de Veracruz. A ellas se agregaron fotografías de otros
acervos nacionales y locales. Como complemento indispensable se presenta al final una bibliografía sobre la revolución en la entidad. Esperando
que cumpla su objetivo de ofrecer un primer acercamiento panorámico sobre lo que ocurrió en Veracruz durante la Revolución mexicana y las
diferentes visiones que han dado los historiadores sobre el periodo, presentamos a los lectores este volumen. Ojalá y sirva para ampliar el cono-
cimiento de las nuevas generaciones veracruzanas, de una etapa muy invocada pero en realidad muy poco entendida, y a veces hasta desconocida.
Además, sus coordinadores se sentirían satisfechos si también sirviera para provocar y estimular nuevas investigaciones sobre ese importante fenómeno que sin duda impactó todo el desarrollo del siglo XX veracruzano.