El libro inicia con tres aportaciones sobre el periodo conocido como el Porfiriato. La primera de ellas es un abarcador ensayo de Karl B. Koth, quien nos da una radiografía del funcionamiento de la política en el estado de Veracruz a través del examen de la gubernatura de dos prominentes veracruzanos: Juan de la Luz Enríquez y Teodoro A. Dehesa. Al mismo tiempo nos ofrece un vívido retrato del dinámico crecimiento económico y demográfico que experimentó el estado, y concluye con un examen de las consecuencias sociales de la modernización a marchas forzadas que experimentaría la entidad a partir del último tercio del siglo XIX. El autor demuestra un especial interés en estudiar la cuestión agraria y la violenta conclusión que tuvo en Papantla. Este ensayo de apertura viene acompañado por sendos textos sobre dos conmociones sociales que estallaron en Veracruz y que de alguna manera constituyeron el preludio de la intensa agitación social y política que se viviría en la entidad con el arribo del maderismo. El primero de ellos se concentra en el sur del estado y reconstruye puntualmente el levantamiento indígena y campesino de Acayucan de 1906. Esta insurrección agraria, que fue catalizada por los esfuerzos de los militantes del Partido Liberal Mexicano, viene nuevamente reexaminada no sólo atendiendo a los testimonios de los alzados, sino también acudiendo a fuentes a través de las cuales es posible recuperar la voz de los partidarios de Porfirio Díaz en la región. Alfredo Delgado Calderón, el autor, aborda el problema desde una perspectiva de largo plazo, al mismo tiempo que analiza las diferentes variables que se combinaron para que el levantamiento surgiera y se convirtiera Acayucan en una de las cunas de la revolución. La revuelta obrera del Río Blanco, llamada así porque involucró a los trabajadores textiles de las distintas fábricas instaladas en la cuenca del río de tal nombre, no podría faltar en un volumen antológico de la Revolución en Veracruz. Se seleccionó un acercamiento narrativo que intentara recrear los abigarrados acontecimientos que ocurrieron en la agitada mañana del 7 de enero de 1907. Su autor, Bernardo García Díaz, utilizó lo mismo fuentes primarias y hemerográficas que diversos testimonios para buscar dar una descripción pormenorizada de esta efeméride central no sólo de la historia veracruzana sino del pasado del proletariado industrial de México.
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El ferrocarril fue un elemento esencial en la modernización del estado de Veracruz. Permitió traer maquinaria y materias primas, hizo posible sacar los frutos y productos elaborados de la entidad y contribuyó a las migraciones internas que enriquecieron la demografía del escasamente poblado Veracruz. En la imagen, trabajadores ferroviarios de la Casa Redonda de Orizaba
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En 1896 se fundaría la Cervecería Moctezuma que marcó el despegue de la moderna industria cervecera en el estado. Hubo inversión francesa, pero más importante fue la presencia alemana tanto en la aportación del capital como en la implantación y desarrollo de la tradición cervecera germana y centroeuropea.
