La amistad es un pilar, ¿no?

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Tomé la mano de la chica y la arrastré lejos de ahí a todo lo que me daban las piernas. Un acto cobarde, peor es lo único que pude hacer. Y agradecí que el deportista no hubiese corrido tras nosotras, porque ciertamente no estoy segura de si podría superarlo en cuanto a velocidad.

No sabía hacia dónde iba, pero a penas vi un armario de limpieza entré ahí. Le hice una seña a mi cómplice para que no hiciera ruido. Pero por supuesto mi teléfono sonó en ese momento.

—Haru, ya tenemos que irnos.— Era la voz de Kageyama.— Fui a buscarte a la enfermería y no te vi, tampoco estaba el enfermero para preguntarle, ¿dónde estás?

—Ah, Kageyama.— Susurré.— Dile a Takeda-sensei que voy enseguida, tuve que ir urgentemente a donde él ya sabe.

—¿Por qué susurras? ¿Dé que hablas?

—Tu solo dile.— Y me apresuré a colgar porque la de ojos pardos hace un rato estaba intentando llamar mi atención alarmada.— ¿Qué pasa?

—Dejé la bolsa en el baño.— Confesó.

—Porfavor comienza a reírte y dime que es una broma.

Lamentablemente no se rió. Suspiré ya cansada y dejé deslizar mi espalda contra la pared hasta llegar al suelo. Levanté la mirada encontrándome con la mirada de culpabilidad de ella. Negué dándole a conocer que no era su culpa nada de lo que sucedía, no tenía caso que se sienta mal.

—Lo siento en serio (T/N).— Su voz temblaba.

—No es tu culpa Minami-chan.— Le di una sonrisa cansada.

Estaba siendo un día agotador en todos los sentidos.

—Soy una tonta, en serio quería que puedas jugar.— Unas lágrimas cayeron de sus ojitos.

Es cierto, ella era prácticamente una desconocida y se atrevió a tomar muchos riesgos por mí, desde el primer momento me dio una sonrisa cálida. No había tenido tiempo de analizarlo antes.

La curiosidad me ganó.

—¿Por qué te tomas tantas molestias por mi?.— Corté el silencio.

—P-porque quería que logres jugar.

—¿Eso es todo?.— No lo creía.— No quiero ser grosera pero, ¿quién se toma tantas molestias por un desconocido?

No contestó, solo suspiró y comenzó a desvestirse de la cintura para arriba quedando solo en sujetador. Por un momento no supe como reaccionar, estaba confundida y sorprendida, pero esos sentimientos se fueron cuando se volteó dándome la espalda.

Dejándome ver una gran cicatriz sobre casi la mitad de su columna vertebral. Esta parecía ya haber sanado por completo, pero sin duda hubo algo grande detrás de esa marca.

—Hace dos años me encontraron un tumor óseo en la columna.— Comenzó a hablar.— Había consumido una vértebra por completo y la mitad de otra, un simple golpe me hubiese colapsado la columna y yo no estaría caminando.— Un sollozo salió de sus labios.— Gracias a Dios era benigno, lo extirparon… y con él la vértebra y media.— Continuó, mientras que no podía hacer nada más que escuchar atentamente.— La recuperación fue lenta y dolorosa, hablando psicológicamente terminé hecha mierda.— Me sorprendí por su tono, ya no expresaba tristeza, sino ira.— Llegué a contemplar la última opción, pero resistí, aún cuando ya no podía más.— Ella se volteó dejándome ver su triste sonrisa acompañada de lágrimas bañando su rostro. Es la imagen más triste que había visto.— Yo quería jugar voleibol como tú, era mi sueño. A algunos puede parecerle estúpido, pero era mi sueño.— Comenzó a cubrirse con sus prendas.— Estuve tan rota cuando el médico dijo que jamás podría tener una vida normal. Yo no podría cumplir mi sueño.

《I N F I L T R A D A》★(T/n) X Haikyuu★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora