Paranormal

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Mis shorts eran de un tono gris oscuro, pero eso no evitaba que la gran mancha de sangre destacara en mi trasero. Siempre pensé que era una gran fortuna no sentir dolor en el proceso o que lo sintiera bajar, pero claramente hoy el universo me demostró lo contrario.

No sabía qué hacer, ese chico me había descubierto y la mancha no pasaría desapercibida para mis amigos. ¿Qué iba a decirles? 

"¡Amigos, no me lo van a creer pero me senté en un clavo!"

Definitivamente no era una buena excusa.

—¿Eres del Karasuno, no?— El desconocido rompió el silencio señalando mi camiseta con el nombre de la institución.

—No…— Era una tontería negarlo con las pruebas en mi contra, pero mi cerebro estaba en pánico.

—Oye.— Se acercó en un suspiro.— Dejemos eso para luego, vi una pequeña tienda unas calles más atrás. Podrás comprar lo que necesites y seguramente te dejarán usar el baño.— Acabó por sonreírme con amabilidad.

No sé quién rayos sea este chico pero por ahora me parece un ángel caído del cielo.

Comenzó a andar de junto a mí, íbamos en silencio lo cual me parecía incómodo considerando la situación en la que estábamos, pero de igual forma no es como si deseara tener que entablar una conversación.

Al llegar al negocio me aseguré de que Hinata no estuviese porque ya no me fío ni un poco de mi mala suerte. Gracias al cielo no estaba y prácticamente volé hasta el pasillo de aseo personal.

Ahora tenía un nuevo dilema. Normalmente uso la copa menstrual, nunca he usado un tampón y no quiero arriesgarme a ponérmelo mal, por lo que mi mejor opción era una toallita higiénica. Pero sólo necesitaba una, ¿qué haría con todo el paquete?

Aún así tomé uno de ocho unidades y fui a pagar, hasta que… recordé que no tengo dinero. Inmediatamente se me escapó un puchero porque en serio tengo muy mala suerte, quizás la vieja de mi madre me hacía brujería.

—¿Pasa algo?— El chico alto se aproximó nuevamente al ver que iba a dejarlas en el estante nuevamente.

—No, no importa.— Intenté bajar más mi camiseta para cubrirme el culo y la entrepierna.

—No tienes dinero.— Adivinó con rapidez.— Que problema.— Volvió a darme esa sonrisa gatuna en lo que tomaba las compresas y se dirigía a la anciana atendiendo.— Esto por favor, ¿y podría dejarle el baño?— Me señaló por sobre el hombro tras buscar su billetera en el bolso deportivo.

—¿Hmm?— La mujer se acomodó los lentes intentando verme mejor, y es que claro, ella debía pensar que era un chico por mi apariencia.— Por supuesto.— Accedió sin reparar más en el tema.

—Aquí tienes.— Me entregó nuevamente la bolsa con la compra.

Con algo de pena la tomé y me apresuré a llegar hasta el baño al fondo de la tienda. Allí recién me permití entrar en pánico porque a pesar de que me había ayudado, ese chico aún esperaba una explicación.

Me acomodé la toallita lo mejor que pude mientras pedía al universo que no se me vaya a mover al hacer deporte, aunque prácticamente ya estamos acabando el entrenamiento por hoy. Subí mis sexys calzones de chat noir y me dispuse a salir.

—Ten.— Aquel chico me tendió una chocolatina.— No sé muy bien qué hacer, ¿necesitas comprar algo más?

—No, con esto basta.— Finalmente sonreí un poco más relajada.— Muchas gracias, ehh…

—Kuroo Tetsuro, tercer año.— Me tendió la mano y se la recibí.

—Daigo Haru, oh bueno…— Bajé la mirada avergonzada porque supongo que era obvio que no era mi verdadero nombre.— Primer año.

《I N F I L T R A D A》★(T/n) X Haikyuu★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora