Tu calor.
Las noches frías no le gustaban en absoluto, sobre todo porque las temperaturas bajas hacían que sus hermosas rosas se marchitaran y porque a pesar de ser un guerrero, su cuerpo no soportaba el frió y se enfermaba muy seguido cuando llegaba el invierno.
Había decidio ivernar hasta que la primavera se anunciara pero para su desgracia eso no podía ser posible, tenía deberes que cumplir y la mayoría de ellos tenía que ver con las rondas de vigilancia alrededor del santuario y en las aldeas aledañas a este, solo cuestión de estrategia en caso de guerra.
Estaba regresando de su ultima ronda, el sol ya se había ocultado hace mas de dos horas y el aire que ahora chocaba co su rostro lo hacia temblar, la armadura no le ayudaba en nada, el metal era frio y aunque siempre podía entrar en calor usando su cosmos, eso le parecía un desperdicio.
Sus pasos se detuvieron por un instante, estaba ahora frente a la casa de Aries, suspiro dirigiendo su mirada a las casas siguientes, maldita la suerte que tenía, era una pena que la casa que resguardaba fuera la última, escaleras y mas escaleras, solamente podía haber eso, escaleras; soltó un suspiro, si no apresuraba el paso seguro se le haría una eternidad caminar hasta piscis.
Sus pies chocando con el suelo hacían el sonido común que todos conocen, unos pasos subiendo escaleras, pero sus pasos eran inconfundibles, cada uno tenia un estilo diferente al caminar y el de él no era la excepción, obtuvo permiso para atravesar tanto la primera como la segunda casa, sus guardianes eran los mas amables del mundo y tenían ambos un gran corazón.
Llego a la tercera, cerro los ojos, siempre había algo raro ahí, según sus experiencias siempre tenia que salir corriendo a causa de la acciones del par de gemelos guardianes de géminis, sus pasos hacían eco en el salón principal, mas rápidos se volvieron cuando un objeto paso rosando su cabeza, una de as tan acostumbradas peleas de esos dos, salio de ahí soltando suspiros de alivio.
Su próxima parada, cáncer; entró tratando de no hacer mucho ruido pero fue descubierto por el guardián quien se negó rotundamente a otorgarle el permiso para ascender hasta piscis, enojado quiso golpearlo pero no pudo, sus manos estaban casi congeladas y sus mejillas estaban rojas a causa del viento gélido, Death rió por la suerte de Afrodita, lo tomo de una mano y lo hizo entrar en su habitación.
Se quedo atónito por las acciones de su amigo, eso le daba mala espina, no es que pensara mal de Death Mask, pero la situación le hizo divagar más allá de las posibilidades lógicas de esa escena.
—Dormirás conmigo antes de que seas un muy lindo cubo de hielo.
No dijo nada, solo se retiro su armadura y se acostó con su cabeza en el pecho del cuarto guardián, en reacción Death Mask comenzó a acariciar su cabeza y cabello, se cubrió con la frasada y de paso también a Afrodita y ahí se entregaron al sueño, abrazados, transmitiéndose calor, acurrucados el uno en el otro.
Al otro día el patriarca los encontró dormidos en la misma cama, abrazados y en una posición que cualquiera malinterpretaría, pero no él, esa escena le recordaba a cuando eran niños y Afrodita iba en busca de refugio a los brazos del pequeño de cáncer, ya fuera por miedo o por frió.
Dan R
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Between you and me
Fanfictionone-shots de Death Mask x Afrodita, personajes de Saint Seiya. Los personajes no me pertenecen, son propiedad de Kurumada. Las historias si son 100% mias.