CAPÍTULO 25

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Una semana después......

Todo terminó ese día que le dije toda la verdad a H.

Desde ese día, no lo volví a ver más.

Ese día, tomé mis cosas y volví a mi vida normal.

Quería olvidarme de todo. Quería empezar de nuevo.

Pero al parecer eso era imposible.

¿tan difícil es dejar el pasado atrás?.

Me miré al espejo, practicando por décima vez lo que tenía que decir.

-jefe, quiero renunciar- dije con voz firme - y quiero hacerlo ahora-.

Baje la vista, no tan segura de mis palabras.

-esto está mal.... debo decir otra cosa- me dije a mi misma.

Volví a mirar mi imagen reflejada en el espejo.

-señor. Quería dejarle mi carta de renuncia, el motivo por el cual estoy renunciando es uno personal y se lo agradecería si no preguntase- sonreí.

Bien.....

Creo que ese está bien.

Salí de mi casa, despidiendome de mi hermano.

Tomé el autobus, y una vez que estaba en frente de la oficina de mi jefe, los nervios se sintieron a flor de piel.

-tú, puedes-pensé - es fácil. Entras, le dices lo que tienes que decir y te vas. Simple y facil- me repetí.

Di un suspiro profundo para armarme de valor.

Debo hacerlo.

Justo cuando estaba por abrir la puerta, está se abrió desde la parte de adentro.

-señor....- saludé a mi jefe al verlo salir.

-¡morrison! ¡que sorpresa!- exclamó, feliz.

-yo.... tengo algo que decirle- afirme.

-claro.... eh.... dame un momento- me pidió.

Paso a mi lado, perdiéndose en un tumulto de personas que se había formado a mis espaldas.

¿Qué está sucediendo?.

¿Acaso es el hombre de la CIA?.

Me abrí paso entre el tumulto de oficiales, encontrándome con algo realmente sorprendente.

No lo podía creer.

Allí estaban los 3 mafiosos.

Pero lo que más me sorprendió, hasta me preocupó, fue el echo de que los 3 mafiosos estaban esposados.

No sólo estaban ellos 3, también estaba la pobre señorita Emma en silla de ruedas.

Esto era un desastre.

-¡vaya!- exclamó mi jefe -¡miren a quién tenemos aquí! ¡nada más ni nada menos que los intrapables mafiosos!- sonrió mi jefe -¡bueno! ¡no tan intrapables diría yo!-bromeó abriendo sus brazos.

Todos los oficiales comenzaron a soltar una carcajadas, provocando la irá de los 3 mafiosos. Comenzaron a moverse para poder darle a algunos de los oficiales que estaban cerca.

J lo logró. Le dio una trompada a uno de los oficiales.

-¡muerte!-le gritó.

Ahora era mi jefe el que se encontraba serio.

TENTACIONES MAFIOSAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora