CAPÍTULO 30

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Baje del auto, preocupado.

Desde que recibí la llamada de Kim, me vine lo más antes posible a mi casa.

Abrí la puerta, y subi las escaleras con todo.

Por favor.... que todo este bien.

Al llegar al piso de arriba me encontré con toda mi familia, que al verme, bajaron la vista.

No.

No.

Abrí la puerta, encontrándome con kim llorando y katie, consolandola.

-¿dónde está?- pregunté, llamando la atención de las dos.

- en su cuarto- se acercó katie -hice lo posible y creo que está estable- explicó.

Sin dudarlo. Salí de la habitación y entre a su habitación.

Allí estaba. Sobre su cama, con sus ojos cerrados, un par de aparatos conectados a ella y.... sus muñecas con vendas.

Kyle....

¿Por qué?.

Me acerqué, sentandome al borde de la cama.

-¿Por qué lo hiciste?- susurre, con dolor.

Hace unos minutos atrás, Kim me llamó informandome que kyle se había querido suicidar.

Sin esperar un segundo más, deje lo que estaba haciendo y conduci a toda velocidad hasta aquí.

-mi amor....- acaricie su rostro - me preocupe por ti. Moriría si te llegase a pasar algo- besé su frente -kyle.... por favor, quédate a mi lado. Hazlo por mi- suplique, entre lágrimas.

Jamás debí dejarla sola.

Kyle

Abrí mis ojos, como si hubiera resucitado.

Me encontré con ese techo de madera.

¿estoy en el cielo?. ¿o el infierno?.

Mi madre siempre decía que aquellas personas que intentan suicidarse van al infierno. En cambio, una persona que muere por razones naturales, se va al cielo.

Recuerdo, que yo siempre decía que jamás me iba a suicidar.

Que idiota.

Levanté mis manos, observando que llevaba una venda alrededor de mi muñeca.

Dios.... No funcionó.

Lo último que recuerdo es a katie intentando que abra mis ojos.

¿Me salvo?.

Encontré varios aparatos conectados a mí, pero lo que más llamó mi atención fue a H dormido a mi lado.

H......

Me senté sobre la cama, sin hacer mucho ruido, y me desconecte esos aparatos.

Mi plan de una vida feliz y sin dolor, al parecer no funcionó, porque estaba de vuelta en está habitación y con H a mi lado.

Baje los pies, hasta que tocaron la madera.

Estaba helada.

Al parecer perdí demasiada sangre.

-¿a dónde vas?- la voz de H paralizó a cada uno de mis músculos.

-al baño- respondi, con normalidad.

Sentí que H se levantó de la cama, hasta que vi sus pies en frente de mi. Alce la vista, encontrandome con su furiosa mirada.

Estaba enojado.

TENTACIONES MAFIOSAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora