TENTACIONES MAFIOSAS

CAPÍTULO 38

Salí del baño, secandome el pelo con mi toalla.

H estaba tendido en la cama, con su mirada perdida en el techo.

-¿en qué piensas?- me senté al borde la cama.

- en todo- respondió en susurro.

Se movió, quedando de costado de modo que podía ver su cara.

Desde que mi jefe se fue de la casa, todos quedamos asombrados y sorprendidos por todo.

- eres fuerte, kyle- me miró - yo jamás podría soportar todo lo que tuviste que pasar- murmuro.

- no....- me acosté a su lado - no digas eso. No digas nada- acaricie su rostro -¿sabes?. Aunque no lo creas hoy es el mejor día de mi vida.

Bebí mucho alcohol.

Fui tuya.

Y se la verdad- confesé con una gran sonrisa - no quiero que te derrumbes, porque tu eres el pilar que me mantiene fuerte, heros.

Tu eres mi Todo, pero sobretodo es el que me da fuerzas- sonreí.

-cariño.... eres perfecta en todos los sentidos- susurró, con una gran sonrisa - cada día que se un poco más de ti, estoy más enamorado- confesó.

Sonreí.

- no sabes cuanto te amo, kyle- beso mis labios -más que a mi vida-me dio otro beso.

-y yo a ti- susurre.

Ese día, dormimos juntos y llenos de amor.

Me sentía más liberada.

Las palabras de mi jefe, la verdad, me hizo sentir mejor.

Esas heridas, cicatrizaron.

Y mi corazón volvió a latir por heros, mi mafioso.

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Una semana después.....

Varias cosas ocurrieron en está última semana.

G se enteró que va a ser papá y salió corriendo y abrazando a todos sus hermanos contando la gran noticia.

Kim, estuvo con varios antojos que obligaron a su novio a levantarse por la madrugada para evitar que su hijo nazca con algún efecto a causa de sus antojos no cumplidos.

Me enteré de que J tenía un hijo con una esposa que tuvo antes de conocer a Emma. Me sorprendi. No lo esperaba.

Mientras que heros y yo, seguimos conociendonos. Nuestros gustos. Nuestras comidas favoritas. Nuestras películas favoritas. Hasta como fue nuestra infancia.

Permanecimos en la casa de campo por unos días, pero luego nos mudamos a su antigua casa porque J tenía negocios que hacer. Además, ya no corriamos ningún riesgo.

En una escala, fui a visitar a mi hermano, que me llenó de felicidad al verlo enderezar su vida en compañía de una hermosa mujer.

Todo marchaba perfecto.

Parecía un sueño.

Pero era la realidad.

Una hermosa realidad.

Me preparé mi segunda taza de café, sentandome en una silla que había en la cocina.

Desde que llegamos a la casa de J, heros, desapareció. Al parecer también tenía mucho trabajo acumulado.

-hola, cariño- entró heros, algo cansado.

Anoche no llegó a dormir.

Dejó un suave beso sobre mis labios, y se fue a servir una taza de café.