CAPÍTULO 26

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-nos vamos- le dije a mi hermano.

Su, confusa,mirada se encontró con la mía.

-¿a donde?- sonrió.

- no estoy bromeando, nos largamos de esta maldita ciudad. Recoge tus cosas y nos vamos- ordene.

-¿Estás loca? ¿a dónde iremos?. No pienso moverme de aquí- se negó.

Miré a un costado de mi cocina, para tratar de calmarme.

-debemos irnos, después te cuento- le dije.

- No quiero irme- se puso de pié, buscando otra cerveza en la nevera -ya me he estabilizado aquí. Desde que te fuiste, logré conseguir un trabajo estable y.... estoy saliendo con alguien- informó.

Eso ya lo sabía.

Pero pensé que no querría dejarme ir sola. Como vivimos la mayor parte del tiempo juntos, pensé que iría conmigo.

-Bien. Me voy sola- salí de la cocina, entrando a mi habitación.

Tomé toda y la poca ropa que tenía, colocándola en una enorme valija.

Tomé mis documentos, mis fotos.... todo lo que podía llevar.

Sabía que jamás volvería aquí.

-kyle.....¿estas loca?- me habló mi hermano desde la puerta de mi habitación.

- Sí me quedo un día más aquí, estare muerta- lo hice a un lado para pasar.

Él,me siguió.

-cuentame que sucede y a lo mejor podemos encontrar otra solución que no sea irse- habló a mis espaldas.

- no hay otra solución- negué.

Abrí la puerta de mi casa, para así largarme de aquí en el primer autobús que salía.

Pero.... me quedé helada al encontrar una persona con un arma en sus manos que estaba apuntando justo en medio de mi cabeza.

- te dije que no te metieras con mi familia- dijo.

Dejé la valija en el suelo, sin poder creerlo.

-kim.....- intenté tranquilizarla.

-¿kim?- repitió mi hermano a mis espaldas.

-¡eres una maldita zorra! ¡Mi G está en esa celda por tu culpa!- gritó -entra a la casa- me ordenó.

Como ella es la que tenía el arma, obedeci.

Kim, se adentró a mi casa, cerrando la puerta a sus espaldas.

-¿cómo es que Kim......?- preguntó, mi confundido hermano.

-después te explicó- tan sólo le dije. Ahora tenía que ocuparme de Kim.

-¿cómo pudiste?- preguntó, dolida.

Sus ojos rojos me hacían suponer que estuvo llorando por bastante tiempo.

Por una parte estaba feliz de que la policía no la haya atrapado. Pero por otra parte, temía por mi vida.

-kim.... las cosas no son como parece- levanté mis manos.

-¿¡las cosas no son lo que parece!?- estalló -¡G está en la cárcel por TU CULPA!- levantó más la voz -debi delatarte en cuanto te vi- se acercó, apoyando su arma contra mi frente -debi ser yo quién evitará que todo esto pasará- apretó más el arma.

-kim...... escuchame- rogue.

-kim, no hagas esto- intervino nuestro hermano.

-tú, no te metas- lo amenazó Kim.

TENTACIONES MAFIOSAS Donde viven las historias. Descúbrelo ahora