Capítulo V: Dolor

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Al oír los ruidos y algunas risas provenientes de la cocina, Yui se acercó para ver qué era lo que estaba pasando. Se sorprendió de ver como los niños estaban alegremente preparando algo, sumamente concentrados y felices. Les preguntó si necesitaban ayuda y ante su negativa les sonrió tiernamente. La trigueña se sentó en la mesa de la cocina y se dispuso a observarlos, lo cual le permitió relajarse un poco.

De repente, la ojiverde se encontró fantaseando en la linda pareja que los niños hacían, hasta que fue interrumpida por Shinji, quien se había girado hacia ella con una cuchara cargada en la mano para pedirle que lo probara. Era una deliciosa mousse de frutilla con diminutos trocitos de chocolate, la consistencia no era óptima, pero el gusto era impecable. Los rostros de los niños se iluminaron, al apreciar la expresión de alegría en la cara de Yui ante el sabor que experimentó dentro de su boca.

–¡Está delicioso! A este ritmo, algún día podrían abrir su propio restaurante. –comentó Yui con el rostro iluminado ante las sensaciones que su boca estaba experimentando.

Los pequeños asintieron alegremente ante el cumplido y Asuka le pidió a Yui, que colocara el recipiente en el congelador, para que así, adquiriera la consistencia adecuada. Los niños se dispusieron a comenzar a limpiar los utensilios que habían empleado y aceptando esta vez la ayuda de la madre del niño, quien, al terminar, les preguntó si también habían planeado la cena.

–De hecho, Okāsan. Creo que tengo una idea y necesitaremos que nos ayudes. –comunicó Shinji con alegría– Haremos una lasaña, pero quiero innovar un poco, creo que les gustará el resultado. –agregó con un poco de misterio.

Empezaron por los rellenos y la salsa, para luego buscar una sartén, huevos, leche harina y un bol.

–Ahora, Asuka. Es momento de que hagas la masa. –indicó el pequeño con una pícara sonrisa iluminando su cara.

–¿Yo? –preguntó con sorpresa y nerviosismo su amiga– Pero no tengo idea de cómo hacerla, no creo que sea una buena idea que me enseñes en este momento, preferiría que lo hagas tu u Obasan Yui.

–Oh... no te preocupes. Tú ya dominas esto. Todos sabemos que es así. –afirmó el morocho manteniendo su sonrisa y la convicción en su voz– Usaremos panqueques para la masa.

Al oír esto, la mirada de la niña se le iluminó y con una sonrisa en su rostro extendiéndosele de oreja a oreja. Yui se sorprendió con la idea, pero estaba ansiosa por probar el invento de su hijo. Asuka comenzó a hacer la masa de los panqueques, para luego cocinar unos veinte. La ojiverde les proporcionó una bandeja redonda para armar la pasta antes de encender el horno. El morocho junto con su amiga, se encargaron de preparar la lasaña y la madre del niño la introdujo en la horno.

Al concluir los preparativos de la comida, los pequeños se encargaron de aprontar la mesa para los tres. Ya que Yui depositó una bandeja para transportar la porción de Kyoko, así la rubia podía comer en la cama y no se tendría que levantar. Shinji se enfocó en termina de poner la mesa, mientras Asuka se ocupaba de arreglar la bandeja para su madre.

La pelirroja tomó un diminuto florero para colocar tres flores silvestres que recogió del jardín. Una roja, una amarilla y la otra azul, estas parecían representarlos a todos ellos. La primera a ella por su cabello, la segunda a la melena de su madre, la última, los ojos del morocho, su madre y ella, mientras que los tallos verdes y las hojas de las mismas, a los ojos de Yui.

*****

Una vez que todo estuvo listo, la madre del niño sirvió primero una porción de lasaña para Kyoko y los tres se dirigieron a llevarla hasta la habitación donde la rubia descansaba. Al pasar por el cuarto de los niños, Asuka entró a buscar el dibujo para dárselo a su madre. Cuando la ojiazul los vio entrar, les sonrió tiernamente a los niños, enfocándose especialmente en su hija, quien se acercó, para darle un fuerte abrazo y un beso en la mejilla antes de entregarle el presente.

The Last Rebuild - Primer Arco: Infancia DuraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora