The Last Rebuild - Primer Arco: Infancia Dura

Capítulo VII: Mari Illustrious Makinami

De repente, Shinji se sobresaltó un poco, al escuchar un vehículo detenerse frente a la puerta de la casa, Asuka que se encontraba rodeando uno de los brazos del morocho con los propios, la cual parecía ser su posición favorita desde que dejaron Alemania, se asustó de igual manera al notarlo. Yui apagó el televisor, e inmediatamente se pudo sentir que dos puertas de un vehículo se cerraban, un momento después, la puerta principal se abría.

–¡Tōchaku Shimashita! –anunció Gendo al abrir la puerta.

–¡Irasshai! –respondieron Yui y los niños.

–¡¡Ojama Shimasu!!–solicitó Mari con mucha energía y alegría en su voz.

Inmediatamente después de saludar, Mari pasó corriendo por el espacio entre Gendo y la puerta. Si no fuera por su tamaño y lo ágil que era, lo habría derribado hacia el suelo, en su lugar, simplemente provocó que el hombre se aplastara levemente contra el marco. Con gran velocidad, en poco tiempo la adolescente llegó al living, tras divisar a Yui, la atrapó en un fuerte abrazo y restregó cariñosamente su mejilla contra la de ella como si fuera una felino.

–¡¡Te extrañé mucho!!–exclamó Mari con anhelo y alegría– ¿Por qué no me dijiste que volvías hoy?

–Porque quería que Asuka se acomodara antes de presentártela. –respondió algo incómoda y tratando de mantenerse de pie.

Mari soltó a Yui y al divisarlo, levantó a Shinji para estrujarlo en un abrazo contra su pecho, besando repetidamente su cabeza. Esto no le hizo mucha gracia a Asuka, quien frunciendo el ceño, la miró con un poco de odio, por los celos que le estaba despertando.

–¡¡Cachorrito!! –pronunció alegremente la adolescente– ¡A ti también te extrañé mucho!

–¡¡Oye!! ¡Creo que lo estás asfixiando! –indicó Asuka enrojecida completamente de celos y furia.

Mari bajó suavemente al niño al suelo, el cual se sintió aliviado y respiró ampliamente, ciertamente se estaba asfixiando en el pecho de la joven. Por su lado, Yui se dio un zape con la palma de su mano en la frente, por la falta de mesura de su discípula, pero sonrió ante la reacción de Asuka, lo que indicaba, que consideraba a su hijo un poco más que un amigo. Mari se agachó frente a Asuka, mirándola detenidamente por un instante y la atrapó en un fuerte abrazo.

–¡¡¡Disculpa Princesa!!! ¡No te pongas celosa! También tengo cariño para ti. –ofreció la joven con alegría y emoción– ¡¡¡Eres la niña más linda que he visto en mi vida!!!

La chica comenzó a llenar la cara de la niña de besos, lo cual sorprendió mucho a la pequeña. El sonrojo en su cara se mantuvo, pero debido a la incomodidad y pena que le provocaba la muestra de afecto a la que estaba siendo sometida, a Shinji le agradaba ya no ser el objetivo principal del afecto de la joven; aunque estaba un poco preocupado de que este se dirigiera a Asuka, quien no estaba acostumbrada a las exageradas muestras de cariño de Mari, y a su vez, se sintió halagado de que la niña se haya preocupado de su bienestar y decidiera intervenir.

–¡Bueno... bueno! ¡¡Suficiente!! ¡Ya suéltame! ¡¡Me estás sofocando!! –protestó Asuka con energía, enojo y fastidio.

Mari la soltó y le dio su mejor sonrisa antes de volver a ponerse de pie. Una vez libre, la pelirroja corrió al lado de Shinji, aferrándose a su brazo derecho y se movió de tal manera de quedar detrás de él, refugiándose de un posible nuevo intento de la joven de demostrar su afecto. No fue una buena idea, al verlos, Mari no pudo contenerse y se lanzó sobre ellos para estrujarlos en un nuevo abrazo.

–¡¡Oh!! ¡Pero qué pareja tan encantadora! ¿Desde cuándo son novios? –preguntó Mari con ojos vidriosos de ternura.

Shinji se estaba llevando la peor parte, había quedado atrapado en medio, no quería forcejear, por temor a lastimar a Asuka. Los dos niños estaban cada vez más colorados. Primero, por el cariño que la joven les demostraba y segundo, al oír sus palabras. Cuando Mari por fin los soltó, Shinji estaba algo violeta, debido a la falta de aire y su sonrojo, Asuka solo estaba roja de pena.