Me cruzo de brazos y miro como Miranda duerme tranquilamente. Gianna esta lista para despertarla y arruinar su pacífico sueño. Estoy segura que no va a recordar mucho de lo que sucedió anoche y ojalá los demás tampoco recordarán nada pero lamentablemente no es así.
-¿Crees que debería dejarla dormir un poco más?-me pregunta Gianna.
La veo poner el vaso con agua y dos pastillas junto a la cama.
-No, que despierte y acabemos con esto.
Gianna toma el vaso con agua y lo lanza en la cara de Miranda pero ella a penas y se mueve. Gianna la llama y la mueve pero Miranda no se despierta, ella siempre ha sido de sueño pesado pero esto es el colmo. Mi teléfono empieza a sonar y me disculpo con Gianna para atender la llamada.
-Hola, usted se acaba de comunicar con el teléfono de Amelia Clarke, por el momento no estoy atendiendo llamadas de amigos ingratos que solo me llaman cuando necesitan un favor. Por favor, deja un mensaje y yo me comunicare contigo cuando el infierno se congele. Adiós.
Escucho su risa al otro lado de la línea. Puedo imaginar como sus ojos se arrugan mientras sonríe y como sus labios se curvan de aquella manera tan peculiar.
-Amelia, sabes que siempre estoy pensando en ti. ¿Cómo alguien podría olvidarse de ti?
Descanso mi peso de un pie a otro.
-¿Qué necesitas?
-Que fría estas hoy ¿Qué sucede? ¿Nicolás sigue siendo un dolor en el trasero?
-Algo así.
-Cuéntame sobre eso.
Escucho un grito de parte de Miranda y sonrió con solo imaginar como hizo Gianna para despertarla.
-No, dime para que estas llamando Sebastián, mi paciencia se agota.
La vida de Sebastián es un gran desastre, a veces me pregunto ¿Cómo todos terminamos así? En la Universidad no pensamos que nuestra vida se complicaría tanto, nos sentíamos los reyes del mundo. Creíamos que podíamos con todo y ahora estamos cansados de levantarnos y luchar con todo lo que la vida nos lanza.
-Llamo porque me dijeron que dejaste el frío y lúgubre Londres para volver a Boston. ¿Dónde estás? Salgamos por un trago, extrañado a mi amiga pelirroja favorita.
-Estoy en el país pero no en Boston ¿Quién te dijo? Además soy tu única amiga pelirroja.
Puedo imaginar quien.
-Rafael, si querías mantener esto en secreto no deberías haberle dicho a él. De todas formas eres mi pelirroja favorita.
Los años pasan y él sigue sin poder guardar un secreto, sin embargo es uno de los mejores en su rama, eso me resulta sorprende.
-No es un secreto, estoy en la casa de la madre de Nicolás, Ana su hermana menor se casa este fin de semana.
-Amelia, ¿Cómo estás?
Su tono cambia, es urgente y lleno de diferentes emociones, años de conocerlo me dicen a que se debe eso.
-Ya te dije que estoy bien, sé que no me llamas porque Rafael te dijo que estoy de regreso. Me estas llamando porque Henry te lo pidió.
Henry, mi buen y leal amigo Henry.
-Él esta preocupado por ti.
-Estoy bien.
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Por favor, no dejes de amarme ✔
RomanceCuando el cura dijo: Hasta que la muerte los separe. Nadie me advirtió que la muerte vendría en forma de una secretaria piernas largas y cabello castaño. Y que en menos de tres meses el hombre que juró amarme para siempre se "enamoraría" de ella tir...