Los mejores mentirosos

26.8K 1.6K 79
                                    

Universidad de Harvard 2007

Nunca he sido alguien romántica que sueña con la idea de encontrar su príncipe azul y tener una enorme boda con un vestido de princesa. No soy así, me gusta leer novelas románticas, ver películas de ese género pero no creo en nada de eso. Yo no crecí con padres que se amaban, yo no crecí mirando el amor en cada esquina y a veces me cuesta reconocerlo. Mucho menos soy alguien que cree en las señales, en el destino o las casualidades. Pero aquí estoy sentada, tratando de entender si la llamada de Henry es una señal del destino.

-¡Y yo ni siquiera creo en el destino!

¿Qué se supone que estoy haciendo? ¿Qué tan idiota debo ser? Debería ignorar el número en mi mano. Él no me llamó, él no está interesado. Si él hubiera estado interesado me habría llamado, así de simple. Debería tomar su número y votarlo a la basura, pero no, aquí estoy pensando en si debo llamar o no, pensando en él y la noche que lo conocí. Pensando que tal vez hay una buena razón por la cual él no llamó.

-Tal vez no sea una señal.-me digo.-Tal vez yo solo quiero ver señales dónde no las hay.

Tal vez estoy tan desesperada por afecto que veo señales en todas partes. Tal vez es culpa de Nicolás y sus ideas soñadoras. Nicolás y su sonrisa llena de confianza. No, todo es culpa de Henry por crearme ilusiones y después romperlas en mi cara.

La fiesta es demasiado ruidosa para mi gusto y no puedo evitar preguntarme ¿Qué hago aquí? Yo preferiría estar en mi habitación leyendo, no es que no disfruté de una buena fiesta, lo hago, cuando estoy de humor. Pero ahora no estoy de humor para una fiesta, solo estoy aquí porque Stella insistió en venir y me pidió que la acompañe. Miro alrededor del lugar y observo a alguien que me mira cada cierto tiempo, cuando él se da cuenta que lo estoy mirando aparta sus ojos rápidamente y concentra su vista en el vaso rojo que sostiene en su mano.

-Es una buena fiesta.-me dice Stella en mi oído.

Yo solo hago un leve movimiento con mi cabeza y evito responder. Stella empieza a bailar con un grupo y yo me quedo sola en una esquina preguntándome ¿Qué mierda hago aquí? Mis ojos se vuelven a topar con aquel hombre extraño.

-¿No quieres bailar?-me pregunta Stella demasiado alto para mi gusto.

-Todavía no.

Ella solo sonríe y vuelve con aquel grupo.

-Estabas mirando.-me dice alguien a mi lado.

Me giro y veo que él a decidido dejar de mirarme a lo lejos y a venido hablar conmigo. Veo como el grupo con él que estaba nos mira de reojo esperando a ver que sucede.

-No, él que estaba mirando eres tú.

-¿Lo estoy? ¿Porqué estaría mirando?

Dos preguntas que suenan inofensivas a simple vista pero que si las llego a responder no se lo que podría suceder.

-Bueno, lo estaba.-me dice él cuando se da cuenta que no voy a responder sus preguntas.- Pensé que tú darías el primer movimiento pero dado que no lo hiciste decidí venir aquí. Creí que eras el tipo de chica que si quiere algo lo consigue. Soy Henry Donovan, es un gusto.

- No sabes nada sobre mí. Además ¿Quién dice que estoy interesada en ti?

Él se ríe. Los amigos con los que estaba él hace un momento parecen haber perdido el interés y ahora están cada uno en un asunto diferente.

Por favor, no dejes de amarme ✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora