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Tranquilidad

2. Tranquilidad.

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Al salir lo primero que había visto fue la gran explanada de pasto verde, siendo bañado en totalidad por el calido color del sol que se ahogaba en un mar de reflejos dorados. A un costado los árboles de hojas carmesí y canario.

Que lugar tan bonito...

Tendió su saco para dormir y se recosto exahusto por haber minado tanto, sintió como Lolito tendía su propio saco y se sentaba a su lado, ambos mirando en cómodo silencio el último suspiro de luz que emitía el cielo.

- ¿Y como esta tu hermana? - Pregunto de forma casual con ambos brazos tras la cabeza. Su mirada ahora fija en la primer estrella que había captado.

- Ella muy bien, nadando y cantando como siempre - Respondió tranquilo, con una pizca de felicidad asomándose en sus ojos verdes.

- Me alegro - Dijo cerrando los ojos y suspirando, su mente se adormecia de forma lenta junto a su cuerpo teniendo un solo pensamiento constante. Que lugar tan bonito...

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No había dejado de ver el mar, en específico un delfín que brincaba lleno de energía. Fue hasta que este se alejo que poso sus ojos verdes hacia su compañero quien ahora dormía de manera profunda. Aprecio los detalles de aquel rostro tranquilo, los rasgos finos, cejas gruesas y largas pestañas. También un piercing en la ceja izquierda que no había notado antes.

Sonrió sin darse cuenta, sentía gran calma al estar asi a su lado. Supuso que era porque este alfin tenía la boca cerrada al estar durmiendo el cabrón.

Rio en su interior acomodandose mejor para dormir. Cuando el sueño había ganado terreno un extraño humo negro invadió su mente.

Lo siguiente fue Auron gritando y saltando del saco con arañas encima, producto de una pesadilla suya. Tomó su arco matandolas una a una con flechas serteras. Entre todo el caos varios mobs se acercaban guiados por el ruido. Demasiados para ser bueno.

- ¡Ostia la que se nos lía!, ¡el ascensor Lolito! - Grito el castaño peleando con una bruja y sus gatos endemoniados, mientras el intentaba matar a los creepers.

- ¡Ya voy, ya voy! -

- ¡Lolito un ender!, ¡Lolito!, ¡TREINTA NIVELES LOLITO! -

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Miro con felicidad al sol radiante en el cielo, respiro la paz al poder salir de aquella casa. Una vista muy placentera  era ver a los moustros ardiendo en llamas.

Había sido una noche dura, solo estaba vivo de suerte. Y vaya suerte era tener a Lolito cerca como aliado. Nunca vio a nadie pelear tan bien con el arco. ¡Ni Vegetta tenía tanta agilidad en combate!

- Que alegría me da ver mi casa intacta - Comentó el pelirrojo inspecciónando la zona, para luego acomodar sus cofres.

- Alegría son mis cuarenta niveles Lolito  - Mencióno radiante mientras comía una chuleta.

- Es verdad, deberías aprovecharlos en algo bueno tío - Le respondió de forma distraida.

- Si que lo haré, ¿te importa si pescó un rato?, este lugar me parece muy relajante -