Dia de visitas.

681 107 7
                                    

10. Día de visitas.

❤❖❖❖

El dolor en su cuerpo era insoportable, sentía el pulso de la sangre recorrer por toda su anatomía. En un intento por distraerse trato de enfocar su vista en Frederic y Luisito, quienes miraban con aparente anhelo a una mosca que no paraba de volar por toda la habitación. El insistente zumbido consumía su paciencia como el fuego a un trozo de papel.

Maldecia su suerte mientras esperaba a Brett, quien tardaba demasiado para preparar un té, asegurando que este aliviaría su tormento, pero solo un poco. Una vibración en la nalga derecha le sobresalto, cogió su celular y reviso el mensaje, que para su sorpresa, era de Lolito, quien al aparecer llevaba un rato tratando de comunicarse. Pero antes de poder siquiera contestarle escucho el fuerte sonido de las torretas disparando, reparó un segundo en la luz natural que aún iluminaba su hogar. Cayendo en cuenta con rapidez que todavía era de día, lo que solo significaba una cosa; había alguien fuera.

Era como si la sed de venganza le diese fuerzas, puesto que, contra todo pronóstico se levantó, sacudido por la fuerte idea de que podría tratarse de el mismo sujeto que le puso la mina. Subió intentando ignorar las protestas de su cuerpo y a sus piernas resentidas. Una vez fuera escucho un grito, buscó con la mirada de donde provenía, encontrando solo un escudo elevado  junto a su berja. Tras este se mostraron varios reveldes mechones rubios, adornados por un gorro con orejas de oso.

- ¿Rubius? -

- ¡Calvo tóxico! -

🧡❖❖❖

El cuadro que se mostraba en casa del pelirrojo estaba cargado de pesadez, o bien, debería. Este tenía el cabello un tanto alborotado y la ropa desarreglada, caminaba dando vueltas por toda la sala mientras frotaba sus brazos, apretadolos contra si. Más toda seriedad era opacada gracias a el tinte comico aportado por la velocidad innecesaria que brindaba el piso de hormigón. Siendo aquel lienzo una especie de absurda oda a la angustia.

Hacia rato desde que Auron le dijo que estaba en camino, pero este no llegaba, y tampoco le había respondido a ningún mensaje. Empezaba a preocuparse, imaginando que algo malo pudiese haberle pasado. No quería dudar de las habilidades de supervivencia del otro, pero no podía evitar morderse los labios  al notar por la ventana que, entre las sombras de los árboles se escondía un creeper, quien estaba atento a su casa; más bien parecía estar mirándolo a el. Penso en que los ojos de la criatura eran como dos fosos negros, carentes de vida o sentimientos. La piel se le erizo al creer escuchar el típico siseo que emitían aquellos monstruos antes de explotar, era como escuchar la voz de la muerte llamando a tu nombre en un susurro. El estómago se le revolvio de manera extraña, causándole un mal presentimiento.

Tomó todas sus cosas, avanzando a paso rápido con dirección a casa de Auron.

💙❖❖❖

Suspiro de alivio bajando el escudo cuando el castaño apagó las torretas, aunque consideró volver a ponérselo al verle acercarse con espada en mano.

- ¿Que haces aquí? - Le escucho cuestionar de forma severa, pero antes de poder decir algo lo vio hacer una mueca de dolor y tropezar de rodillas al pasto, usando el mango de la espada para afirmarse y no caer de lleno. Preocupado por el otro tiro su escudo, dispuesto a ayudarle.

- ¡Auron!, ¿estas bien tío? - Pregunto con gesto confuso, más su atención se redirigio a una nueva presencia a su espalda. Lo primero que encontró al alcance fue la espada de Auron. Sin dudarlo dio la vuelta, justo a tiempo para desviar el ataque que había lanzado el guardia. El miedo se hizo presente por un momento, cuando comenzó a conectar golpes con la guardia quien cada vez parecía más molesta. Por su cabeza paseo la efímera idea de poder ganar de alguna manera, pero recordó por las malas el porque nadie se metía con los guardias cuando esta, bastante cabreada, elevó el arma en lo más alto, dejando caer el filo directo hacia el. Con dificultad por la rapidez bloqueo con su propia espada, todo su cuerpo tembló por el brutal impacto, y con gran sorpresa vio a la espada en sus manos agrietarse antes de ser lanzado con fuerza hacia atrás.

Una vez su espalda tocó la tierra abrió los ojos, dispuesto a un contraataque. Más lo único que pudo hacer fue ver como Auron se interponía entre el y su atacante.

❤❖❖❖

Con las piernas temblando por el sobreesfuerzo trato de mantenerse firme frente a la guardia, quien mantenía el gesto frío, pero exudaba un aura imponente y asesina. Conectó miradas con la chica, vio en sus ojos peligro y las intenciones oscuras, mientras esta levantaba una vez más la espada.

- ¡Auron! - Escucho a Rubén gritando desde atrás.

Con una mano al frente y una mirada casi suplicante le pidió detenerse, para así buscar con rapidez entre su mochila. Saco los diamantes que siempre traía consigo, tendiendole el pequeño saco a la guerrera frente a el. Esta no hizo nada por unos segundos, como si meditara la situación, hasta que porfin los tomó con cierta brusquedad, lanzándoles a ambos una ultima mirada amenazante antes de marcharse sin mirar atrás.

Una vez paso la tensión no pudo seguir ignorando el cansancio, cayendo de forma pesada contra el pasto, sosteniendose con ambas manos para no golpearse en la cara.

💙❖❖❖

Una vez que su mente se sacudió el aturdimiento no perdió tiempo para ir en ayuda de su compañero. Se le atoró la preocupación en el pecho al verle a gatas sobre el suelo, respirando con cierta dificultad. Lo único que atinó a hacer fue pasar un brazo sobre su cuello y afirmarle de la cintura, para así guiarle y dejarlo recargado contra la pared de la casa. Al hacerlo fue conciente de las cosas que antes paso desapercibidas, como las ropas ligeramente rotas, a la par de heridas y quemaduras que se adherían a la piel del contrario. Una fina estela de sudor cubría el rostro del contrario, quien cerraba los ojos ante el velo de dolor que disfrazaba sus facciones, exponiendo de forma vehemente su cansancio.

- ¿Pero que cojones te sucedió chaval? - Pregunto agachandose junto al otro, usando su mano para peinar los rebeldes mechones castaños.

- Me ha explotado una mina esta mañana, no llevaba armadura, pero no es nada serio - Comentó agitando la mano de manera floja.

- ¿Pero en donde a sido eso tío? - Tras la pregunta recibió una mirada de incredulidad, que le hizo sentir ofendido de alguna manera.

- Hombre, seré ciego algunas veces, ¡pero tu me acabas de superar con honores chaval! - Expresó con burla señalando al frente. Siguió el dedo con la mirada, notando junto a ellos el enorme boquete en el suelo, en donde de hecho, había sido arrojado por la guardia corrupta.

- Ostia puta, ¿como no lo ví? - Rio nervioso desviando la mirada, mientras trataba de bajar para recuperar la espada que ahí yacía.

- Eso mismo me pregunto yo -

Una vez recuperada el arma subió sacudiendose un poco el polvo antes de acercarse al castaño. Al mirarle noto que este tenía la cabeza baja, observando de manera fija algo en su mano, con curiosidad se agachó a su altura, solo para ver como el otro desviaba la mirada y cerraba el puño.

- ¿Estas bien? - Aventuró a preguntar, recibiendo un suspiro como respuesta, y el hecho de ver lo que el otro guardaba con tanto recelo. Ante su confusión se desveló un objeto pequeño y rojo, que al ponerle atención resultaba ser un pétalo de flor; solo era uno, y se encontraba levemente quemado. No lo entendió a la primera, no encontraba el motivo de esos ojos tristes y gesto melancólico, no comprendía el porque Auron parecia entre querer romper en llanto o romper a quien tuviese enfrente. De hecho no lo entendió hasta que este le contó con expresión neutral y voz cansada a quien perteneció aquel pétalo de amapola.

- Oh tío, como lo siento, eso es una putada - Comentó con pena, viendo como la expresión de Auron pasaba de amargura a dolor, para terminar con una suave y nebulosa tristeza. Una brisa de melancolía les golpeo cuando se sentó a su lado, admirando la luz del atardecer colarse por entre las hojas de los árboles.

- Pero sabes, no todo es tan malo. El día nos llega a todos, solo queda agradecer que pude tenerle a mi lado - Comentó el castaño con una voz suave - Y tal vez ya no este, pero aún tengo a mis amigos, y con eso es más que suficiente. Aunque aveces sean unos gilipollas tóxicos - Termino mirándole con una pequeña sonrisa en el rostro, que resultó ser pegajosa como la miel, puesto que no tardaron en comenzar a bromear, disipando aquel ambiente pesado.

-
Esta vez he tardado, perdonad ;-; El final del capítulo me quedo muy borde o soy yo? Meh...
Se bienen cosas guenas uwu~ solo digo.
Gracias por los votos y todo, me hacen very happy n.n
Nos vemos en el próximo capítulo bye bye. <3

TrustDonde viven las historias. Descúbrelo ahora