Arco 5.4

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C084 - Nombre

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Una reunión social era imposible. No lo haría en esta vida, y mucho menos en una prisión.

Su Min se negó: ―No quiero. No iré.

Los hombres de la habitación 5, al otro lado del pasillo, gritaron: ―¡Apúrate y ven! Si no vienes, ¡sufrirás mañana!

―Es sólo una reunión. ¡Te haremos feliz!

―Date prisa y ven. No pierdas tiempo, el Hermano Hao no puede esperar más. Rápido, rápido, rápido. ¡Tráiganlo!

La escena ante él parecía un poco extraña. Los brazos se extendían desde los barrotes pero la persona que estaba detrás no podía salir.

El guardia de la prisión dijo: ―Es sólo una reunión. No morirás.

Había recibido la promesa del Hermano Hao de que no se metería en problemas durante la siguiente semana. Era una oferta bastante tentadora, y un encuentro no era gran cosa.

Su Min miró el pasillo, ―De acuerdo entonces.

Si realmente moría, entonces lo tomaría como tal. Incluso podría descubrir algo con este pequeño viaje.

Yin Ze se lo recordó tardíamente: ―Ten cuidado.

Sólo era su compañero de cuarto por la tarde. Sabía muy bien lo que le pasaría a Su Min pero no haría nada para evitarlo.

Su Min siguió al guardia de la prisión a la salida.

Había pasado un rato desde la cena y el olor se había vuelto aún más fuerte. Lo encontró muy extraño.

Su Min le dio un codazo al guardia de la prisión: ―¿Hueles algo? 

El guardia de la prisión no miró hacia atrás, ―¿Qué olor? 

Su Min no siguió preguntando.

La habitación 8 y la 5 estaban a pocos metros de distancia. Cuando se acercaron a la otra habitación, las luces se apagaron de repente.

En un instante, la prisión se llenó de gritos y chillidos e incluso hubo alguien cantando.

Sólo duró unos segundos. Los sonidos de alrededor desaparecieron de repente. Había alguien gritando el número de Su Min. La voz era muy pequeña y débil.

Al principio, Su Min pensó que era su imaginación. Después de escuchar con atención, se dio cuenta de que la voz estaba llamando a su número.

Obviamente no era una buena señal.

En las películas de terror, a menudo había escenas en las que el nombre de alguien era llamado en la oscuridad. Si uno respondía a esa llamada, el fantasma se lo llevaba.

Su Min llamó en silencio al guardia de la prisión, pero nadie respondió.

Todo el pasillo estaba en silencio. No podía ver nada en la oscuridad, pero pronto escuchó un sonido sordo. Sonaba como si alguien golpeara la pared.

Luego, alguien volvió a gritar el número de Su Min. La voz era más clara esta vez.

No sólo eso, una mano también tiró del brazo de Su Min. Estaba muy frío, como si acabara de tocar algo metálico. No era la misma sensación de frío que daban los fantasmas.

¿Era algún tipo de fantasma transformador?

Antes de que Su Min pudiera sacudirse la mano, ésta desapareció de repente.

Crisantemo - Ningún amor será comparable al nuestroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora