Arco 7.5

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C144 - Casa

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Las palabras de los niños suelen ser muy claras y directas.

Su Min comprendió al instante lo que quería decir.

Resulta que se había hecho amigo de un fantasma. Esto explicaría la reacción de su segundo tío. Naturalmente era algo que no podían aceptar.

Su Min preguntó: ―Entonces, ¿dónde está tu amigo ahora?  

Xiao Su lo miró: ―No puedes verlo.

Su Min todavía creía que tenía la capacidad de ver fantasmas. Esto también era una película, así que ver fantasmas era algo normal.

Sintió que sus habilidades de persuasión no estaban demasiado oxidadas y dijo: ―¿Por qué no me dejas intentarlo? Tal vez yo también pueda verlo.

Xiao Su inclinó la cabeza y pareció considerar la verdad de sus palabras.

Se veía muy lindo haciendo eso. Su Min no pudo evitar frotar su cabeza y preguntar con voz cálida: ―¿Te decidiste? 

El niño respondió: ―Todavía quiero pensarlo.

Su Min tampoco tenía prisa: ―Bien, entonces avísame cuando hayas tomado la decisión.

Cuando los dos volvieron, el segundo tío acababa de regresar. Cuando los vio, dejó escapar un gran suspiro de alivio. Pensó que Xiao Su había salido a hacer algo extraño de nuevo.

Su Min envió al niño a su casa antes de regresar él mismo.

El cielo aún no se había oscurecido, pero el aroma del arroz estaba por todas partes. La gente del campo siempre comía cuando había luz y se iba a dormir antes de las diez de la noche.

Funcionaba bien con el horario de Su Min.

Sólo que lo encontraba un poco extraño. Ya se había acostumbrado a que Li Wen Xin y Wang Di se desvelaran todas las noches y también a su propia habitación.

Afortunadamente, había pasado algún tiempo en varias películas de terror, por lo que había aprendido a adaptarse rápidamente. Lo único que tenía que hacer era esperar a que la trama avanzara.

Cuando Su Min volvió a su habitación, vio que alguien había revisado su cuaderno.

Había guardado ese cuaderno en el cajón e incluso había colocado algunos libros encima. La puerta de su habitación también estaba cerrada.

¿Había entrado su tía?

Por un momento, Su Min no supo quién podía ser. Arrancó el registro del cuaderno y lo quemó con un encendedor.

Si se fijaba bien, sólo había registrado los sucesos de la noche anterior. Si alguien le preguntaba, podía decir simplemente que era su diario. No podrían sospechar nada.

Cuando llegó la hora de cenar, su tía salió de la cocina.

Ella dijo: ―Resulta que tengo algunas costillas estofadas. Me preocupaba que hoy tomaras demasiado tónico y terminaras con una hemorragia nasal, así que tomemos eso.

Hemorragia nasal........

Su Min se imaginó esa escena y sacudió la cabeza: ―El estofado es bueno.

Desde joven, nunca le había parecido que le sangrara la nariz.

Su tía volvió alegremente a la cocina para sacar la comida. Luego dijo: ―Puedes comer primero. Yo saldré a regar las flores.

Crisantemo - Ningún amor será comparable al nuestroDonde viven las historias. Descúbrelo ahora