Crisantemo - Ningún amor será comparable al nuestro

Arco 5.6

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C086 - Desaparecido

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Antes de ir a la cárcel, Su Min creía que cosas como bailar sobre una tumba o ir a la deriva en un coche fúnebre eran sólo frases que se utilizaban para maldecir a alguien.

Después de ir a la cárcel, Su Min había cambiado de opinión.

Aunque no sabía cuántas personas había en esta prisión, todos en esta sala, excepto él y Yin Ze, estaban bailando.

Incluso había algunos bailes de salón. Parecía que se estaban divirtiendo mucho.

Su Min observó durante un rato y vio que ninguno de ellos era buen bailarín. Se dio la vuelta y preguntó: ―¿No estás bailando? 

Yin Ze respondió inexpresivamente: ―No iré como un idiota.

Su Min sintió que este compañero suyo, el protagonista masculino de esta película, era realmente tranquilo y muy diferente a los protagonistas masculinos habituales. Con su personalidad, no parecía alguien que saliera activamente a investigar los secretos de este lugar. No sabía qué era lo que le hacía cambiar de opinión más adelante en la película.

Sin embargo, mañana llegaría Fang Shu Juan. Cuando los dos estuvieran juntos, probablemente chocarían.

Lo más importante era que esos dos eran enemigos

Su Min rara vez vio tal relación de personajes en una película de terror. Esta vez, 'Prisión Desconocida' tenía dos protagonistas masculinos. ¿Sobrevivirían ambos o sólo uno de ellos viviría? Todavía era una incógnita.

Probablemente se pondría muy emocionante más tarde.

Alguien se acercó y preguntó: ―¿Ustedes dos no van a bailar?

Su Min respondió: ―No me siento bien. No bailaré.

No quería bailar encima de una tumba como ellos.

Sin embargo, en este momento unos hombres junto con el Hermano Hao se acercaron: ―488, ¿verdad?

Su Min miró al Hermano Hao. No era fácil seguir vivo.

El Hermano Hao entrecerró los ojos. Arrastró una silla y se sentó frente a Su Min. Preguntó alegremente: ―¿No es bueno estar conmigo? 

Alguien a su lado añadió: ―Hay carne para comer.

Otro se hizo eco: ―¡Hay cigarrillos para fumar! 

Y la persona que estaba detrás de él dijo: ―¡Hay alcohol para beber!

Su Min: ―..........

El Hermano Hao aún podía considerarse normal, pero, ¿por qué sus hermanos menores son tan idiotas? Era como si todavía estuvieran pasando por el síndrome del segundo año de secundaria.

Yin Ze trató desesperadamente de contener la risa.

Su Min respiró profundamente y mostró una sonrisa: ―Lo siento, no fumo ni bebo.

El Hermano Hao abrió las piernas: ―¡Entonces come carne! 

Tan pronto como dijo eso, la pata de su silla se rompió. Cayó hacia atrás con la cara mirando al techo. Sus hermanos menores a su lado no pudieron reaccionar por un momento.

Después de apoyarlo, el Hermano Hao estaba furioso. Miró la silla y estuvo a punto de romperla. Justo cuando iba a hacerlo, otra pata de la silla se rompió, golpeándole en la cabeza.