Crisantemo - Ningún amor será comparable al nuestro

Arco 5.14

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C094 - Naranja

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Los ruidos del exterior podían entrar, especialmente el sonido de alguien cantando.

Chen Su era un fantasma y la temperatura de su cuerpo era fría. Su Min, por otro lado, era humano. Estos dos opuestos no podían estar en contacto por mucho tiempo.

Su Min sólo se dio cuenta de que sus ropas estaban mojadas cuando se levantó.

Se envolvió con una toalla y dijo: ―¿No te vas?

No quiso decir realmente lo que dijo antes. Si salía del baño sin haberse duchado bien, probablemente se sentiría demasiado incómodo para dormir.

Chen Su dijo de mala gana: ―De acuerdo entonces.

De hecho, no quería irse pero sentía que Su Min probablemente se enfadaría si se quedaba.

Después de confirmar que la presencia de Chen Su había desaparecido, la expresión de Su Min se relajó. Se quitó la ropa empapada y se dio otra ducha.

Esta vez no pasó nada.

Yin Ze estaba tumbado en la cama cuando salió. Al oírle salir, comentó: ―Pensé que te había pasado algo.

Su Min estuvo allí durante mucho tiempo y casualmente hace unos momentos le había pasado algo al compañero de cuarto de Fang Shu Juan. Casi quiso ir a ver cómo estaba, pero se contuvo.

Además, el hábito de su compañero de cuarto de hablar consigo mismo incluso en la ducha le desconcertó.

Al oír esto, Su Min lanzó una excusa al azar: ―Casi me torcí el tobillo cuando entré, así que tardé en masajearlo.

A Yin Ze no le pareció sospechoso: ―¿Ya estás bien?

Su Min: ―Ya estoy bien.

Al ver que no parecía estar herido, Yin Ze se sintió aliviado. ―Ya casi es hora de que se apaguen las luces. Deberías darte prisa.

Su Min hizo un sonido de reconocimiento y procedió a lavarse los dientes.

Afortunadamente, la suerte estaba de su lado. Tan pronto como terminó de cepillarse los dientes, sonó el altavoz y la habitación se oscureció.

Su Min se quedó parado un momento para adaptarse a la oscuridad antes de acercarse a tientas a su cama. Antes de poder sentarse, volvió a sentir la presencia de Chen Su.

Se dio cuenta de que últimamente Chen Su había aparecido todos los días.

Su Min preguntó: ―¿No te has ido?

Chen Su dijo: ―No lo hice.

Estuvo allí todo el tiempo y sólo esperaba una oportunidad para aparecer.

Su Min frunció el ceño. No sabía qué quería decir con eso, pero creía que probablemente no iría a vigilarlo mientras estaba en la ducha.

Chen Su estaba sentado en las mantas cuando tiró de él.

Probablemente porque había usado bastante fuerza al tirar, la vieja cama de metal hizo un fuerte sonido de crujido. Sonaba un poco ambiguo en este tipo de ambiente.

Alguien en la habitación de enfrente llamó a la puerta.

Yin Ze también escuchó la conmoción. Se dio la vuelta y preguntó: ―Su Min, ¿estás bien? 

Su Min ya no se atrevió a moverse. Estaba enojado con Chen Su. Bajó la voz y lo regañó: ―Todo es por tu culpa.

Chen Su lo abrazó, ―Todo es mi culpa.