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-¿¡Y ahora que voy a hacer!?-exclamó desesperado Pdte. Hayes mientras caminaba frente al sillón en el que se encontraban sus hermanas y su "tía".
-Pero si te dijo que si! Cuál es el problema?-Preguntó Encarnación.
-Yo pensé que me iba a decir que no!
-A ver; ¿invitaste a salir a Oruro sin tener la mas mínima idea de donde lo ibas a llevar?-Preguntó esta vez Concepción.
-.....si
-Vos sos luego!-Dijo Encarnación.
-¡Si! ¡Ya se que soy luego! Pero no me están ayudando! >:v
-Bueno, fuiste boludo, pero tenes la suerte e de que nosotras te vamos a ayudar-dijo la "tía" de los presentes.
-¿enserio, tía Atanasia?-Preguntó esperanzado Pdte. Hayes.
-Cualquier cosa para que dejes esa soltería eterna, Che memby.
-estoy feliz y triste :"v-finalizó el departamento.
......
-¿¡QUE HICISTE QUE!?-Gritó Tarija.
-S-sólo le dije que si...-respondió Oruro tímidamente desde su cama abrazando su almohada.
-...No te lo puede creer-Dijo Potosí, no es que estaba en desacuerdo, solo estaba sorprendida.
-Es que Hayes es muy dulce, merece una oportunidad.
-Claro que si!-Exclamó Tarija muy feliz.
Tarija adoraba a su hermano, sabía que era un chico adorable con un corazón lleno de cariño, el pobre chico había tenido poca e inestable experiencia en el amor, merecía ser feliz, y Pdte Hayes era alguien que era buena opción para darle felicidad.
-¿De que están hablando?-Preguntó la capital de Bolivia entrando al dormitorio.
-¡P-paz! ¿Q-qué haces aquí?- preguntó Oruro sobresaltado; sabía que pasaría si su hermano se enteraba.
-Vine de visita; algo me decía que tenía que venir; ahora ¿me van a decir que pasa?
-¡Oruro va a salir con Pdte. Hayes!-soltó Tarija emocionada.
-¿¡QUÉ!?-Gritó alarmado Paz.
-¡Que va a salir con Hayes, el hijo de Paraguay! ¿Estás sordo o que?- dijo Potosí.
-No vas a ir-dijo firme Paz
-¿Por que no?- preguntó triste Oruro-Pdte. Hayes es muy bueno...
-eso crees ahora; ¿y si te hace algo? ¿te golpea o se burla?
-El no haría eso; incluso sabe que me gusta usar vestidos y-
-¿¡Sabe eso!?-Gritó Paz.
Oruro era uno de sus hermanos más jóvenes, y se encargó de protegerlo de múltiples amenazas a lo largo de su vida.
No odiaba a Pdte. Hayes, pero tampoco confiaba en él, o al menos no para cuidar a su hermanito. Tampoco le gustaba la idea de que sepa algo como los "pasatiempos" de Oruro; eso era algo que solamente su familia sabía. Pensaba que el paraguayo había obtenido una posibilidad para humillar al pobre boliviano. ¿Y si sólo lo quería para una noche? NO. Paz no iba a permitir que utilizaran a su inocente y dulce hermano para eso.-Si, lo sabe-continuó Oruro-y lo respeta, lo conozco hace mucho tiempo, no veo que tiene de malo.
-No vas: y punto.