Capitulo |2|

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Adiós, Capitán.

Luka
8 años

Papá enfermó, la verdad fue una de las peores etapas que pasé en mi vida, estabamos en el hospital esperando noticias sobre su salud, más no decían nada, mamá estaba muy desesperada, nunca la había visto tan nerviosa y preocupada en lo poco que ha pasado en mi vida.

Papá llevaba días enfermo, el no le decía nada a mamá, pero, yo lo veía, un día que me llevó con el a su trabajo tuvo un desmayo, cuando recuperó solo dijo que había sido una baja de tensión. No le creí. Perdía el equilibrio de si mismo, incluso dejaba de ver de repente. Vomitaba todas las noches, y no tenía apetito, pero, comía por nosotros.

Una noche le vi vomitar sangre, fue una noche muy larga, yo no podía dormir pues sentía una horrible acorazonada, mi camarote era una tortura y me hacía sentir ahogado esa noche, sentía un gran nudo en la garganta. La sed me atacó y fui a por agua, en mi regreso a mi camarote oí como si alguien corriera, el sonido provino de la habitación de papá. Mamá esa noche no estaba, pues tuvo turno nocturno en el restaurante. Yo entré al camarote de papá, había pequeñas gotas de sangre en el suelo, esto causó que mis sentidos se colocaran en alerta y corriera al baño. Allí estaba papá, vomitando, le auxilie en silencio. Luego de un rato que los dos estuvimos acostados en su cama, el me hacía prometer que no se lo diría a nadie.

Gran error.

Aún así acepté, esa noche el cantó para mi, y toco su guitarra con gran maestría, yo tan solo le observaba, sus ojos eran apagados, y su rostro cansado, su voz era un poco más rasgada, el no estaba bien. Me contó varios cuentos, luego de eso, me dijo muchas cosas, tantas que parecía que se despedía de mi.

—Hey, deja esa cara larga Luka, ¿porqué estás tan triste?—el había notado mi preocupación y bajos ánimos, tenía muchas ganas de llorar. Una de sus manos acarició mi cabello y luego mi mejilla. El sonreía, fue la ultima sonrisa que vi de el.

—¿Te irás?—pregunté totalmente aterrado y deprimido al verle tan mal. El tan solo sonrío y negó.

—Nunca los dejaría. Además ¿quién defenderá a Juleka cuando crezca y hallan chicos arpías atrás de ella?

Eso me hizo soltar una pequeña risa junto a las primeras lagrimas, el parecía querer llorar, pero se mantenía fuerte. Lo abracé sin poder evitarlo y lloré del dolor.

—Yo lo haré.—respondí entre el llanto, el me abrazó con fuerza, sentí su calor, disfruté de el como si ese fuera el ultimo día.

—No me iré, seguiré presente sin importar que, entre las estrellas, la luna, el mar, siempre estaré en sus corazones, lo prometo.

—Papá, no te despidas de mi, saldrás de esto, lo prometo...—hablé entre sollozos, escondí mi rostro en su pecho escuchando los latidos de su corazón, y sintiendo su amor.—Lo prometo.

Esa noche, dormí aferrado a el y a el pensamiento de que el despertaría mejor. Mentiras, puras mentiras. Al despertar, el no reaccionaba, y si lo hacía volvía a desmayarse, tenía demasiada fiebre, no respiraba bien. Mamá llegó de su turno y apenas vió a papá así le llevo al hospital más cercano, yo fui con ellos acompañado de Juleka luego, mi hermana no paraba de preguntar ¿En donde esta papá?

Odiaba mentirle a mi hermana al decirle que jugaríamos al hospital. Al llegar tan solo nos dejaron estar en sala de espera. Fue una gran tortura, mamá nos veía y me mentía, diciendo que estaba bien, pero en sus ojos podía ver que todo iba mal. Yo lloraba, de frustración y de culpabilidad. Juleka se había dormido en las sillas.

Pasaron horas y horas, yo ya había perdido esperanzas y había dejado de llorar, tan solo miraba a mi hermana dormir pacíficamente. Acaricié su cabello sin despertarla, no quería que viviera esta horrible realidad. Los doctores llamaron a mamá para darle noticias luego de unas horas. A las 5 pm, le anunciaron a mi mamá que papá había fallecido. Mamá lloró demaciado, y yo, yo no hallaba que hacer entre tanto sufrimiento.

El día del entierro llegó, Juleka ya sabía que papá había muerto, ella no dejaba de ver el baúl en donde descansaba el cuerpo sin vida de papá, mientras que yo tan solo mantenía aquel brazalete de cuero que siempre estaba en su muñeca, en mi mano. Mamá aún lloraba, y yo, tan solo me mantenía neutral viendo el baúl.

Apreté aquel brazalete en mi mano, un nudo se formaba nuevamente en mi garganta lastimandome, mis parpados comenzaron a pesar y mis ojos a arder, nuevamente quería llorar, mi corazón se apretaba con fuerza en mi pecho. Debía ser valiente.

—Lo prometí y lo haré, papá.—esas palabras salieron en un pequeño susurro de forma ahogada, me dolía mucho, tome una flor azul y la deje en un costado del baúl.—Seré el mejor hermano que pueda tener Juleka, y la mejor compañía para mi mamá.

No pude reprimir más las lagrimas. No debía llorar, ya no debía. Con la manga de mi esmoking negro limpie las lagrimas que caían por mis mejillas. Apreté mis labios, y di un paso atrás. Sonreí con total dolor para luego hacer una despedida militar.

—Adiós, capitán.

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Casi lloro escribiendo este capitulo, realmente me inspiré. Lo sentí realmente en el corazón, jajaja creo ya me estoy colocando mucho en los zapatos de estos hermanos Couffaine.

Espero que les guste y bueno, díganme que tal les está pareciendo este nuevo contenido y las ediciones♡♡

✅Hermana Menor: ¡AL ATAQUE! ~MLB~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora