Capítulo 7

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Ya me había acostumbrado a la sensación de estar en los brazos del Bestia.Mi cabeza apoyada en su pecho, hacía que pudiera sentir los latidos de su corazón mientras su pecho sube al compás de su respiración. Esta vez podía sentir como sostenía una de mis muñecas con delicadeza.Con sus dedos trazaba las marcas que había hecho en la zona con el filo de una cuchilla.Mi mirada subió a su rostro, sus facciones estaban tan pasivamente. Nuestras miradas se encontraron provocando un escalofrío recorrer por mi cuerpo.Me regalo una sonrisa con ternura, para luego dirigirse a mi muñeca que sujetaba, dejando un beso en cada cortada.Solté un suspiro de satisfacción.

-¿Como dormiste? - pregunta, dejando de lado mi muñeca para posar una de sus manos en mi mejilla, acariciándola.Recien me fije que su torso era lo único que mantiene a la vista.

-Bien... - con flojera me estiré,sintiendo la mirada de mi acompañante.

-Sobre tus cortes... no quiero que lo sigas haciendo-rápidamente lo observe, el mantuvo su mirada hacia cualquier lado- me duele al saber el daño que tu mismo te provocas y quiero que sepas que puedes contar conmigo para lo que sea. Se que nos conocemos no tanto tiempo, las veces que hemos pasado juntos son en la cama...

-Tu mismo lo dijiste, esto no te involucra-lo interrumpí, levantándome para empezar a buscar mis cosas.

-No te pongas así. Solo me preocupas-hablo detrás de mi, mientras me ponía mi ropa interior.

-No necesito de tu pena - estaba furioso. Rápidamente me puse mis pantalones para luego dirigirme a agarrar la camisa que estaba tira en un rincón del lugar, pero el Bestia la agarró antes. Su mirada estaba sería, mantenía la paciencia, tranquilizando su furia para no empezar una discusión.

-Solo vienes a mi para tener sexo- sostuvo la camisa con fuerza, intente quitársela pero esquivaba mis movimientos- acaso te preguntaste alguna vez lo que sentía.

-Sabes... Solo encontré una forma de desahogarme que no sea cortarme¿Acaso eso es malo?. Tu lo dijiste, quieres lo mejor para mí ¿no? - estaba enfurecido, quería salir de aquel lugar.No me importo que no tuviera camisa alguna, solo me gire para irme, pero como siempre la puerta se mantenía bloqueada. Iba a gritarle exigiendo que me abriera, pero me detuve al verlo.

-Siempre lo supe, pero aún así quería estar contigo aunque me utilizarás de esa manera- sus ojos se mantenían cerrados con su cabeza agachada. Empuñando sus manos, la camisa se empezaba a arrugar y sus manos a tornarse un tono blanco- Dime ¿Porqué el y yo no? El Edgar siempre te hizo la vida imposible y yo que te he tratado con cariño. Aun así sigues enamorado de ese desgraciado.Te hace mal y lo sabes.

-Fue la primera persona que vio que existía. Cada vez que me golpea, veo que sabe que existo y eso lo detesta. Pero se que el cambiará solo está confundido y algo asustado ante mi presencia desagradable.

-El nunca ha cambiado y no lo hará jamás-subió su mirada, conectándose con la mía-te seguirá tratando como su juguete.

-Acaso tu si...-observe cómo este alzó una de sus cejas, ante mis palabras que salieron con incredulidad.Yo mantuve mi sonrisa-Siempre me pregunte como lo hacían para que no los descubrieron, ya que este lugar está con la mayor seguridad que conozco.Luego te conocí,supe enseguida cuando me dijiste que eras hijo del dueño del lugar, que estabas involucrado de alguna manera.Después de todo, eres el único que puede saber los puntos ciegos de las camaras, tambien cubrirlos de alguna manera, si algún docente sospecha algo.Capaz que tu mismo lo ayudaste a matar a Hanny-observe cómo su cuerpo temblaba, mi voz había subido de tono en cada palabra de pronunciaba.

-Eso lo puedo explicar,Doc-se acercó a mi, encerrando mi cuerpo entre sus brazos en un abrazo-Son mis amigos, solo quise ayudarlos.Ellos ocultaron sus verdaderas intenciones.Nunca me importo saber lo que hacían a escondidas, después de todo ,siempre me la paso en mi guarida descansando o fumando.Cuando te vi en aquel baño, lo supe,eso me lastimo demasiado.Estaba ayudando a destruir la vida de una persona maravillosa.Solo ese dia decidi ir a clases solo por ti.

Mi cuerpo empezó a moverse, intentando zafarme entre sus brazos.Era imposible, el era mucho más grande y fuerte que yo.Me quede quieto pensando alguna manera de hacer que me soltara.De repente se me encendio la ampolleta,una de mis manos se poso en el bolsillo trasero de su pantalón encontrándome con las llaves.

-Quieres que te perdone-observe como el sacaba su rostro de mi hombro,quedando cara a cara con el.Posé mis labios sobre los suyos, empezando un beso feroz.Deje que nuestras lenguas exploraban por cada zona de la boca del otro,empezando una danza entre ambas.Sus manos se dirigieron a mi rostro para intensificar.Ambos estábamos calientes , deseando cada vez mas.Pero no tenia que caer tan facilmente despues.Solo era un juego para el, su amor que el decia que sentia por mi era una mentira.Culpa era lo que sentía, piensa que lo perdonare solo si me me trata con tanto cariño y me haga el amor, para que sienta el deseo de su cuerpo.

Una de mis manos agarro las llaves que se encontraban en su bolsillo.Antes que reaccionar, le di una patada en su entrepierna.

-Eres una grandísima basura-le dije antes de girarme hacia la puerta.Pero antes de irme le dije mis últimas palabras-lo que dices del Edgar¿Porque serias su amigo si piensas de esa manera de el? El no va a cambiar, tal vez tengas razón pero el amor es ciego.Lo deseo a él y ha nadie más -después de desahogarme me gire hacia la salida, dando un portazo antes de irme.

Estaba desbastado.No entendía porque me había sentido tan engañado y utilizado.Había dejado pasar cada sospecha pero como habló sobre el Edgar, me di cuenta que lo conocía bastante.Sus palabras aún resuenan dentro de mí, me mentía desean que todo aquello fueron dicho solo por.... ¿Celos?.Empece a frotar mi cien, estaba confundido. En mi mente montones de preocupaciones y pensamientos se mezclaban entre ellas formando una montaña de incoherencias.
Las noches que pasé con el, nunca nadie me había tratado con tanto cariño y deseo. Después de tanto tiempo, alguien se había preocupado tanto por mi.Apoye una de mis manos sobre mi pecho, específicamente en la zona en donde se encuentra aquel odioso órgano que nos hace sufrir de aquel sentimiento llamado amor, mientras se deleita de cada lagrima que soltamos, aún así debe permanecer dentro de nosotros por el simple hecho de no poder vivir sin este.
Tal vez me había pasado. No debía haber dicho todo eso, el sentía algo por mi, jugué con él de tal manera y luego lo rechazo. Pero por mi cabeza aun pasa la idea de que todo es una mentira, de que quien realmente está jugando con uno, es el.

Entre mis pensamientos, no me di cuenta que alguien se encontraba frente a mi, provocando que chocará con el.

-Ten cui... - mis palabras no salieron ante la presencia que observe frente a mi. A mi vista se encontraba el Edgar, su mirada era sería y no quitaba sus ojos sobre mi. Solo lo hizo al observar la puerta trasera del gimnasio que estaba a algunos centímetros nuestro, ya que no había avanzado mucho por encontrarme en mis pensamientos. Luego de eso su vista cayó de nuevo sobre mi.

-¿Qué haces por aquí, pequeño? - hablo en un tono extraño, se podía decir que intentaba hacerse el lindo conmigo.

-N-Nada... Solo venía a dejar unas cosas que me pidió el profesor- estaba nervioso, su presencia era muy dominante provocando que uno solo se rehusara a agachar la cabeza.

-Mm... Ya veo- podía sentir que no me creía, pero aún así cambió de tema cambiando su rostro a uno tierno y apenada-Disculpa, por lo sucedido anteriormente. Creo que tienes razón, me he comportado como un idiota contigo¿Quieres empezar de nuevo? Empezar a hacer amigo¿Te gustaría?

Una oportunidad, eso veía ante lo que me decía.El quería empezar de nuevo, hasta se estaba disculpando conmigo.

-Claro... - dije con una sonrisa de oreja a oreja.No podía creer lo que había escuchado, una parte de mi se negaba a que sus palabras fueran verdaderas, pensando en que sólo era un plan de él. Pero enseguida lo sacaba de mis pensamientos para enfocarme en las facciones de su rostro, mantenía una sonrisa algo alegre.

-Entonces, nos vemos después. A la hora del almuerzo-dijo mientras se giraba y se despedía moviendo su mano.

Mi corazón no dejaba de latir. Pero era extraño, no se sentía satisfactorio ni que latiera por amor, si no por pánico e miedo.Deseando que viniera aquel joven robusto, canoso y barbón a protegerlo ante su pesadilla.










Hipócrita -Jaidefinichon Goth ⚠ {Besdoc/JaiNico } CanceladaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora