Chapter #20: -Oh no. -Oh sí.

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Hayami:

-Señor ayúdame -susurré mirándome al espejo-

Hoy era domingo, y ya había trazado mi "plan maestro" para convencer a Lee de ir a la iglesia conmigo.

En realidad era fácil: no le iba a decir que iríamos a la iglesia.

Dudé entre si recogerme el cabello o no, al final me lo dejé suelto. Iba bestida con una blusa rosada pálida holgada de seda, que llevaba por dentro de una saya alta negra, corte de secretaria, que me quedaba por encima de las rodillas... y me veía bien.

¿Quién dice que para lucir bien hay que usar ropa súper corta y escotes bien pronunciados?

Por último me calcé unos tacones rosados, (de 13 cm, obvio), y me puse unos pendientes de igual color.

-Ok Hayami, estoy lista -le dije a mi reflejo y tomando mi cartera me dispuse a salir de la habitación, sin embargo lo que no esperaba era encontrar a mi hermano recostado al humbral de la puerta-

-Así que vas a la iglesia -me dijo-

-Sip -asentí- pero primero me voy a pasar por el hospital para buscar a Lee.

-Ese chico me dio muchas impresiones menos la de chico de iglesia -señaló-

-Es que no es un "chico de iglesia", pero espero que Dios cambie eso.

-¿Vas a obligarlo? -preguntó alzando las cejas-

-Claro que no, yo no puedo obligar a nadie a que crea en Jesús, por eso existe el libre albedrío -le dije seria- pero lo que sí puedo hacer es presentárselo. Y eso haré.

-Ok, pero antes de que salgas necesito hablar contigo -se sentó en el borde de mi cama- sentémonos.

-Dilo directo.

-Así lo haré. Quiero despedirme.

-¿Qué? ¿Tan rápido? ¿No te ibas a quedar una semana más?

-Eso se suponía pero en Tokyo me necesitan.

-¿No puedes dejar al clan? -pregunté bien bajito, como si tuviera miedo de que alguién además de nosotros nos escuchara-

Él negó entre lágrimas.

-Realmente quisiera hacerlo... pero sabes que no puedo. Si lo hiciera ambos estaríamos en peligro, incluso Kyle podría estarlo.

-Yo... voy a orar para que Dios te de una salida -le dije firme- espera un momento -saqué mi Biblia y la abrí en Isaías 49:25-  Pero así dice Jehová: -comencé a leer en voz alta, esta vez, como para que todos me escucharan- Ciertamente el cautivo será rescatado del valiente, y el botín será arrebatado al tirano; y tu pleito yo lo defenderé, y yo salvaré a tus hijos.

-Mi Dios -volví a decirle- te dará auxilio, y tú tendrás que reconocerle. Ese día sabrás que hay Dios en este mundo, y que ÉL acampa alrededor de los que le temen y los defiende. Y que por yo creer será salva mi casa -le di un beso en la mejilla- ahora tengo que irme que voy a llegar tarde.

Mientras caminaba hacia la puerta lo escuché decir a mis espaldas -Ganbatte!

Sonreí y me giré para poder respomderle viéndole a los ojos -No necesito suerte -señalé a arriba- tengo a Dios. Sayonara Oniisan -seguí mi camino-

-Sayonara.

******

Me paré en el humbral de la puerta de su cuarto en el hospital. Estaba con la mirada fija en algún punto a su derecha, tan insimismado en sus pensamientos que no se dio cuenta de mi presencia.

Adopción. [✔Serie: Significado✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora