Lee:
Tosí otra vez. Al parecer había pescado una gripe.
No había podido pegar un ojo en toda la madrugada debido a esta incesante tos. Ahora mismo me encontraba en la cama cubierto por dos frazadas.
Tenía mucho frío.
Hacía rato me había tomado las pastillas para la fiebre y me había hecho un té con miel. Que viviera sólo no quería decir que no supiera cuidarme.
En realidad siempre me había cuidado yo sólo cuando me enfermaba. Mamá trabajaba mucho, entonces yo siempre me quedaba al cuidado de Helen, nuestra anterior ama de llaves. Esa mujer me cuidó siempre que me enfermaba hasta los 15 años, que fue cuando murió.
Una lágrima rodó por mi mejilla recordándola. Suspiré y me acurruqué más con las mantas.
Hoy era el día de la feria universitaria. ¿Cómo la estaría pasando la brujita? Sonreí, si ella supiera que la sigo llamando brujita en mi mente seguro se inventa un apodo peor para mí. Es competitiva, lo había notado durante estas últimas 3 semanas que siempre almorzábamos juntos.
No podía creer que esa enana hubiera hecho que yo cambiara mis hábitos sólo para pasar tiempo con ella. Me había vuelto loco, cada vez que la veía sentía cosas que no comprendo.
Ella era todo lo contrario a mí, aunque en cierto modo éramos muy parecidos. Ella era alegre y un tanto dramática, yo no recuerdo la última vez que reí de verdad antes de conocerla. Sin embargo había algo en lo que nos parecíamos, no sabía decir exactamente qué era, pero lo sentía.
Con ella simplemente no podía ser el Lee que todos conocían. No podía tratarla cortés pero indiferentemente.
No podía ser indiferente porque me importaba. Hayami Kayano Ressler me importaba.
¿Que ejemplo más claro que ahora, cuando me encontraba enfermo y que sin embargo en lo único que podía pensar era en cómo estaría ella?
Suspiré, si esto no era estar enamorado entonces no sabía qué era.
El timbre de la entrada sonó. No esperaba visitas, en realidad nadie me visitaba, sólo mi madre, pero ella no llamaba a la puerta.
Me levanté envuelto en las mantas, estaba temblando un poco.
-¿Qué eres?¿Una momia? -exclamó la enana señalando las mantas-
No podía creer lo que mis ojos estaban viendo. Hayami estaba de pie en la puerta de mi casa mirándome con los ojos bien abiertos. Se veía graciosa. Pero no pude reír, de pronto todo empezó a nublarse y a dar vueltas y cuando volví en sí estaba acostado en mi cama con una toalla húmeda en la frente.
-¿Q... q... qué pasó? -tartamudeé-
-Pasó que me has hecho perder 10 años de mi vida del susto idiota -se quejó- ¿No te diste cuenta de que tu fiebre ascendía a 39?
-¿De qué hablas? -pregunté confundido- si incluso me tomé las pastillas para la fiebre.
-No sé qué pastillas te tomaste pero tu fiebre estaba bien alta idiota, por lo menos ahora sé por qué no apareciste por la universidad.
-Espera -me senté en la cama- ¿Estabas preocupada por mí? -Hayami me esquivó la mirada- estoy en lo correcto, estabas preocupada, apostaría a que no pudiste concentrarte en todo el día esperando verme.
-Deja de hacerte el importante y sólo escucha, tengo algo que decir.
Crucé los brazos a la altura del pecho y me recosté a la pared.
-Habla.
-En realidad es algo que quiero pedirte -empezó a juguetear con las pulsas que llevaba en las manos, supe que estaba nerviosa-
-¿Sigues endeudándote conmigo Hayami? -pregunté en tono socarrón- Estoy ansioso por cobrar tu deuda.
-Moléstame todo lo que quieras pero necesito tu ayuda -suspiró derrotada- Simon y Leila nos invitaron a una cita doble. Te necesito.
Mi sonrisa se ensanchó.
-¿Me necesitas enana?
-Ya que mi otra opción sería admitir que no estamos en una relación y sumergirme en la vergüenza delante de mis enemigos -pareció sopesar sus opciones un minuto para luego enfrentarme con sus ojos oscuros- así que sí, te necesito idiota. Por tanto tenemos que prepararnos para la batalla.
-Espera un minuto -dije en mi lengua natal mientras reorganizaba mis ideas- ¿Es "idiota" mi nuevo sobrenombre? Ya lo has dicho tres veces.
-Upps -la chica delante de mí se tapó la boca con la palma de su mano fingiendo avergonzarse de sus palabras- como la primera impresión que tuve de ti es que eras un idiota al parecer las viejas costumbres nunca mueren.
-¿Y qué dices de enemigos y batalla?¿Acaso estamos en la Edad Media?
-Shhst -me mandó a callar- vamos a entrar en una lucha más sangrienta que las del medioevo.
Se veía tan linda y graciosa mientras hablaba tan seria.
-Vale, sabes que te voy a ayudar -me levanté de la cama y la guié a la sala, luego de sentarnos volví a hablar- ¿Cómo vamos a prepararnos para la "batalla"?
-¡Qué bueno que lo preguntas!
Y nos sumergimos en un mar de estrategias y planes para convencer a los "enemigos" de Hayami de que sí éramos novios.
Ella aseguraba que Leila no se había tragado al completo la historia así que debíamos presentarnos listos para un interrogatorio en el tiempo que durara aquella cita doble.
Por tanto el resto de la tarde fue bastante productivo para satisfacer mi interés personal acerca de la enana.
Emparejamos nuestras historias de cómo nos habíamos conocido y empezado a salir. Además de que, en respuesta a mi sugerencia de que debíamos saber más el uno del otro para así responder cualquier pregunta que nos hicieran, Hayami y yo intercambiamos una considerable cantidad de información.
Lo gracioso es que mientras más sabía acerca de ella más curiosidad sentía. Todo, hasta las cosas más banales me parecían interesantes.
Descubrí que su color favorito era el rojo, que su cumpleaños era el primero de enero, que le encantaban los gatos, la lluvia y el olor a tierra mojada. Su comida favorita era el sushi y su sueño siempre había sido trabajar en un laboratorio por lo cual había optado por la carrera que ambos estudiábamos.
En correspondencia a la información recibida decidí que debía contarle sobre mí.
Por tanto le dije algunas anécdotas de cómo habían sido mi primer y segundo año en la universidad. Le comenté que mi color favorito era el dorado, que mi cumpleaños era el 23 de octubre y que me encantaba pasarme el día recostado en el sofá viendo la tele (algo que al parecer teníamos en común).
Sin embargo antes de cruzar la puerta para irse, Hayami me reveló qué era aquello en lo que yo sentía que nos parecíamos pero que no sabía decir qué era.
-¿Sabes Lee? -volvía a estar nerviosa- soy como tú.
-¿Guapo en extremo? -era un chiste pero mi enana no rió, empezaba a preocuparme-
-Ojalá fuera eso -suspiró- aclaro, sí soy guapa en extremo, pero no era eso lo que quería decirte -una media sonrisa se posó sobre sus labios-
-OK -su cara me decía que no era tiempo de bromas- dime.
Las palabras que salieron de su boca me paralizaron.
-Yo también... Soy adoptada.
Un silencio sepulcral nos rodeó.
Eso era...
En sus ojos y en los míos se podía ver lo que era ser abandonados.
*Lee en multimedia.
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Adopción. [✔Serie: Significado✔]
SpiritüelDiferentes circunstancias... Diferentes orígenes... Diferentes secuelas... Pero el mismo problema. Diferentes trayectorias... Diferentes experiencias... Diferentes sentimientos... Pero el mismo vacío. La misma salida... La misma solución... La misma...