Hayaro:
Caminé de una esquina a la otra de la estancia, luego volví a hacerlo, y a hacerlo, y a hacerlo otra vez. Hasta que el ayudante del fiscal llegó para volver a repasar las preguntas que me haría durante el juicio.
Estaba nervioso, demasiado nervioso, dentro de poco testificaría, meterían al abuelo en la cárcel, y yo sería libre.
Sólo esperaba que todo saliera bien. Hace un año ni siquiera me habría imaginado que hoy estaría aquí. Recordaba las palabras de mi hermana cuando me dijo que Dios me abriría una puerta, y ÉL lo había hecho.
No estoy diciendo que yo creyera en Dios o algo, siempre supuse que había alguna fuerza mayor que regía el Universo, pero nunca imaginé que se interesara por mí o por mi familia.
La cosa es que ÉL, quien quiera que fuera, al parecer sí se interesaba por mí, o por lo menos mi hermanita insistía en eso.
-Entonces ¿Estás listo? -me preguntó el ayudante del fiscal-
-Sí.
-Ok, vámonos, el juicio ya va a comenzar.
Cuatro hombres irrumpieron en la habitación, todos con armas y pasamontañas, claramente me encontraba en desventaja ¿dónde estaban los agentes que debían cuidar mi seguridad cuando los necesitaba?
Dos ataron las manos y los pies del ayudante del fiscal y cubrieron su boca con cinta adhesiva mientras nos apuntaban a ambos.
Luego me amordazaron, ataron las manos y colocaron una bolsa negra en la cabeza.
-¡Camina! -ordenaron-
Hayami:
El abuelo había acabado de entrar al tribunal, estaba sentado en el asiento del acusado con su abogado a la derecha.
Yo estaba sentada entre mi papá y mi novio, habían alguaciles por todas partes, sin embargo eso no disminuía mi nerviosismo.
Akira Yoshio me miró, en realidad nunca había sentido miedo de él aún sabiendo de lo que era capaz, por alguna extraña razón siempre fue cariñoso conmigo, ahora podía ver que sólo era una máscara, pues su mirada clavada en mí no era de cariño, sino la de alguien que no dudaría en ponerme una bala en la cabeza si eso lo libraba de ir a prisión.
Debo admitir que por un minuto los nervios se apoderaron de mí y tomé las manos de mi padre y de Lee tan fuerte que ambos me miraron.
-Oye, tranquila -me dijo mi idóneo- el Poderoso está del lado de nosotros.
-Nada te va a pasar -me intentó calmar mi padre- hazle caso al chaval, tiene razón.
Lee lo miró con una mezcla de alegría y estupefacción.
-Gracias.
Mi papá se encogió de hombros.
-Los mentirosos no heredan el Reino, por lo que tengo que decir la verdad aunque no me guste -recalcó esas últimas palabras-
-¿O sea que no te gusta que yo tenga razón? -si no conociera a mi novio, me sentiría tentada a decir que estaba ofrendido-
-Obvio que no -respondió claramente mi padre-
-Ya está bien, chicos -los detuve- no discutáis que hoy los necesito a los dos.
En eso vi al ayudante del fiscal entrar por la puerta seguido del detective Hanazawa y ni rastro de mi hermano. Fueron directo a hablar con el fiscal y pude ver a mi abuelo sonreir, algo había pasado. Él había hecho algo.
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Adopción. [✔Serie: Significado✔]
EspiritualDiferentes circunstancias... Diferentes orígenes... Diferentes secuelas... Pero el mismo problema. Diferentes trayectorias... Diferentes experiencias... Diferentes sentimientos... Pero el mismo vacío. La misma salida... La misma solución... La misma...