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Personaje: Jacob Thrombey
Advertencia: Contenido sexual, leer bajo su propia responsabilidad.


-Dios, siempre haces esta mierda, ____-, gruñó Jacob, paseando sus largas piernas de un lado a otro en la sala de estar.

-Y no haces una mierda, ese es el problema. Es por eso es que incluso estamos teniendo esta discusión-.

-No, tenemos esta discusión porque no sabes cómo dejar que un hombre respire. Joder, es como si nunca pudiera volver feliz. Siempre estás enojada conmigo por algo estúpido-.

-¿Estúpido?-, Te burlaste. -Seguro que no fue estúpido para ti cuando planeamos esta noche hace dos meses-. Jacob puso los ojos en blanco, continuó caminando por la habitación y jugueteando con sus dedos.

-Y por supuesto que lo olvidaste. Como haces con todo lo que tiene que ver conmigo.-

-No olvido todo contigo, ¿de acuerdo? Se llama mi vida no está centrada en ti. Tengo amigos, familia, el instituto, ¿sabes?-

-Jacob , yo también tengo todas esas cosas, pero no me olvido de las cosas importantes entre tú y yo. Así que inventa otra excusa-.

-No fue una excusa-. Cruzaste los brazos sobre el pecho con un profundo suspiro.

-Me prometiste que yo, junto con esta relación, era tu máxima prioridad, pero has estado olvidando tantos eventos que tú y yo habíamos planeado. La peor parte es que ni siquiera disculpaste-. Te miró lentamente, con los ojos brillando.

Por un momento pensaste que estaba llorando, pero ¿por qué lloraría por esto? Claramente no es importante para él.

-Lo siento-, respiró.

-Gracias-

-Que estás tan necesitada-.

Tus ojos se abrieron ante sus palabras y tus cejas se pegaron con furia.

-Y lo siento-, dijiste, agarrando tu chaqueta del sofá preparándote para irte.

-Que estás a punto de ser soltero-.

-Woah woah woah-, arrulló Jacob , agarrándote del brazo y tirando de ti hacia él.

-Nada de eso. Siempre me estás diciendo que deje de alejarme de ti, así que no te alejes de mí, linda-.

Su tono era casi sincero, pero no lo creíste por un segundo.

-Deja de llamarme así, ve a llamar a alguien más-.

-No puedo-, dice. -Solo para ti-.

Pusiste los ojos en blanco y cambiaste de peso sobre el otro pie.

-Y deja de intentar ser lindo. Eres un imbécil y eres un mentiroso-.

-¿Cómo me llamaste?- Tus ojos se posaron en los ahora oscuros.

Apretó la mandíbula, apretó el puño a los costados provocando que las venas de sus brazos se vieran claramente. Nunca le gustó que nadie lo llamara, especialmente tu, y de los dos nombres que lo llamaste, solo uno hizo que quisiera volar toda la casa. Pero no te importaba, solo lo molestabas más.

-Me escuchas. Siempre me das estas promesas vacías, por lo tanto eres un mentiroso-, enfatizas en la última palabra.

Una leve risa cayó sobre sus delgados labios mientras sacudía la cabeza y avanzaba lentamente hacia ti.

-Ahora imbécil, puedo tomarlo, ¿pero mentiroso? Ahora realmente solo me estás presionando-. Exhalaste rodando los ojos.

-¿Sabes que? Jódete, Jacob- . Jacob se rio y te miró de arriba abajo seductoramente.

-No digas más.- Se acercó a ti, tirando de tu brazo más o menos antes de moverte al sofá. Se sentó ante ti, mirándote fijamente a los ojos.

-Nunca se sabe cuándo dejar de fumar, ¿verdad?-, Escupe, tirando de sus jeans, junto con sus boxers , hacia abajo.

-Todas esas palabras sucias que me dijiste dejaron estos pequeños labios bonitos-, estira la mano para frotar la yema del pulgar contra el labio inferior.

-Creo que es hora de lavarte la boca, linda-.

Tu aliento se te enganchó en la garganta y constantemente te arrodillaste delante de él como él quería. Miras fijamente su dura longitud con un jadeo.

Tu mano agarra la mitad inferior y llevas tus labios hacia adelante para envolver su punta. Sus ojos se cierran de placer y reclina la cabeza contra el brillante sofá amarillo. Sus manos se arrastran hacia tu cabeza, jugando con tu cabello antes de mover tu cabeza hacia su polla.

Hizo una mueca de dolor, moviendo la cabeza dolorosamente más despacio su eje y él te miró con amargura. Sacudes la cabeza con ojos suplicantes.

-Jacob, yo ... no puedo-. Pero Jacob no lo estaba teniendo mientras te miraba perversamente.

-Si puedes hablar toda esa mierda, entonces toma mi polla-, prometió.

Tus mejillas se enrojecieron y continuaste deslizando tus labios hacia arriba y hacia abajo de su miembro en un ritmo rápido, tu nombre y tus palabrotas dejaron a Jacob y lo miraste con los ojos golpeados.

Te preguntaste cómo demonios pasaste de maldecir a Jacob a tenerlo en tu boca, pero no te enfocaste demasiado en ese pensamiento, solo tomándolo más por la garganta, mientras tu mano rozaba su muslo.

-Te sientes tan bien chupándome, muñeca. Tan jodidamente bueno-, gimió sacudiendo la cabeza.

-Pero no quiero correrme así. Necesito estar dentro de ti. Él te puso de pie, quitando tu ropa de tu cuerpo rápidamente, así como tirando de sus jeans y bóxers hasta el fondo. Te acunó en sus brazos, recostándote suavemente antes de empujarse instantáneamente hacia ti.

Tu boca se abrió en estado de shock y satisfacción y gemiste su nombre mientras tus dedos se envolvían en su cabello.

-Joder, Jacob- lloraste mientras te mordía el cuello.

-Tan apretada-, gimió, martillando dentro y fuera de ti, su mano viajando hacia abajo para jugar con tu clítoris.

Sin duda, todavía estabas molesto con Jacob, pero la poderosa sensación de sus largos dedos sobre tu clítoris y su gruesa polla entrando y saliendo de ti te quitaron la ira. Hiciste una mueca cuando Jacob te mordió la carne una vez más antes de gemir en tu oído cuando ambos alcanzaron su clímax. Se acostó a tu lado aunque estaba prácticamente encima de ti debido a los pequeños muebles.

-¿Cómo logramos hacer eso en este pequeño sofá?-, Se rió entre dientes. Te quedaste callado encogiéndote de hombros y él notó tu estado de silencio.

-¿Estás bien?-

-Todavía estoy enojado contigo, sabes-, respondiste.

-Lo sé, bebé-, habló, agarrando la manta del sofá y cubriendo tus cuerpos desnudos con ella.

-Pero perdonemos y olvidemos-.











-Pero perdonemos y olvidemos-

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𝐨𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬; jaeden martell Donde viven las historias. Descúbrelo ahora