Día de San Valentín. En realidad, es el primer día de San Valentín "verdadero". Y estabas asustada pero también emocionada al mismo tiempo.
Jaeden te dijo un mes antes que planearía lo que harían ese día, y estabas completamente feliz solo de pensarlo. No quería nada más que lo mejor para ti y haría lo imposible para hacerte recordar. Y estrictamente te pidió que no le compraras nada, dejando en claro que esa noche era solo parati y para ti.
Ese día , Jaeden te envía un mensaje de texto temprano por la mañana pidiéndote que te prepares para las 6 p.m. No sin agregar:
Jaeden💞: y ponte ese vestido azul marino que tanto amo
Por supuesto que usarás ese vestido específico esta noche.
Ya estas arreglada cuando suena el timbre. Justo a tiempo. Cuando abres la puerta, Jaeden está tan guapo como siempre, vestido con un abrigo oscuro abierto con una bonita camisa y pantalones grises, con un enorme ramo de rosas rojas en la mano. Y esa sonrisa característica de él. Podrías mirarlo por horas.
-Hola guapo. ¿Listo para ir?-
Después de poner las rosas en un florero y tomar tu bolso de mano, sales de tu casa.
El niño reservó una mesa en un elegante restaurante en la ciudad.
-Sabes que no tenías que traerme aquí, soy feliz con quedarme en casa a tu lado- hablé
-Solo disfruta la noche linda- me sonrió
La cena estuvo llena de risas, juegos de palabras, risas casi fuera de control, ojos de corazón, líneas cursis y manos unidas.
Estás disfrutando de este momento encantador con Jaeden que no pudo apartar la mirada de ti, ni siquiera por un segundo.
Puede que no se muestre, pero Jaeden está literalmente estresado también. Todo va súper bien, pero aún así, tiene que encontrar el momento adecuado para darte tu regalo. Pero, ¿por qué está pensando tanto en eso realmente? Él sabe que no tiene nada de qué preocuparse. Te ves absolutamente impresionante como un total natural, tu voz suena como una melodía para sus oídos y ... y ...
A la mierda
Respiró hondo y Jaeden le pide al camarero que le traiga sus postres. Una vez servido te animas mientras te miras amorosamente a los ojos y luego cavas en tu postre. Jaeden bebe la mitad de su vaso a la vez antes de hablar.
-Linda, ¿puedes ... cerrar los ojos, por favor?-
Un poco desconcertada, lo miras interrogante antes de poner tu cuchara en tu plato y cerrar los ojos. Jaeden saca la caja de terciopelo del bolsillo de su abrigo y la abre para tomar lo que hay dentro. Luego se levanta y camina detrás de tu silla. Sientes sus manos colocando delicadamente algo alrededor de tu cuello, sus dedos tiemblan un poco y te rozan la nuca.
-Puedes abrir los ojos ahora-.
Cuando lo haces, bajas la cabeza y finalmente ves un hermoso collar. De hecho, es el que seguías mirando cada vez que pasabas frente a esa tienda cara y no podías apartar la vista, incluso si sabía que no podía permitírselo.
-¡Ja-Jae! ¡Esto es-!-
No tienes tiempo para terminar tu oración cuando Jaeden deposita un tierno beso en tus labios.
-Feliz San Valentín, cariño-. Jaeden te sonríe cálidamente antes de picotear tus mejillas y volver a sentarse en su silla.
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