15🌊Profecía

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Hace miles de años atrás cuando los titanes gobernaban el universo y los dioses apenas comenzaban a existir, en las profundidades del recién creado mar que abarcaba gran parte tierra, Del Mar mediterráneo al océano Atlántico, el mayor titán Océano tuvo una visión, entre sus sueños llevados por las corrientes de agua salada.

La presentación divina de un ser proveniente de los océanos que nacería miles de años después, uno que iluminaría con su ser las profundidades del océano con tan sólo existir y llevaría en él un poder tan Grande como la de un creador de universos, gobernaría y ayudaría a volver los océanos en lo que siempre debió ser.

Más sin embargo la neblina en sus sueños le advirtió que no tendría un camino fácil y el choque de dos razas existiría pero Océano no pudo saber si sería bueno o destructivo.

Un segundo ser nacido en el Olimpo apareció en los sueños de Gea, la madre universal y madre de los primeros titanes, entre ellos Oceano. Un ser con apariencia humana que no logro crecer y murió pero cuya alma viajaría por el tiempo y el universo con tal de seguir su destino. Gea supo que era hijo suyo más que nunca y dolida por no tenerlo juro proteger aquel alma vagando hasta que encontrara lo que tanto buscaba.

Su complemento.

Gea visitó a Océano a orillas del Río Nilo e unieron sus visiones, temiendo que fueran olvidadas y fielmente creyendo que debían cumplirse las dibujaron en grandes rocas explícitamente y mientras lo hacían descubrieron que se trataba de la unión de dos mundos que fueron separados, que sucedería miles de años después de sus sueños. Las rocas fueron arrastradas por torbellinos hasta las profundidades Del Mar donde esperarían pacientemente hasta el momento decisivo.

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Un pequeño tritón de cinco años y mechones azules con cola turquesa creaba corrientes con su alegre risa mientras se escabullía entre los arrecifes, su hermano mayor le seguía por detrás con una sonrisa de igual manera. Ambos niños habían estado jugando con los tiburones desde temprano aunque Taeyong se aburrió fácilmente, el pequeño Mark tenía el don de ser amado por todos los habitantes del océano, tenia un aura que hacía feliz a su gente incluidos los anímales.

Los cuales Mark adoraba, los tiburones éramos su favoritos pues si se sujetaba de su aleta ellos le llevaban a explorar nuevas cosas o simplemente jugar entre ellos. Aquel día regresaban al reino después de estar con ellos cuando Taeyong comenzó a jugar con él y todo se volvió una carrera en la que se enfocaron más en perseguirse y reír que en seguir el camino correcto de vuelta casa.

Las risas comenzaron a cesar lentamente hasta volverse una respiración nerviosa.

—H-hermano ¿y nuestro castillito?—Preguntó Mark comenzando a asustarse de no ver más que profunda oscuridad y cuevas.

Taeyong abrazo al menor mirando a su alrededor.—Cerca Markie, sólo deja que tu hermano busque el camino, llegaremos pronto.

No sabía si cumpliría su palabra pero jamás soltó la mano de su hermano menor mientras nadaban buscando luz, entonces lo vieron.

Una luz que parecía ser provocada por reflejos y Mark se emocionó, soltándose de Taeyong para poder ver más de cerca aquella llamativa luz.

Detrás de una cueva descansaba una perla como ninguna, su brillo no era debido al sol, por si sola producía luz. La tomó entre sus manos al mismo tiempo que su hermano llegaba a su lado.

—¡Markie! No te alejes mucho de mi, podrías perde...—Taeyong ceso cuando gracias a la perla pudo ver con claridad tallados en la rocas que formaban la cueva.

Sus ojos esmeralda viajaron por la extensión al igual que los zafiros de Mark, sorprendidos por el largo pergamino que veían. El tritón menos paso su dedito en el dibujo de un humano, hipnotizado por la forma en la que abrazaba la silueta de un tritón, parecía un cuento antiguo.

—L...lindo.—Murmuro para si mismo.

La perla resbaló de sus manos pero jamás cayó a la arena, si no que se impregnó en su piel, pareciendo la principal en la constelación de lunares en su torso, Mark intento quitarla de su cuerpo pero parecía ser parte de él ahora y no lo entendía. Taeyong miró como el pergamino se acaba pero no parecía completo debía faltarle un pedazo.

Él jamás olvidó aquello incluso cuando volvieron al reino.

Incluso cuando años después aquel dibujo de un humano y un tritón abrazándose se personificó a orillas de la playa, en su hermano y el humano de nombre John.

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Un pequeño John de siete años visitaba la playa como todos los días, era una rutina que adoraba pues construía castillos de arena con su padre para después fingir que era un monstruo que los destruía. Aquel día no fue diferente en un inicio, tomó su cubetita roja junto a su pala y otras cosas más dentro de ella, su padre que tardó más pues apenas regresaba del trabajo le colocó protector solar en ambas mejillitas sonrojadas y estuvieron listos para caminar a la playa.

—papi ¿porque mamá sigue gritando?—Preguntó el pequeño tomando la mano de su mayor.

Su padre negó lentamente con la cabeza y le sonrió—¿Cuantos castillos piensa destruir hoy Johntruo?

—Todo un reinooo, raaaw.—Siendo un Niño fue fácil dejar atrás el tema.

Su padre se carcajeó acomodándole su gorrita y miró hacia atrás, aliviado de alejarse de su esposa tan sólo por unas horas.

Estuvieron horas jugando, construyendo todo tipo de castillos de arena, en algún momento se unieron más niños y John y su padre terminaron en una competencia por cual estructura era mejor, no ganaron pero la diversión valió la pena incluso y se encontraban llenos de arena, comenzaba a ser tarde, se sentía más fresco de lo normal y su padre le hizo una seña, debían volver a casa así que John comenzó a recolectar sus juguetes.

En el momento en el que se inclinó para tomar su pequeño rastrillo una ráfaga de viento se llevó su preciada gorra verde, la cual rodó por la arena y John corrió tras de ella, vio como daba vueltas mientras más rápido iba.
Finalmente logro rozarla entre sus manitas pero se alejó demasiado y su padre ya venía detrás de él.

La gorra cayó detrás de una roca enorme que tuvo que trepar y saltar para tomarla, cuando estuvo por devolverse notó unos dibujos extraños en ella, su regordete dedito delineó la cola del ser dibujado, con asombro, lucia como la sirenita, de aquella película que su prima amaba ver.

—Hermoso.—Murmuró el pequeño niño pero no pudo ver más cuando su padre lo cargó y pronto fue olvidado.

Enterrado en su memoria aquel dato importante que jamás supo que en realidad le involucraba.

Porque aquel tritón dibujado era sostenido por su persona, años después y volvía susurrar las mismas palabras, hermoso.

Cumpliendo y dando inicio a la profecía.

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Alooooo ¿cómo estaaaaan?

Alguna de ustedes me contacto por Instagram DM pa sacarme la sopa JAJAJA las amoooo, espero que puedan entender un poquito ahora. 👀🌙

Lo iba a subir como a las tres am pero ¿qué creen? La Moon metió un gato enorme a mi habitación en la madrugada y todavía no tengo la idea de como si todo estaba cerrado.😔👊🏽

Espero que les haya gustado~

–💙.

Forbidden Sea. ⇒[JonhMark]🌊Donde viven las historias. Descúbrelo ahora