Día 19

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Usando ropa formal.

Marín amaba mucho a Aioria, lo amaba tanto que decidió acompañarlo a una gala que Athena o en este caso Saori Kido había organizado, todos los caballeros que tenía la diosa ya habían ido a excepción de Aioria y clara las amazonas no habían ido, ella sería la primera y esa idea realmente no le agradaba mucho, se temía lo peor por la reacción de su diosa.

Aioria era otro que estaba preocupado, nunca se imaginó que su diosa aceptaría tal idea de llevar a Marín a una gala, un lugar donde mucha gente estaría presente y un lugar en donde obviamente no podía llevar puesta su mascara porque causaría revuelo y habladurías entre la gente y lo que Saori Kido alias Athena, quería era eso.

Mientras la joven pareja se preguntaba como habían siquiera pensando esa idea, la diosa estaba más que emocionada, muchas veces sus clientes hombres y una que otra mujer, le preguntaba si solo tenía a su servicio hombres a lo que ella nunca sabia que responder; para la diosa era el momento perfecto de presumir la belleza de sus guerreras.

Desde la era del mito Athena había ocultado la belleza de sus guerreras, por dos razones celos y por sus caballeros hombres, la mayoría de sus guerreros eran hombres y se veían mujeres tan hermosas y fuertes como las que llegaban a ser sus guerreras se verían tentados por los deseos y el amor y ella no quería eso con tanta guerra en esas épocas, por lo que creo esa regla tan cruel pero a la vez hermosa.

Athena ahora mismo era como una niña con un juguete nuevo, conocería una nueva faceta de Marín, esta vez no estarían en Grecia o en el santuario donde debía ocultar su belleza, estaban en Japón un lugar nuevo en donde podía ser ella misma o bueno poder sentirse libre de mostrar su rostro.

Aioria y Marín recibieron de su diosa los trajes que usarían esa noche en la gala que se llevaría a cabo en Japón, que venían acompañados de cuatro boletos de avión los de ida y vuelta de los dos amantes.

Marín no podía con los nervios, revelaría su rostro a millones de personas desconocidas, no sentía bien consigo misma por ese hecho, le daba hasta vergüenza y no sabía que hacer, al igual Aioria no sabía que hacer o el como calmar a su novia, o peor aun no sabía como calmarse a si mismo.

Aunque claro con lo fuerte que era Aioria y con ese don natural de liderazgo decidió, que la mejor forma de arreglar las cosas eran hablar con Marín cuando llegara el momento de mostrar su rostro esa noche.

Marín daba vueltas por toda la habitación, ya tenía su ropa lista, un vestido y zapatos de un azul celeste tan brillante como ella misma y una que otra joya en dorado para terminarla de hacer más hermosa y claro su mascara puesta, no sabía que hacer en esos momentos.

Aioria por otro lado también estaba ya vestido, una camisa blanca, un chaleco, corbata, pantalón y zapatos negros complementaban su vestuario y decidido a ayudar a su novia con sus inseguridades fue a hablar con ella.

-Hermosa, sé que esto puede ser difícil, por el significado tan grande que tiene esa mascara para ustedes, pero yo estaré a tu lado, solo yo conozco ese hermoso significado, aquí no eres Marín de Aguila, eres solamente Marín una hermosa mujer que me acompañara está noche. -Las amables palabras de Aioria fueron como un soplo de alivio a la insegura Marín, eso era todo lo que necesitaba escuchar, decidida tomó la mano de Aioria y juntos salieron a donde se realizaría la gala, dejando su mascara e inseguridades en el cuarto.

Athena y todos los presentes quedaron encantados con tremendo espectáculo que la pareja había organizado sin quererlo, los dos levantaron las miradas de muchos, sobre ellos había muchos tipos de miradas y la gala de Saori Kido, estaba siendo todo un éxito, Marín se permitió interactuar con otras personas, por fin se sentía liberada de una carga más, muchos la admiraban por su belleza, mientras lo hacían por sus respuestas y personalidad.

Marín entendió que no era su mascara lo que la hacia hermosa, sino que era ella misma, su belleza era solo un agregado más a su belleza, esa que cautivaba a todos sin distinción.

En un momento de la gala Aioria quiso bailar con su novia y esta no pudo negarse a esa invitación así que juntos se dedicaron a bailar, así ninguno supiera como hacerlo, solo comenzaron a dejarse llevar por la música y a seguir los pasos de otros, en ese momento eran realmente felices; lo que ninguno se imagino fue que en un mal paso, sus piernas y pies se enredaran y los dos terminaron por chocar y Aioria en un rápido reflejo de caballero dorado logró evitar caer.

Pero Marín no corrió la misma forma y aunque Aioria la salvó y sin quererlo terminaron en una hermosa pose que a todos emocionó porque coincidió con el termino de la canción que estaban bailando, la joven pelirroja se había lastimado un tobillo, probablemente se lo hubiera torcido.

Los dos dieron las gracias a todos por los aplausos y Marín como toda una guerrera soportó el dolor en su tobillo hasta el final de la gala, Athena los felicitó por esa increíble noche y Marín por fin sintió un poco de aprecio por Athena, al parecer no odiaba a las mujeres, todas sus decisiones habían sido por una buena razón.

Aioria enseguida vio a su diosa partir a sus aposentos, se dirigió con Marín a la habitación que su diosa les había asignado y como el hombre amable que era cargo a la pelirroja sin mucha dificultad y con una venda que guardaba dentro de uno de los bolsillos del chaleco, vendo el afectado pie de su novia y la cargo al estilo princesa, entregándole el zapato a su novia.

-Aioria, de donde sacaste eso... -Marín con una de sus manos tapó su rostro con vergüenza.

-No lo robe, lo tuve todo el tiempo conmigo, un caballero de oro siempre está preparado, he escuchado de Milo y Mu que estas galas pasaban todo tipo de cosas era mejor estar preparados para lo pero y bueno por eso la traje conmigo, no pensé que tu serias la afectada.

-Por Athena, porque te amo tanto... Eres el mejor y te amo tanto por lo que eres que realmente no puedo enfadarme contigo. Venga vamos a la cama, estoy cansada y creo que tu también debes estarlo.

El caballero de Piscis, paso de tener una cara de molestia, confusión y reproché paso a tener una cara de total felicidad y le hizo caso a su novia; ya en la habitación la ayudó a cambiarse y cuando el también estuvo listo para dormir ambos se dedicaron las buenas noches y después de un muy beso tierno y corto, se quedaron dormidos con un nuevo avance en su vida de pareja y en su vida personal.

30 Días Con Aioria Y Marin. -TERMINADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora