Día 6

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Usando la ropa del otro.

En la mente de Aioria de Leo, últimamente estaban pasando muchas cosas y peor aun su mente se inundaba de pensamientos, que solo se enfocaban en una sola persona, su novia Marín de águila.

Aioria había escuchado de sus compañeros de armas y de su diosa que estaban buscando entre sus caballeros de bronce, alguien que tomará el lugar de Aphrodite como Santo dorado de piscis, para cuando esté se retirará.

En seguida Aioria pensó en su novia, la joven amazona era perfecta para ese puesto y Aioros no pudo evitar decirle a su diosa su pensar.

-Aioria, que es lo que querías decirme...

-diosa Athena, escuché que busca un nuevo santo de piscis y creo que le tengo la opción perfecta para eso.

-Que gran noticia Aioria, quien es ese Joven...

-Mi diosa, no es un el, sino ella; es Marín de Águila...

-Aioria sabes que es imposible que una amazona revele su rostro, ellas renuncian a su belleza para mantener su puesto entre mis filas.

-Lo sé mi señora, pero ella es la mejor opción, debería considerarlo mi señora...

-Te voy a tomar la palabra y te haré caso, lo pensaré.

El caballero dorado de Leo, se encaminó a visitar a su novia en ese lugar en donde ambos frecuentaban a verse para entrenar y para pasar juntos todas las artes, hasta ya entrada la noche.

Y exactamente como lo predijo el joven caballero de Leo, allí estaba su chica esperándolo, mientras se perdía en su mundo está vez pensando en quien sabe que aventura o idea.

El joven caballero de Leo, tomó con delicadeza la mano de su novia y está última tardó unos minutos en responder al tacto del otro, cuando lo hizo le correspondió el gesto y Aioria notando que iba a volver a perderse en su burbujita, la tomó de los hombros y la miro fijamente.

-Supongo que ya sabrás que Athena está buscando un nuevo caballero dorado de piscis y yo le pedí que te tomara en cuenta, tú más que nadie te mereces ese puesto.

-Aioria, agradezco tú gesto, pero es una misión imposible, no puedo dejar mi puesto y nunca he entrenado para ser un caballero dorado.

-Bueno, yo te ayudaré, comencemos por el hecho de empezar a cargar con una armadura de oro, que aunque no lo parezca es un poco pesada. -Al terminar sus palabras el caballero de Leo, le dio el casco, diadema de la armadura de Leo, con total ternura y con una sonrisa en sus labios.

Ese gesto dejó a la amazona sin palabras, por un momento sintió orgullo, muy pocos conocían esa amabilidad de Leo, incluso su hermosa sonrisa.

Marín sintió que con Aioria a su lado sería capaz de muchas cosas.

La pelirroja quiso devolverle el gesto y le entrego su máscara al otro, el rubio la tomó sabiendo el significado de la misma y entre grandes sonrisas y pequeños sonrojos en sus mejillas, pasaron su tarde compartiendo sus armaduras.

Para ambos era gracioso ver al otro usando su ropa, a Marín algunas partes de la armadura le pesaban bastante y para Aioria, algunas partes de la armadura de águila eran muy livianas o pequeñas para su cuerpo.

A pesar de todas las incomodidades ambos fueron felices y se prometieron que cualquiera que fuera la respuesta de Athena, jamás se iban a alejar del otro, siempre estarían para el otro, el destino de ambos era estar juntos para el otro, siempre apoyándose y amándose como el primer día.

30 Días Con Aioria Y Marin. -TERMINADA-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora