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Halo~ 💙💜 EwE Bye~ 💜💙

Pov Noemi:

Lunes. Por la mañana.
Me desperté desganada, sin fuerzas, con los ojos ardiendo de llorar por la madrugada. Moví un poco mi cabeza dirigiendo mi cansada mirada hacia la ventana, viendo qué tan oscuro estaba el día.

Suspiré y, decidida, me aseé, me preparé y tomé el desayuno. Opté por desayunar leyendo historia para apartar mi mente de Stuart y centrarme en mis estudios; mi promedio había bajado notablemente y no me lo podía permitir.

Mientras terminaba de tomar mi vaso de chocolate caliente, mi teléfono empezó a sonar. Era raro, ¿quién me llamaría a estas horas de la mañana?
Descolgué la llamada sin fijarme quién era.

― ¿Sí?

Noemi ―habló una voz áspera muy conocida.

Casi se me cae el vaso― ¡¿P-Papá?! ¡¿Qué-?!

Suspiró― Tu madre y yo estaremos allá en unos días... nos hemos enterado de tu caída de notas. Espero que tengas una buena excusa ante ello.

Mordí mi labio inferior nerviosa y solté un temeroso "ok". Colgó casi de inmediato sin despedirse y resoplé, de angustia, de estrés, todo juntándose. ¿Cómo les diré todo lo que ha ocurrido desde su última visita? El imaginarme sus caras de decepción y frustración me hacía sentir enferma.
Tomé mi mochila intentando dejar ese tema de lado, cogí mi llaves guardándolas en el bolsillo de mi sudadera junto con el teléfono tras cerrar la puerta.

Se acercaba la fecha para la graduación de los mayores... la graduación de Stuart. Miré al cielo, el cual comenzaba a iluminar las calles con densas nubes de por medio; éstas querían llorar, se veía en su color grisáceo oscuro.
Caminé sin sentido del tiempo, absorta en mis pensamientos, hasta llegar por costumbre al semáforo que separaba la entrada de la universidad de la acera de mi calle. Rojo para peatones, verde para vehículos.

Miré mi vientre y lo acaricié con delicadeza. Ya no estaba segura de nada en mi vida.
¿Cómo pudo cambiar todo con una llamada tan minimalista por parte de mi padre?
Suspiré aún más frustrada, llevando mi mano a mi frente. Me dolía la cabeza y notaba cómo se me iban las fuerzas; pensé que me iba a caer ahí mismo, pero unos fuertes brazos me lo impidieron manteniéndome por la cintura.

Al alzar mi vista, vi esos mechones azules que tanto amaba.

― Stu ―dije en un suspiro suave.

Sus cuencas absorbían mis ojos, apretó su agarre en mi cintura y, sin decir nada en respuesta, me puso en pie asegurándose que podía mantenerme y se alejó de mí.

El semáforo cambió colores.

― No deberías estresarte tanto ―habló antes de caminar al frente― No es bueno para la criatura.

Podría jurar que vi una tenue sonrisa en su rostro, pero seguramente fue obra de mi imaginación.
Obviamente, éste no fue a la universidad y, sinceramente, me sentía más calmada por ello. La gente dentro del edifico no hacía más que quedarse anonadada ante mi barriga; ¿nunca vieron a una embarazada o qué? Rodaba mis ojos, cansada de ser el tema de conversación de cada boca.

Antes de darme cuenta, ya se me había ido de las manos.

Por alguna razón extraña, en dos días, la habían tomado conmigo. Las chicas, o zorras tras Stuart, empezaron a empujarme, a tirar mis cosas de un lado a otro, a molestarme sin cesar, a tirarme la comida, a insultarme y más cosas por el estilo; los chicos no se quedaban atrás, pero eran menos crueles que las chicas. Lo único que hacían era dejarme trozos de papel dónde tenían escritos variados insultos.

Fuckboy Hotline (2dle)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora