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Archie iba a organizar un partido de béisbol en el centro de detención y Veronica quería organizarle algo con las Vixens. Con todo lo que había pasado el año pasado y éste, las Vixens ya no formaban parte de mi actividad y aunque lo extrañara, simplemente no tenía tiempo. Investigaciones con Jughead, pasar tiempo con papá, probar la inocencia de Archie, visitar a Archie y concentrarme en mis estudios definitivamente haría que explotara.

Pero sin embargo, aquí me encontraba, abriendo el búnker en el bosque con Jug que habíamos encontrado por nuestra cuenta sin ayuda de Ethel.

—Wow. Dilton era todo una supervivencialista.—Murmuró Jug abriendo la tapa o barrera, no tenía claro lo que era del búnker.

—En definitiva.—Nos miramos por unos segundos y como la ansiosa que soy, me agarré de la escalera y metí una pierna en el lugar.

—¿Qué haces, Ally?—Preguntó Jug deteniéndome antes de que pudiera pasar la otra pierna.

—¿Entro al búnker?—Respondí en modo de pregunta extrañada.

—¿Qué pasa si la criatura que vimos ayer está abajo?—Cuestionó psicoseado.

—Jughead...—Comencé.

—Iré yo primero.—Interrumpió y con delicadeza y sin mucha fuerza, tomó mi pierna y la dejó fuera haciendo que volviera a rodar mis ojos.—Deja de rodar tanto tus ojos, se quedarán blancos.—Molestó pasando sus dos piernas por las escaleras.

—Tú serás el causante de eso, bebé.—Culpé con una sonrisa mientras el me miraba con la misma antes de bajar por completo.

—Me alegra ser el causante de algo.—Bromeó con su usual humor.

—Tonto.—Insulté con cariño soltando una leve carcajada para luego bajar las escaleras al escuchar sus pasos por el búnker.
Llegué abajo con rapidez y prendí mi linterna para ver todo, era increíble y a la vez tenebroso.

—Oh por Dios. Parece una novela de Philip K. Dick.—Murmuró pasando su linterna por todo el lugar, mostrando paredes rosadas oxidadas, bolsos, desorden, hojas de papel y lápices.

—Como siempre, no tengo idea de lo que estás hablando.—Contesté en un susurro mientras observaba todo sorprendida.—Mira, esto es lo que estaban jugando.—Pasé mi mano por encima de la mesa, sin tocar, a unas cartas.

—Sí, Grifos y Gárgolas.—Afirmó acercándose a un lugar del búnker en donde había un manual con ese nombre, al parecer.—Parece que Ben y Dilton estaban muy metidos.—Siguió viendo ahí y no pude ver lo que estaba tomando, ya que empecé a ver por el lado contrario a él.

—¿Será que Ethel jugaba con ellos?—Pregunté mientras seguía alumbrando con la linterna.

—Probablemente.—Sentí su respuesta.

—Jug.—Llamé cuando apunté a una pared llena de dibujos de un monstruo.—¿No es esto como lo que vimos anoche?—Familiaricé.

—¿El Rey Gárgola? Sí. También está en esta moneda.—Apuntó con su linterna mostrándome.—Ally.—Me llamó apuntando con su linterna a un cartel en donde tenía un mensaje y unos frascos a su alrededor.

—Dios.—Murmuré cuando me di cuenta.—"Bebe de la copa correcta".—Leí en voz alta.

—Labios azules, cianuro.—Comenzó a leer lo que decían los frascos y las cosas que estaban encima.—Era un desafío, parte de ese estúpido juego.—Declaró.

—Elige el cáliz que no está envenenado y.. ¿gana, supongo?—Teoricé.—Entonces fue suicido.—Confirmé.

—Tal vez. O algo aún más pérfido.—Respondió antes de sacar su cámara para fotografiar todo lo que veíamos. Suspiré y me di la vuelta para seguir buscando.

Riverdale, The Dangerous Town | TTOS3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora