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—Cheryl, ¿podemos hablar?—La detuve al mitad del pasillo. Tenía los ojos rojos, como si hubiera llorado.

—Si vas a regañarme por haber sacado indirectamente a Moose del closet, no, gracias.
—Me habló enojada.—Ya me dejaron claro que no debí haberlo hecho.—Cruzó sus brazos en su pecho.

En un anuncio como presidenta estudiantil, Cheryl había propuesto unas campañas y charlas para la comunidad LGBT+, diciendo también, había un cadete cuál no sabía como salir del closet para estar con su novio a escondidas, refiriéndose a Moose y a Kev.

—No fue tu intención, querías ayudar.—Intenté reconfortar y sus ojos se empañaron.

—Bueno, supongo que no todos lo vieron así.

—¿Estás bien?—Pregunté acercándome a ella y acariciándole un hombro, aún sabiendo que estaba mal.

—No sé qué hacer.—Suspiró cansada y nos sentamos en unas bancas cerca.—Toni está muy enfadada y Kevin mucho más.—Contó y me quedé callada unos segundos pensando en cómo ayudarla.

—Tengo una idea.—La miré cómplice. Ella me miró interesada.—Haremos un plan, bueno, lo haré y tú lo harás ya que Toni aún sigue enojada conmigo por lo de las Serpents...

—Yo también.—Interrumpió y se cruzó de brazos enojados.—No creas que lo he superado.

—Bueno, pero tendrás que olvidarlo por ahora porque necesitas mi ayuda.—Sonreí irónica y ella rodó los ojos fastidiada.

El plan consistía en distintos pasos, donde el primero y el segundo se basarían exclusivamente en lograr que Toni entrara a la misma universidad que Cheryl, ya que era muy prestigiosa y aparte, la pelirroja no podía despegarse de ella ningún momento. Y el último pero no menos importante, sería disculparse con Moose por haberlo indirectamente delatado.

—Espera, tengo que agregar un paso.—Recordó Cheryl mientras conversábamos y organizábamos todo.

—¿Cuál?—Pregunté.

—Ya que Jughead no nos admitirá en las Serpents de nuevo, haré una nueva pandilla para Toni en la que pueda sentirse bien.—Habló como si hubiera sido la mejor idea del mundo.

—¿Quiénes estarían ahí?—Cuestioné confundida.

—Eres la reina de la pandilla enemiga, no te lo diré.—Observó con ceño fruncido.

—Okey, okey, bien.—Levanté mis manos en forma de defensa.—Al menos, ¿ya estamos bien entre nosotras?

—Sí, pero no me he olvidado de lo que hiciste.—Miró seria.

No quise contradecirla así que solo asentí.

No quise contradecirla así que solo asentí

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Riverdale, The Dangerous Town | TTOS3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora