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Heyy, haré un maratón especial de cumpleaños. Y no, no está de cumpleaños ninguno de los personajes ni tampoco los actores, ¡yo lo estoy! JAJAJAJ
Así es, su escritora está cumpliendo sus 15 en cuarentena, fantástico (sarcasmo). Bueno, en vez de que ustedes me hagan un regalo a mi, yo se los haré a ustedes ♥️. Disfruten, bebés.

Maratón 1/3

—Ally, ¿en qué piensas?—Preguntó Jug mientras acariciaba mi brazo desnudo y yo estaba acostada en su pecho.

Habían pasado tres semanas desde la muerte de Ben y no habíamos podido avanzar nada con la investigación, todo porque FP y mi padre, después de haberse enterado de que estuvimos presentes en el suicido de Ben, estaban vigilándonos cada segundo para que paráramos de investigar

—¿No te parece que es un poco... macabro que nos quedemos en el búnker de Dilton así?—Cuestioné insegura levantándome de su pecho para mirarlo a él y a su cabello despeinado tapándome con las sábanas.

Acabábamos de tener sexo en el búnker de Dilton. Extraño, bizarro e inoportuno. Pero era la única manera de hacerlo sin la supervisión de nuestros padres y hacía mucho tiempo que no lo hacíamos y.. aquí estamos.

—Quiero decir, éste búnker es el único lugar en el que tenemos algo de privacidad.—Comenzó a ver el lugar detenidamente.—Papá me vigila como un halcón.—Suspiró y su mirada se dirigió a mi.

—El mío igual.—Concordé y el posó un mechón de mi cabello detrás de mi oreja. Nuestras miradas se separaron y ambos nos concentramos en un papel colgado que decía "¿Quién es el Rey Gárgola?".—La muerte de Ben me persigue, Jug.—Confesé.—No gritó, ¿por qué no lo hizo? ¿Porque es una de las reglas de Grifos y Gárgolas?—Pregunté sabiendo que no había respuesta a eso.

—Ally, ¡eso es lo que nos está faltando!—Apuntó con su dedo índice y se paró de la cama, con su torso desnudo a la vista.—No hay reglas, no hay un manual. ¿Qué pasa si eso es la clave de esto? Es casi una religión para Ethel, Ben y Dilton.

—Sí, como un culto.—Añadí.

—Y cada culto tiene un rey.—Completó haciendo calzar todo.

—Familia Andrews, ¿en que puedo ayudarles?—Entró el director del centro de detención de menores a la oficina en donde estábamos sentados papá y yo

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—Familia Andrews, ¿en que puedo ayudarles?—Entró el director del centro de detención de menores a la oficina en donde estábamos sentados papá y yo. Luego de que Jug y yo habláramos, papá quería que me mantuviera lo más alejada de la investigación así que decidió venir a ver a Archie, algo que no me molestaba.

—Mi hijo. Queremos verlo, hoy.—Dijo autoritario ya que días anteriores le habían dicho que no podíamos verlo.

—Su hijo es un revoltoso. Comenzó unos disturbios, sus privilegios de visita están suspendidos.—Informó calmado.

—El no comenzó nada.—Hablé esta vez yo sintiendo la sangre hervir de rabia en mi cuerpo.—Fueron los guardias los que empezaron.—Contradije. Veronica y Cheryl me lo habían contado todo, lo siento, director.

—Esa es una grave acusación, srta Andrews.—Me miró desafiante.

—Han pasado tres semanas.—Murmuró cansado papá, el sabía todo lo que había pasado y estaba indignado por ello, como no hacerlo.

—Yo decidiré cuándo es apropiado que vuelva a recibir visitas.—Declaró.

—No puede hacer eso. No puede privarlo de ver a su familia y su familia verlo a él, es una injusticia.—Confronté.

—Yo soy el director y yo decido que hago con los criminales que entran aquí.—Recalcó y me aguanté para no volver a contraatacar.—¿Algo más?

—Sí.—Mi papa habló con los ojos un poco rojos, no ver a Archie nos afectaba, y más a él.—Mi abogado lo llamará.—Aseguró y nos paramos de nuestras sillas, dejando al director atónito y salimos del lugar.

—Aseguró y nos paramos de nuestras sillas, dejando al director atónito y salimos del lugar

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—Chicas, estoy en problemas. Estoy hasta el cuello de facturas, ¡Pop's cuesta una fortuna!—Exclamó Veronica abrumada viendo unos papeles con cuentas.

—¿Y como va la taberna, está terminada?—Preguntó Betty dejando de lado su jugo.
Veronica se calló, dejó los lápices y los papeles en la mesa y se sacó sus lentes.

—Roonie, ¿qué pasa?—Pregunté sin entender.

—La taberna está terminada. Esta terminada hace mucho tiempo.—Admitió ordenándose el pelo.

—¿Qué?—Cuestioné.

—¿Y por qué no la abres?—Preguntó confundida. Veronica me miró a mi y luego a Betty y bajó su cabeza con pena.

—Estoy esperando a Archie.—Confesó. Dejé caer mis hombros con tristeza.—Es solo... quiero que esté ahí, conmigo, bailando en la noche de la apertura.—Su voz se quebró y yo tomé su mano apoyándola.

—V, esto es exactamente lo que Archie no quería que pasara, que detuvieras tu vida.—Recordé con un tono suave.

—Ally tiene razón. Tienes que enfocarte en ti para un cambio, te lo decimos como amigas. Abre la maldita taberna.—Ordenó en modo de broma y yo reí levemente.

—Lo harás, Verónica Cecilia Lodge.—Mandé para hacerla sacar una sonrisa y para que volviera a ser la misma Veronica de siempre, llena de luz y autoritaria como ella suele ser.

—¡Okey, okey! Lo haré. La taberna se abrirá.—Declaró y emitimos un gritito de emoción.

—Declaró y emitimos un gritito de emoción

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Riverdale, The Dangerous Town | TTOS3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora