Riverdale, The Dangerous Town | TTOS3

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FINAL PT 3
"Pruebas y más pruebas."

Después de caminar a paso normal por el bosque, llegamos a un lugar iluminado, en donde tenía escrito en el centro del lugar, "Encantadora". Había un tronco partido a la mitad con seis copas, el papel de instrucción y la carta del personaje. Era el turno de Veronica.

—"El desafío del Destino.—Comenzó Jughead leyendo la carta, todos lo miramos expectantes.—Ante ustedes hay seis cálices, con sangre de Gárgola. Encantadora debe escoger dos acompañantes cercanos, cuales girarán la botella por turnos y beberán del cáliz elegido. Cuidado, un cáliz obtiene veneno rápido y letal."—Finalizó dejándonos helados con la última frase.

—¿De verdad? ¿Girar la botella?—Dijo Veronica indignada fijándose en la elegante botella en el centro de los cálices lista para ser girada. Suspiro después de unos segundos y negó.—Es suicidio, me niego.—Habló decidida.

—"Negarse a participar en el desafío causará la ejecución inmediata de los demás miembros del grupo."—Leyó Jughead en respuesta a la sentencia de Veronica.

—Lo haré contigo.—Declaré con un tono suave y me puse a su lado tomando su muñeca en forma de apoyo. La miré fijamente, con incertidumbre en sus ojos, los cuales lagrimearon y comenzó a negar.

—Yo también me ofrezco.—Habló Betty colocándose al otro lado de la morena.

—Chicas, no.—Dijo con la voz quebrada mientras Jughead me miraba aterrado.

—No tenemos otra opción, V. La otra es ser disparados por francotiradores.—Me encogí de hombros mientras me colocaba a la izquierda del lado de Jug, Betty en el medio y Veronica al lado derecho junto a Archie. Me fijé que por nuestras posiciones, cada una tiene dos para tomar.

Después de unos segundos en los que Veronica se replanteó todo, se impulsó a tocar la botella y girarla para ver a quien apuntaba. Mis manos sudaban y todos mirábamos a la botella nerviosos. Cuando paró de rodar, apuntó para el trago en la posición que Veronica se encontraba. Todos la miraron expectantes, sin pensarlo dos veces, la tomó con su mano derecha y después de oler el líquido, bebió un sorbo de él y el resto lo tiró al arbusto.

—¿Cómo te sientes?—Pregunté ansiosa.

—Estoy bien.—Tranquilizó en un susurro casi inaudible.

Giró la botella que dando unas vueltas, cayó en el lado Betty. La rubia sin tantas vueltas, tomó la copa y bebió su contenido, asintiendo unas veces calmándonos y haciéndonos saber que estaba bien. Ella giró la botella y cayó en el trago que me tocaba a mí. Nerviosa, sostuve el cáliz y bebí su contenido, dando una mueca y haciéndoles saber que no me pasaba nada. Sentí la mano de Jughead en mi hombro dándome apoyo. Quedaban tres cálices.
Giré la botella y cayó en Betty, significando que los próximos dos que quedaban, eran para mí y Veronica. Al ver que el último trago de Betty no contenía veneno alguno, la pelinegra y yo nos miramos atemorizadas. Queriendo terminar esto rápido, giré la botella y cayó justo en el trago de Veronica.