19

1.8K 158 23
                                    


—¿Podemos hacer pancakes?—Cuestioné en un tono de niña pequeña hacia papá.

—Tengo que ir al trabajo...—Respondió. Hice un puchero en forma de ruego y se rindió.—Esta bien, pero los haré rápido y luego iré.

—Por mi está bien.—Me encogí de hombro y comencé a echarle azúcar a mi té.

La cuchara se resbaló de mis manos cuando sentí la puerta abrirse y vi a mi perro Vegas corriendo hacia mi, tirándose a mis piernas. Sonreí confundida

—¿Vegas? ¿Qué....?—No terminé de formular mi pregunta al ver una sombra asomada en la puerta, entrando.

—Archie...—Murmuró papa nostálgico acercándose a darle un abrazo. Una sonrisa más grande apareció por mi rostro.

—¡Estas aquí!—Exclamé lanzándome a sus brazos y un Archie castaño me recibió con fuerza, como si tuviera miedo de soltarme y no verme más.

—Ay...—Soltó un quejido cuando apretó mi cuerpo contra el suyo.

—¿Qué pasa, hijo?—Preguntó papá. Me separé rápidamente de él y éste tocó su pecho.

—Es una larga historia.—Respondió.

—Bueno, ahora que estás aquí, tenemos todo el tiempo del mundo.—Contesté emocionada.

—Ally tiene razón, hoy les dire a los trabajadores que se las arreglen sin mi.—Archie trató de oponerse ante esto y papá insistió, hasta que terminó ganando.—El desayuno estará listo en un minuto.

Después de ayudar a papá a preparar el desayuno los dos juntos como hace mucho tiempo no lo hacíamos, nos sentamos los tres en la mesa.

—Entonces, ¿qué pasó?—Interrogué ansiosa.

—Bueno, la cabaña del bosque era segura, hasta que hubo un día que salí a hacer mis usuales turnos de vigilancia para ver si alguien se encontraba cerca de ahí.—Asentimos dándole paso a que continuara.—La cosa es que... habían osos cerca. Uno de ellos me atacó.

—Oh por Dios...—Susurré y el apetito se me quitó.

—No recuerdo que me hayan encontrado. Me desperté en el hospital, sabiendo que no podía huir más. Que era tiempo de volver a la vida normal, si es posible.—Contó.

—¿Y Hiram?—Interrogó papá. Archie soltó una pequeña risa.

—Sobreviví al ataque de un oso, papá. No puedo seguir viviendo con temor a que el me ataque.—Suspiró.—Estoy más preocupado de que los ataque a ustedes, en realidad.

—Pf, sobreviví a The Blackhood, dos veces.—Se encogió de hombros.

—Yo sobreviví a una.—Interrumpí con una sonrisa levantando mi mano haciendo que ambos rieran levemente.

—Hiram no me asusta, ni tampoco que le haga algo a Allison. No es el único con amigos en esta ciudad.—Tomó un sorbo de su té.—¿Y Veronica? ¿La has buscado?

—Mmm... no aún.—Se perdió en un punto de la mesa mientras respondía.

—Uh, chicos, me salió algo de urgencia en el trabajo.—Papá habló apurado a penas leyó algo en su celular y se levantó para tomar su chaqueta.—Estaré de vuelta en poco tiempo.

Le conté a Archie todo lo que había pasado desde su ida. Hasta la convulsión, cosa que me arrepentí después de hacerlo.

—¿Pero estás segura de que te has sentido bien?—Interrogó por tercera vez.

—Oh por Dios, te pareces a Jughead ahora.—Rodé los ojos mientras tomaba mi taza para guardarla.—Estoy bien, no he sentido ningún síntoma de convulsión en semanas.

Riverdale, The Dangerous Town | TTOS3Donde viven las historias. Descúbrelo ahora