Can't be friends

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La mexicana todavía estaba sin creer lo que estaba pasando, se quedo por un momento congelada por que parecía un mal sueño hasta que escucho como la puerta se cerró para después tomar uno de los cojines y tirarlo -¿Como te atreves?- dijo en voz alta furiosa no solo con el por ponerla de aquella manera sino con ella misma por permitírselo. Enojada y caliente era de la única forma en que podia describir como se sentía, necesitaba acabar con aquel fuego que Valerio había causado y sin pensarlo fue hacia el bañó en donde no le importo regular la temperatura, así que grito al sentir aquella agua fría contra su piel caliente aliviándole un poco, pero no por completo y aunque no quisiera solo por no darle gusto al chileno, regulo el agua estando ya caliente y cerro sus ojos mientras una de sus manos vago hacia su intimidad tocando su punto sensible mientras su mente viajaba a sus recuerdos, principalmente a aquella noche que pasaron en la casa de la playa en donde pasaron los mejores momentos, por lo que no tardo en llegar al climax, lo cual hizo que todo su estrés y frustración abandonaran su cuerpo de inmediato. Luego de un rato mas abandono el baño mientras estaba enredada en una toalla.Se puso una pijama y se acosto mientras aun pensaba en él.

Pasaron varios días sin saber nada ninguno del otro, ambos estaban ocupados, pero seguían en sus pensamientos torturándose, extrañándose mientras que la diferencia era que Valerio no le importaba admitirlo es mas estaría encantado de decírselo a todos, pero con Lucrecia era totalmente diferente por que ademas de eso batallaba con ella misma, una lucha interna que poco a poco la consumía. No quería aceptar que todavía el castaño significaba mucho mas en su vida que lo que alguna vez creyó y sentía mucho haber traicionado a su novio por que no lo merecía ademas de darse cuenta cuales eran sus verdaderos sentimientos.

Basta!- exclamó la chica y se paro de su asiento, sentía que se estaba volviendo loca. Había llegado a la conclusión de que no había ninguna posibilidad de ser amigos o llegar a tener alguna relación cordial con Valerio por que aunque no lo dijera, no corriera a sus brazos no podia negarse que le había encantado volver a sentir su piel contra la suya, sus caricias y aquel aroma tan característico de el que la transportaba a otro lugar donde solo importaban ellos, nadie mas, olvidándose de sus vidas o responsabilidades y sólo importándoles sentir. Miro por el ventanal de la sala que daba vista al jardín deseando con todas sus fuerzas poder regresar el tiempo y así no permitirle volver a desorganizar su vida, aquella que hasta hace un tiempo pensó era perfecta, en la cual Valerio no tenía cabida.

-Hija- escucho a su madre a lo lejos sacándola de su pequeña burbuja -¿Ya por fin nos vamos?- pregunto la mexicana caminando hacia la entrada de la sala y encontrándose con su madre la cual al parecer ya estaba arreglada para irse a aquella cena benéfica en pro de los niños con problemas auditivos, a pesar de los años todavía la mayor se mantenía ayudando de alguna u otra forma a los necesitados. -Si ya nos podemos ir- contesto sin mas y ambas salieron de aquella casa.

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