Birkin & Cartier

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Se sentía renovada. Lu se había dedicado a ella aquella mañana, había cambiado el color de pelo ahora pasando de castaña a rubia, ademas se había hecho las uñas y no podemos olvidar aquella bolsa marca Birkin color rosa que había comprado; sin ni siquiera importarle el precio, también debemos de agregar la compra de aquel anillo de oro de Cartier que ahora adornaba su mano junto con la pulsera a juego por que cómo decía la ahora rubia...Ella puede y se lo merece.

Luego de aquella mañana en la cual se dedico a cumplir sus caprichos, había un ultimo que le rondaba la cabeza y se puso en marcha. Salió del ascensor con una sonrisa en el rostro, iba a invitar a su perdición a comer. Le extraño no ver a Mariana en su puesto la señora se encargaba tanto de los asuntos de su padre como de Valerio; sin embargo no le dio mucho asunto a eso y sin importarle que fuera una falta de educación el entrar aquella despacho sin ser anunciada, abrió la puerta encontrando en esta a una muchacha posiblemente de su edad.

La sonrisa se desvaneció y miro con curiosidad a la tipa en cuestión, puso su cartera en unos de los asientos frente al escritorio y en voz alta -¿Tu quien eres?- le cuestionó de inmediato y haciendo que la chica peli negra le observara -Es mi nueva secretaria- respondió Valerio entrando y encontrándose a ambas mujeres allí, ganándose de inmediato las miradas de ambas luego deposito suavemente un beso en la mejilla de la rubia para después seguir con la presentación - Belen, esta que vez aquí es mi hermanita Lucrecia-. Aunque la palabra hermanita no le gusto, eso era lo que era ante los demás y solo pudo sonreír de manera hipócrita como muchas veces paso cuando era adolescente -Mucho gusto señorita- dijo cortésmente la muchacha y segundos después salió de la oficina dejando aquel par solos.

Valerio intento abrazar a Lu, pero esta no se dejo en cambio camino hacia aquel imponente asiento en color negro y se sentó como si aquel fuera su oficina -Así que hermanita- repitió con cierto despreció en su voz ganándose por parte del chileno una pequeña sonrisa quien estaba mas que contento que su intento de molestar a su bruja funcionara así como en los viejos tiempos -No te enojes por eso- dijo tratando de restarle importancia al asunto -¿Que haces aquí?- pregunto curioso y tratando de cambiar de tema, puesto que era raro la presencia de ella en aquel lugar y al parecer lo logro.

-Vine a invitarte a comer, hace tiempo que no comemos juntos- respondió suavemente. Lu no iba a dejar que algo sin importancia arruinara aquel día que hasta hace unos momentos iba fenomenal, aunque en la noche le iba a cobrar aquel hermanita que tanto le disgustaba.

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