Tangerine

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Sonaba música instrumental suave, lo normal para uno de los restaurantes mas caros de Madrid; pero que se podia esperar no se estaba juntando con el frutero de la esquina, sino con la marquesita. Si era cierto no se veían seguido puesto que la de ojos azules se mudo a Inglaterra al casarse con un empresario importante de allí; sin embargo aunque no podían verse tan seguido siempre mantenían la comunicación ademas la mexicana a pesar de todo lo que haya pasado en la adolescencia siempre estuvo allí para ella, siendo su compañera de travesuras o de tragos. Lucrecia todavía recordaba las fiestas espontáneas que se armaron en la casa de los marqueses cuando estos no estaban.

-Pero si estas preciosa- exclamo Lu al ver a Carla haciendo que esta sonriera feliz al ver a su vieja amiga y estas se abrazaron para luego cada una tomar asiento. -Tu te vez bien ahora que te uniste al bando de las rubias- menciono la ojo azul -Tienes que darme el secreto por que ni siquiera pareces que tuviste una bendición- era cierto, Carla había tenido hace algunos meses un precioso bebe que había sacado sus ojos pero por suerte era igual a su padre bastante tranquilo, sin embargo estaba mas a pesar de tener 8 meses de haber dado a luz Carla estaba mejor que nunca.

Carla río -No te preocupes, te dare el número de mi cirujano- dijo entre risas para luego llamar al camarero y pedir la carta de vinos, la cual eligió la marquesita. El tiempo se fue volando poniéndose al dia, era como volver a ser aquellas adolescentes jugando a ser grandes que alguna vez fueron asi que sin dudarlo quedaron en verse mas seguido ahora que Carla se quedaría un tiempo en España debido a negocios; quedando en que la próxima vez que se vieran iba a ser en casa de esta para que pudiera conocer al pequeño Leo.

Lucrecia condujo a casa mientras escuchaba música, si estaba cansada loca por estar en su cama pero había sido un buen día así que estaba satisfecha y su humor no era malo tampoco, el llegar a su departamento fue un trayecto rápido no había tanto trafico por que era un día de semana. Al entrar a su casa encontro todas las luces apagadas asi que penso que Val no estaba alli; se dirigio directamente a su habitación, dejó su abrigo y cartera en el sillon blanco que tenia alli; fue al baño y lleno la tina de agua caliente ademas de agregarle una bomba de baño que inmediatamente hicieron que este oliera a una mezcla entre mandarina y madera de cedro que le encantaba.

Y al desvertirse y entrar en esta fue una sensación placentera: se relajo de inmediato mientras sonaban sus canciones favoritas y solo salio de ahi y vio sus manos arrugadas. Fue a su habitación y se puso crema por todo el cuerpo mientras estaba frente al espejo, el cual contempló 'Deberia operarme' penso mientras ponia crema por su vientre pensando que una lipoescultura no le vendria mal y aumentar sus gluteos, cuando escucho la puerta abrirse y vio a Valerio -Pensé que no ibas a dormir aquí- menciono la mujer a la vez que terminaba de ponerse crema en sus brazos -Sabes que no, detesto dormir solo- dijo este a la vez que se acercaba a ella y le abrazaba por la espalda, dejo un suave beso en la nuca de esta y sus pulmones se llenaron de aquel aroma que le era difícil describir.

-Cariño- menciono ganandose de inmediato la atencion de Valerio - Creo que voy a operarme- dijo y el castaño puso cara de confundido pues no entendio - ¿Operarte el que?- cuestiono confuso -¿Estas enferma?- prosiguió haciendo que esta sonriera levemente a la vez que se libraba de los brazos fuertes de su novio y se puso la camisola morada que había puesto encima de la cama mientras Valerio solo la observaba.

Lucrecia se acerco a este y comenzo a desabotonar aquella camisa azul mientras por inercia este llevo sus manos a la cintura de la chica-No estoy enferma, pero ¿no crees que me veria mejor con un poco mas de nalgas y menos cintura?- dijo mirandole a los ojos.

Este abandono la cintura de la chica y sus manos se posaron en el trasero de esta cortando la pequeña distancia y pegándola a su cuerpo, apretó levemente para luego dar una nalgada -Para mi están mas que bien- sentencio.

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