Promise

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La tension en ese par comenzó hacerse notar, estaban frente a frente y al mismo tiempo sus miradas chocaban. Lu afianzó aun mas sus manos a su bolso -Valerio, alejate- ordenó con voz firme aunque sabia que no seria escuchada, lo conocía y sabia que hasta no logrará lo que quería no la iba dejar en paz -Siempre estas a la defensiva, relájate Lu nadie quiere que te salgan arrugas prematuras- Valerio sonrió mientras suavemente paso sus dedos por aquel cabello desordenado y como sino quisiera la cosa acarició el hombro desnudó de la castaña haciendo que el corazon de Lucrecia se acelerará - Para Valerio, enserio esto no esta bien- dijo en voz baja ganandose asi que el chileno volviera y mirarla, sin embargo habia algo en sus ojos un cierto destelló que la hizo removerse, una parte de ella queria alejarse mientras la otra encontraba jodidamente sexy aquel encuentro inesperado y sin darse cuenta se mordió suavemente el labio inferior a la vez que aun le miraba.

Valerio paso ambas manos por los costados de la mujer parando suavemente en la cintura y sin tener que usar fuerza alguna la giro para que ambos pudieran verse en el espejo, obviamente Lu era mas baja que Val así que la cabeza de el descansaba cerca de la oreja de la mexicana -¿Que estás haciendo?- Cuestionó a la vez que trato de moverse, pero le fue impedido y su hermanastro pego su cuerpo al suyo -Quieres salir de aquí pero me provocas- susurro y acaricio con su nariz su cuello. Respiro con fuerza, trataba de controlarse, no queria caer sin embargo la tentación era grande y cada poro de su ser necesitaba de él aunque era una simple caricia hacia que su cuerpo ardiera. Se sentía como una adolescente de nuevo, literal se estaba volviendo loca por que deseaba quemarse, total un pecado mas no cambiaria nada, sabia que cuando le tocara partir de ese mundo tenia un boleto asegurado al infierno.

Ver como ella cerro los ojos y se dejaba llevar le dio carta abierta, Valerio empezó a depositar besos en su cuello de la mujer -Pídelo, ruega y tendrás lo que quieres- subió un poco el vestido de ella y sus manos empezaron a acariciar su muslo anticipando un poco la agonía de ambos, sin embargó le gustaba ver como el rostro de Lucrecia cambiaba poco a poco ya hasta podia percibir algo de rubor en sus mejillas aunque ella permanecía en silencio cosa que odiaba, quería volver a escucharle así como aquella noche en su departamento. -Sabes que por mucho que trates de hacerte la difícil vamos a obtener lo que queremos, por que no solo yo quiero estar entre el medio de tus piernas- luego de aquello Lu iba a decir algo pero aquella caricia aunque fuera a travez de su bragas fue suficiente para que terminara de sentir como su cuerpo ardía - Val, por favor- mencionó aquella súplica con suavidad a la vez que sus miradas se encontraron a travez del espejo haciendo que el chico de forma rápida volviera a girarla, esta vez volviendo a estar de frente y sin mas le beso con fiereza, Lu no solo acepto el beso sino enredo sus manos en el cuello de este para atraerle aun mas si es que se podia y le devolvía con la misma hambre. Ambos necesitaban del otro y no solo era por lo físico lo cual era importante, pero lo emocional, sus sentimientos por el otro eran fuertes a pesar de los años y aunque ellos pensaron que esa historia entre ellos había acabado al parecer no.

El bajo uno de los tirantes del vestido y abandono su boca para empezar a repartir caricias por el cuerpo de la mexicana, empezando allí donde deposito un suave beso haciendo que ella sonriera sin embargo no le permitió seguir por que suavemente le tomo del mento he hizo que le mirara -No juegues conmigo- suplico haciendo que algo dentro de el se ablandara de una forma indescriptible, por que en aquellos orbes castaños todavía le miraban de la forma mas tierna que nunca nadie lo había hecho. Así que cerro los ojos y se alejo dejando a Lu desconcertada -¿Que sucede?- cuestionó sin entender nada a la vez que observaba como el volvió a darle al mismo botón que le había dado antes haciendo que al instante este se pusiera en movimiento.

-Esto no es un juego, y no me pienso conformar con un simple polvo- Era cierto el necesitaba tiempo por que deseaba volver a redescubrir aquellos puntos sensibles en aquel cuerpo - Quiero hacerte gritar mi nombre y no creo que te gustaría que los trabajadores te escucharán- dijo a la vez que volvía a darle la espalda ya faltaba poco para llegar, mientras ella se acomodaba el vestido y recogía su bolso el cual había acabado tirado en el piso. Aunque no quisiera admitirlo algo dentro de ella agradecía que el hubiera parado por que aquel no era el lugar adecuado ademas seria horrible tener que dar la cara luego de que todos en aquel piso le escucharan.

Lucrecia volvió su mirada a su hermanastro -Lleva el vino- dijo y el chileno entendió perfectamente la invitación a su casa -Espero que cumplas lo de hacerme gritar- Quizo retarle tratando así de herir un poco su ego aunque ambos sabían que iba a suceder y luego de terminar aquella simple oración las puertas se abrieron mostrándole a ellos las oficinas -Te lo prometo- mencionó a la vez que una sonrisa pícara se hizo presente para después salir ambos de allí como si nada hubiera ocurrido.

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