Capítulo 12

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Mo despertó al día siguiente acalorado, instintivamente ya supo que le había venido el celo así que se levantó mareado de su cama y abrió la ventana de su gran cuarto para que se aireara y no se quedarán retenidas las hormonas.

Su nueva habitación era mucho más grande y bonita que la anterior, más acogedora, pero aún así prefería su anterior habitación.

Después de eso se tomó los inhibidores que tenía en el cajón de su mesita de noche y eso hizo que su cuerpo se relajara y pudiera tumbarse relajada en su cama.

Aunque los inhibidores no le hicieron mucho efecto debido a que los dos primeros días del celo eran los peores.

Y lo peor de todo es que iba a pasar todo el celo sólo y eso era lo que más le dolía.

No tenía ni a su madre ni a sus hermanos para que le dieran apoyo mentalmente y luego tampoco tenía al peliblanco para satisfacerse.

Y ahora que Mo se acordaba de She Li le sorprendió bastante, antes nada más levantarse siempre de lo primero que se acordaba era de él y más cuando estaba en celo, pero esta vez no había sido así.

Cogió el móvil y cómo pudo, porque cada vez se excitaba más, llamó a el peliblanco.

¿Que quieres?— Le cogió el teléfono She Li.

- Tengo el celo, ven aquí.- Contestó Mo.

Joder ya te dije que seguro que ahora siendo un niño rico tienes de todo para calmar tu jodido celo.— Habló el peliblanco por la otra línea.— No voy a ir.— Y colgó.

El pelirrojo estampó el móvil contra el suelo.

Odiaba cuando She Li se ponía orgulloso, sabía que se iba a poner nervioso y iba a sufrir el doble de ansiedad pero ante todo iba su orgullo.

Empezó a sentir cada vez calores más intensos y más excitación a lo que no pudo evitar hacerse una paja.

Se estuvo toda la mañana matando a pajas y metiéndose los dedos por el culo debido a que lo tenía demasiado lubricado por el celo.

Justo cuando ya se había corrido por la sexta paja y tenía todo el semen esparcido por la mano, entró alguien a su habitación.

Al principio el pelirrojo pensó que era el mayordomo que le traía algo de comer pero resultó ser el pelinegro.

Mo no supo reconocerlo al instante pero en cuanto sus feromonas entraron en sus fosas nasales lo reconoció enseguida.

- He Tian...- Dijo el pelirrojo atontado por el celo y sin enterarse desprendiendo más feromonas.

- Mo, tómate más supresores e inhibidores.- Le contestó He Tian tapándose la nariz e intentandose controlar.

El pelirrojo jadeaba y cómo pudo le agarró, con toda la mano llena de semen, del brazo al pelinegro.

He Tian se deshizo fácilmente del agarre debido a que el pelirrojo estaba bastante débil.

El pelinegro abrió el cajón de la mesita de noche del pelirrojo y le pincho un supresor al pelirrojo después haciendo que se tomara por la fuerza un inhibidor.

A He Tian también le estaba costando resistirse pero cómo podía lo hacía cómo podía.

Aunque el pelirrojo se había inyectado supresores y tomado inhibidores al ser el primer día sus instintos le podían y más teniendo un alfa cómo el pelinegro delante, él lo que quería era follar.

He Tian estaba limpiandole con un papel la mano llena de semen hasta que no Mo se acercó y le lamió los labios, no se los besó, se los lamió.

El pelinegro no supo cómo reaccionar a eso simplemente levantó la mirada y se encontró con la del pelirrojo.

Ojos de miel.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora