Mi Reina( Marinette X Adrien ❤)

Capítulo 24

- ¿Luis?... 

- Así es, aparte de mi hermano mayor y mi pequeña hermana, tengo un hermano gemelo, Luis.... Pero él a diferencia de mi es manipulador, posesivo y caprichoso, aunque se le había encerrado, ya que es un peligro estando libre...

- Pero, entonces, ¿qué hace ese psicópata en mi reino? - preguntó muy confundido Adrien, toda la situación traía más y más sorpresas.

- Hace unos años recibí una carta donde decía que había escapado, mi padre y yo lo buscamos, pero nunca apareció, entonces lo dimos por muerto...

- ¿Desde cuando estaba encerrado?   

- Aún éramos unos niños para ese entonces - Luka suspira y los recuerdos de aquél día aparecieron ante sus ojos - cuando la Reina de Roma fue a visitarnos, ella llevó a su sus tres hijas, todas tres eran hermosas, pero la segunda lo era aún más... Gabriela, de cabellera castaña y sus hermosos ojos color miel, su carita llena de pecas y olía a flores. Luis la quería solo para él, pero ya se había hecho un trato con la Reina, su hija mayor, sería para mi hermano mayor, el futuro Rey de España, Gabriela fue elegida como mi prometida, siendo yo el Duque de España, y mi hermano sería el prometido de la bebé que estaba aún en brazos. Eso lo enfureció, y no estaba dispuesto a aceptarlo. En la hora del té no decidió acompañarnos, con la escusa de que estaba indispuesto... la primera en tomar un sorbo de aquel té fue Gabriela a escondida de su madre, como un acto de travesura y yo la estaba encubriendo, ya que nos llevábamos muy bien, pero instantáneamente cayó al suelo convulsionando, Luis había puesto veneno al té, y por poco mata a la bebé quien estaba en una de las recamaras descansando sin la supervisión de alguien. Se detuvo a tiempo y fue llevado a un psiquiatra quien dijo que él tenia problemas mentales, algo muy grave y siniestro pasaba por su mente que solo pensaba en matar y destruir. Gabriela murió ese día, y yo perdí por completo a mi hermano. Renuncie a ser Duque mucho después y salí al mundo a componer música.

- O sea que Luis se escapó de donde estaba encerrado y se ha hecho pasar por ti - concluyó Kagami.

- Engañó a todos, y de seguro al igual que a mi padre, hermano y mi pequeña hermana, así que es hora de volver y enfrentarlo antes de que él llegue a matar a la Reina, porque como ya se dieron cuenta, lo que el no puede tener, lo mata.

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El Duque estaba sentado en el trono del Rey, sintiéndose cómo uno de ellos, ya había pasado muchas semanas, y poco a poco ya estaba todo cómo él quería. El reino estaba en caos, y el pueblo trataba de escapar de ahí, pero les era imposible, estaban encerrados y eran tratados como esclavos.

- Duque, hemos encontrado al Maestro Fú - le informa un guardia y este con una sonrisa de lado lo hace pasar.

El anciano estaba descalzo, encadenado de manos y pies, con el rostro lleno de golpes.

- Así que, no tuviste a donde más esconderse, Maestro...

- D... Donde está la Reina... D... Donde - hablaba él con mucha dificultad y a casi susurros.

- Digamos que, está en un lugar donde jamás la podrán encontrar - Responde él recordando el día donde sus hombres pudieron atrapar a Marinette, y esta fue llevada a una torre lejos del reino, no era alimentada y sólo pocas veces le daban algo de agua. Todo eso lo hacía con el fin de que ella aceptara quedarse sólo con él, o si no moriría de hambre.

- Déjala... Déjala ir - suplicaba el anciano.

- Ella debe aprender que no puede escapar de mi, y que sólo me tiene que obedecer, merece ese y muchos castigos más por tonta, yo le ofrecí amor, y ella lo rechazó, así que, que sufra... sólo quiero lo mejor para los dos, yo la amo.