Capitulo 3

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Adrien al escuchar la puerta no puede disimular en su rostro un poco de molestia al ser interrumpido - ¡¡Que quiere!! – Exclama.

- Lo lamento, majestades. – Se disculpa Alya algo asustada por la reciente respuesta que recibió al haber tocado la puerta. - Es que ya es momento de arreglarlos para la coronación.

Adrien suspira y rueda sus ojos con algo de fastidio, hace sólo unos segundos se le había olvidado aquel asunto, pero no podía escapar de el. Él mira a Marinette y pudo notar que ella tenía sus mejillas sonrojadas de vergüenza, eso le causó algo de ternura calmándose un poco y sus ojos volvieron a ser cálidos.

- Preparadme el baño...

- Como ordene, majestad. - Responde Alya quien no se atrevió a entrar a la habitación sin que le dieran el permiso, pero antes fue por agua caliente para preparar el baño.

- Marinette - la nombra él, pero ella no era capaz de verlo a los ojos, además que él aún seguía arriba de ella. – Mírame

Le pide con una voz muy autoritaria así que ella no tuvo más opción que verlo a los ojos. Por medio de los ojos de él, Marinette pudo notar que estaba perdido en sus pensamientos, ella quería saber qué es lo que tanto navegaba por su mente, pero el no decía nada, sólo se quedó así por un momento, hasta que por fin habló de nuevo.

- Ordenaré que pasen todas mis cosas a otra recámara, tu te puedes quedar en esta - le comenta Adrien, mientras se aleja de ella y se levanta de la cama.

Marinette estaba confundida, pero no se atrevió preguntarle el porqué de su decisión tan repentina, además, ya tenían un año compartiendo la misma habitación y por lo que había pasado en unos minutos atrás, pensó que tal vez las cosas entre ellos iban a cambiar, pero de nuevo sentía cómo él sólo la quería lejos de su lado.

- Tal vez te estés preguntando por qué de mi decisión – ella no respondió, pero sí escuchaba atentamente a sus palabras - ... Marinette, lo acabo de pensar y ahora que mi padre no está aquí, y seré el nuevo rey, podré deshacerme de ti.

- ¿Qué... que quieres decir con... con deshacerse de mí? - Preguntó ella tartamudeando.

- Tranquila, tampoco soy un inhumado que mandará a alguien a que te haga algún daño - le aclaró -. Y Marinette, olvida lo que acaba de pasar, sólo fue un momento de debilidad.

Marinette no sabía cómo tomar aquellas palabras, estaba confundida, no sabía si debía sentirse feliz o triste. Pero lo que sí estaba segura es que no podría olvidar cómo hace unos momentos Adrien fue dulce con ella, como la miraba y la acariciaba con tanta dulzura, para ella eso fue un momento muy especial.

Otra vez el sonido de la puerta es escuchado y Adrien deja que pase Alya con el agua para el baño.

Después de unos minutos entraron muchos sirvientes para ayudar a vestir a los príncipes, pero en recámara diferente, al terminar, se dirigieron en carruaje a la Iglesia donde ya muchas personas estaban adentro para presenciar la coronación.

Marinette se veía hermosa en un vestido color oro, con unos detalles hermosos que además hacia resaltar cada parte de su cuerpo, tenía un hermoso recogido en su cabello y un simple maquillaje, haciendo que resaltara más su belleza natural.

Al llegar, todos en la Iglesia los recibieron con una reverencia, Marinette entraba junto a Adrien agarrando su mano, subieron unos escalones. y al estar frente del papa, Adrien fue sentado en una grande silla roja y Marinette a un lado.

Todos estaban pendiente de las palabras del Papa, menos los que recientemente serían nombrados reyes, Marinette sólo pensaba en qué planes tenía Adrien, a qué se refirió cuando dijo que se desharía de ella y él sólo deseaba que todo simplemente fuera un sueño y que su padre aún siguiera vivo, para así él no estar en esa situación, además de que su madre cada día se iba de su lado, no soportaría perder a alguien más, tal vez por eso pensó en hacerle el amor a Marinette, para que le diera un nieto a su madre y tal vez así ella al verlo se aferrara más a la vida y se quedara junto a ellos.

Después de que el papa terminara de hablar, por fin llegaron a la parte que muchos ya anhelaban, Marinette podía ver como el Papa ponía en la cabeza de Adrien una corona de oro, donde también se le fue entregado una vara del mismo material. Adrien se levantó de la silla y le pusieron una capa roja que lucía a la perfección con el conjunto blanco que llevaba puesto.

Marinette ve como él se dirige hacia ella ofreciendo su mano libre y ella de una se levanta de donde estaba sentada poniendo su mano arriba de la de él, bajaron los escalones y mientras pasaban por medio de las personas, ellos les hacían una reverencia. Ahora era oficial, los dos se habían convertido en los reyes de París.

Después de la coronación se realizó un gran banquete donde muchos bebían alcohol y bailaban bajo el permiso de sus reyes. Pero ni Marinette, y mucho menos Adrien, se estaban divirtiendo, sólo pensaban en cuando se acabaría aquel banquete para irse a dormir. Y así se pasaron las horas hasta llegar el amanecer.

Ninguno de los dos pudo dormir hasta que la última persona se fuera. Cuando el castillo por fin quedó deshabitado, cada uno tomó un baño en sus recámaras correspondientes.

- Majestad, yo pienso que sería lindo visitar a los niños, ya sabe que ahora tiene más responsabilidades como reina y ellos necesitan de su atención. - Comenta Alya quién estaba en la recama de Marinette sentada en un cómodo sillón y platicando cómodamente con ella.

- Alya, por favor no hay nadie, dime Marinette. - Le pide y ella asiente no muy convencida. - Cuando vaya al pueblo, quisiera visitar a mis padres, hace meses no sé de ellos. No tuve la oportunidad de verlos en la coronación ni en el gran banquete.

- Yo los vi está mañana cuando fui hacer unas compras, de hecho aquí tengo una carta que ellos te enviaron. – Alya le entrega un sobre blanco y Marinette que estaba leyendo un libro en el lugar de siempre, lo cierra rápidamente para tomar la carta.

- Que mala hija soy, ni les he escrito. - Se reprocha ella misma.

- No digas eso Majes... digo Marinette - Le dice Alya para animarla. – Ah, por cierto, tengo otra carta para ti, es algo rara pero aquí tienes.

Alya se la entrega y Marinette la ve atentamente, es una carta donde el papel es rojo con letras negras, además de que adentro llevaba también un par de aretes del mismo color.

- ¿Qué es esto? - Pregunta Marinette intrigada.

- No sé, ¿qué dice? - le pregunta Alya muy curiosa. Marinette la abre y empieza a leerla en voz alta.

- " Majestad, está usted cordialmente invitada al baile del Gran Maestro Fu. El motivo de su invitación es porque se le ha notado muy decaída y le aseguro que después de venir una sola vez en esta baila, querrá venir cada vez que se le invite.

Nota: Los aretes son un regalo, deberá traerlos cada vez que venga a la fiesta y por favor traer máscara puesta, nadie deberá saber su identidad ".

Marinette miró a Alya y la morena estaba sorprendida al igual que ella.

- ¡¡NO PUEDE SER, ESOS BAILES SON FABULOSOS, TIENES QUE IR!! - exclama Alya con mucha emoción.

Mi Reina( Marinette X Adrien ❤)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora