Capítulo 28

4.6K 481 37
                                    

Dos tragos de whisky y estoy listo para volver a la habitación de Ana para conseguir lo que tanto he deseado estos días.

Sacudiendo los restos de mi furia, subo la escalera y saco la llave del bolsillo para abrir la puerta, el silencio me hace pensar que ella tal vez está dormida.

— ¿Ana? — La encuentro sentada en la silla junto a la puerta de cristal del balcón.

— ¿Qué quiere? — Pregunta en un susurro.

— ¿Qué te pasa? ¿Estás llorando?

— No — Dice pero se limpia las mejillas — ¿Está muerto?

¿De verdad está preguntándome por el pobre bastardo? Debí sacarlo yo mismo de la maldita casa y arrastrarlo por todo el jardín delantero.

— Desgraciadamente, no.

— Me alegro — Suspira bajito y una expresión de culpabilidad aparece en si rostro.

La ignoro y saco del bolsillo de mi pantalón los empaques metálicos de los condones, lo suficiente ruidosos como para llamar su atención. Puedo notar cómo su respiración se agita.

— Si me acuesto contigo, ¿Me dejarías ir?

— Si. Tal vez... — Me paso la mano por el cabello — Aún pienso hacerte pagar esta traición.

Aflojo los puños de mi camisa y comienzo a desabotonarla. Sus ojos azules siguen el recorrido de mis manos, incluso cuando desabrocho el cinturón de mi pantalón de vestir.

— Esta es tu oportunidad de congraciarte conmigo, pero aún pienso azotarte por tus errores.

Deslizo la camisa por mis hombros pero no me quito el pantalón, camino hasta sentarme en el borde de la cama y estiro la mano hacia ella para que se acerque.

— No me hagas ir por ti — La amenazo — O será peor.

Sus dedos temblorosos se aferran a la silla antes de incorporarse, luego viene hacia mi con pasos lentos mientras deja caer el corto vestido que llevaba puesto. La tela se desliza suave por sus caderas y por un momento olvido respirar.

Lo único que lleva ahora son las bragas que saco por sus piernas, con tanta impaciencia que terminó lanzándolas a algún lado de la habitación. Tiro de su mano para echarla sobre mis rodillas, su abdomen en mi regazo.

— Antes de que te coja, voy a darte unos azotes para que no olvides que sólo yo puedo tocarte, ¿Escuchaste?

Ella permanece en silencio, así que levanto mi mano con la palma extendida y la estrello contra sus nalgas tan fuerte como me es posible.

— ¡Ah!

— Odio repetir las malditas cosas, ¿Escuchaste si o no?

Le doy una oportunidad antes de volver a azotarla. Cómo no responde, levanto de nuevo mi mano para darle fuerza al impulso.

— ¡Entendí! ¡Entendí! — Chilla y se remueve sobre mi regazo.

— Entendí, ¿Qué? — Insisto.

— Entendí, Christian.

— Deberás llamarme Señor Grey, chiquilla tonta, o puedes llamarme Amo.

— ¿Amo? — Balbucea — ¡No eres mi amo!

Se remueve de nuevo y no me queda más que volver a azotarla con fuerza. Ella chilla de dolor, la mano me duele por la fuerza que utilicé, pero la hermosa marca roja en su nalga me llena de excitación.

— Terminaré de azotarte porque quiero cogerte, y me importa una mierda si estás adolorida o no.

Mi agarre sobre su cadera y la brusquedad de mis movimientos solo consiguen hacerla sollozar. ¿Intenta manipularme? ¿Cree que soy tan estúpido como el jodido Sawyer?

— Ven aquí — La empujo para que se ponga de pie y le ato las muñecas con mi cinturón — Estira los brazos hacia la cama y más te vale no moverte.

Sus nalgas rojas es lo único que mis ojos distinguen con toda le excitación recorriéndome el cuerpo. Maldición, no puedo creer que esté al borde del colapso con tan poco.

Deslizo el pantalón un poco más abajo de mi cadera para liberar la erección que se presiona contra la tela. Estoy listo, esto es lo que necesito y lo único que quiero hacer es disfrutarlo.

Me coloco detrás de ella, mi miembro dirigiéndose por si mismo hacia su entrada listo para penetrarla. Antes de que lo haga, ella solloza.

— ¿Qué? — Gruño impaciente.

— No, nada... Estoy bien — Dice, pero el tono de su voz es muy bajo.

— Ana, ¿Qué mierdas ocurre?

Aún con las manos apoyadas sobre la cama, voltea el rostro hacia mí y puedo ver las lágrimas escurriendo por sus mejillas. Su nariz ligeramente roja y su labio inferior mordido con fuerza para contener otro sollozo.

— Voy a cogerte — Anuncio — Lo advertí.

Coloco las manos sobre su cadera para guiarla hacia mi y otro sollozo escapa de su garganta. Presiono mis dedos con fuerza contra su piel para que sepa que voy en serio, pero apenas tiro de ella vuelve a chillar.

— ¡Christian! — Solloza y se deja caer de rodillas sobre el piso — Lo haré, ¡lo haré! Solo dame un momento.

Sin desatar sus manos, las levanta para limpiar sus mejillas y puedo ver sus labios temblar.

— Solo un momento — Exhalo con frustración y subo un poco mi pantalón negro.

Cómo si hubiera dicho las palabras mágicas, Ana se levanta del suelo para subirse a la cama y se hace un ovillo en ella. La imagen es bastante desconcertante, parece un gato asustadizo bajo la lluvia.

Presiona sus ojos con fuerza y las lágrimas brotan de nuevo de sus ojos. ¡Esta debe ser una jodida broma! Por fin voy a tenerla de nuevo y ella hace un maldito drama por algo que ya me ha dado.

— Suficiente — Gruño irritado — Vuelve aquí, así acabamos con esto rápido.

Señalo el piso frente a mi para que vuelva a colocarse en cuatro, pero vuelve a dudar limpiando más lágrimas que escurren por su rostro.

Maldita sea.

¡Dijiste que la tomarías, Grey!

Esta es una jodida mierda que no previne. Quería que se entregara a mi voluntariamente, que ambos disfrutáramos de buen sexo antes de convencerla de ser mi sumisa.

¿Pero esto? Ana luce como un pequeño ratón que busca un escondite dónde protegerse de mi. Y en lugar de excitarme como pensé que lo haría, solo me provoca frustración.

— ¡Con una mierda! ¡Ven aquí ahora!

Le grito y señalo de nuevo el puesto frente a mi. Se endereza temblando mientras se acerca, pero no la dejo incorporarse de la cama, solo tomo sus brazos para liberar sus muñecas del cinturón.

Sus ojos azules confusos me miran, pero se equivoca si piensa que la estoy dejando ir. Lanzo el cinturón al piso y tomo su rostro con mis manos para besarla con suavidad.

Cambio de planes.

~ • ~


¡Hola!

Nuestro sexy tóxico favorito está en el puesto #1 de Oscuro 😯😯😯

*Se muere* Jajajajaja

¡Muchas gracias por leer, votar y comentar! Saben que las leo 😉😘

Oscuro (Libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora