Sabía que no iba a saltar sobre mi esa noche, pero el brillo en sus ojos me indicó el camino que debía seguir para lograr mi objetivo. Lo dejó claro, no quiere dinero de mi.
Y si lo pienso mejor, eso me da una ventaja. A fin de cuentas, no seré el primer hombre que finge interés para llevar a una mujer a la cama y luego botarla.
Se acurruca a mi lado el resto de la noche y paso una incontable cantidad de segundos viendo su pecho subir y bajar con tranquilidad. Piensa bien, Grey. Sabes qué hacer.
Me desperté primero que ella y envié a Taylor al Fairmont Olympic por el desayuno. Luego él podría volver a Escala a descansar mientras el otro tipo viene a hacer el relevo.
Coloco todo en la bandeja con mucho cuidado y agrego una pequeña rosa que traje del jardín. ¿Cursi? Si. Pero las mujeres aman esas mierdas.
Empujo la puerta con suavidad al tiempo que ella se incorpora en la cama, su cabello castaño es una maraña que le da un aspecto inocente. Sus ojos azules muy abiertos por la luz del sol.
— Buenos días — Sonrío dejando la bandeja en la cama.
— Buenos días — Tira de la sábana para cubrirse — ¿Qué es todo eso?
Su dedo gira sobre los platos de hot cakes, tortitas de huevo, fruta y cereal. Café y jugo de naranja para cerrar el trato.
— Me dijeron que no estás comiendo bien y me preocupa — Le doy una mirada de reproche — Como ya dije, no eres una prisionera.
— Pero no puedo irme — Gruñe.
— Me temo que aún no. Tómalo como unas vacaciones forzadas.
Su risa fingida empieza a alterarme los jodidos nervios, pero tengo que mantenerme en mi papel si quiero bajar su guardia. Mostrarme vulnerable para que ella genere simpatía.
— ¿Vacaciones forzadas? ¡Qué ganga! — Cruza los brazos sobre su pecho.
— Sé que estoy siendo un idiota y me disculpo por eso, pero no sé cómo demostrarte que me interesas más allá de la parte sexual. No soy bueno expresando mis sentimientos.
Me mira con el ceño fruncido, pero la intensidad de su mirada me dice que está valorando mis palabras. O por lo menos no las rechaza, así que sigo con mi discurso de autocompasión.
— Tal vez si pudieras dejarme demostrarlo con acciones, yo podría encontrar la forma de demostrarlo de una forma convincente para ti. A final de cuentas creo que lo sabes, soy un hombre inseguro.
Pestañea para salir de la ensoñación que le causaron mis palabras, seguro pensando en el bastardo que la estafó con palabras bonitas. Las mujeres desconfiadas prefieren acciones concretas.
— Debiste hacerlo de otra forma, aún creo que estás chiflado o algo así.
— Si, probablemente es cierto — Intento reír — Pero no sabes lo mucho que he extrañado tu compañía estos días. Es como necesitar algo que no estabas buscando.
Las palabras endulzan sus oídos y finalmente sonríe. Toma un hot cakes para enrollarlo y llevarlo a su boca, junto con un trago de jugo.
— ¿Me darás tiempo para demostrarlo? — Pregunto con tono esperanzado, como si fuera un jodido cachorro.
— Le voy a dar un consejo, Señor Grey. Dos palabras mágicas — Mueve sus dedos frente a mi y sonríe — Por favor y Como tú digas.
Quiero reírme a carcajadas porque en mi mundo yo ordeno y todos obedecen, todos excepto ella. Me obligo a sonreír y asiento para que crea que tiene razón.
— ¿Que hay por acá de divertido? Sé que no es tu departamento en el centro de Seattle.
— De hecho es una casa que compré hace tiempo, cuando aún me gustaba venir a navegar — Miro hacia el balcón que ahora tiene una protección metálica en él — Hay una piscina en el jardín trasero que tal vez te gustaría visitar.
Siempre y cuando no intentes escapar.
— Claro. Pero tengo que llamar a José, no me he presentado y seguro estará preocupado por mi.
— Ya me hice cargo.
— ¿Cómo?
— Le dije que habías tomado vacaciones, no te preocupes por nada. Incluso tu departamento estará seguro.
— Mierda. ¿Eres algún narcotraficante o algo por el estilo?
— No. Pero tengo dinero, y cuando tienes dinero tienes poder. Así es como funcionan las cosas en mi mundo.
Me mira por un segundo y sé que está conteniendo el aliento por lo que dije, pero no es ninguna jodida mentira. Nadie la buscará mientras yo tenga a Welch monitoreando las denuncias por desaparición.
— Entonces, ¿Piscina?
Le sonrío y ella sonríe en respuesta, pero el gesto dista mucho de ser genuino. Se incorpora de la cama para ir al clóset y abrirlo, las prendas que tenía en Escala y algunas cosas nuevas se encuentran colgadas al fondo.
Bebo mi café y corto el hot cakes en cuadritos para llevarlo a boca mientras ella se viste. Podría haber usado el baño de la habitación, pero lo hace frente a mi como si estuviera poniéndome a prueba.
— ¿Tú vienes a la piscina conmigo?
— Si.
Me levanto para ir a la otra habitación a cambiarme, aún llevo el traje negro que usé anoche en la puta fiesta de cumpleaños. El pensamiento de Camille sola en mi ático cruza mi mente con rapidez, pero desaparece cuando imagino a Ana en traje de baño.
Mierda.
Debí verificar que fuera un atuendo de una pieza.
— Largo, te llamaré si te necesito — Le gruño al hombre de Welch.
Necesito que despeje el pasillo y sobre todo, que mantenga sus jodidos ojos y manos lejos de la chica de los labios rojos.
Me pongo los shorts del traje de baño sin camiseta y voy descalzo hasta el pasillo. Espero al borde de las escaleras por ella, que viene con una toalla enredada en su cuerpo.
— ¿Lista? — Ella asiente.
Señalo el camino, bajando las escaleras y cruzando el pasillo de la sala hacia las puertas de cristal del patio. En un extremo del amplio lugar, se ubica la piscina rodeada de sillas y camastros.
La veo detenerse en el borde y desenrolla la toalla para lanzarla sobre la silla más cercana, pero me pierdo en mis pensamientos cuando la veo.
Un diminuto bikini de dos piezas en color rojo sobre su trasero y pequeños triángulos apenas cubriendo sus pechos.
Mierda.
Jugar al chico bueno será más difícil de lo que pensé.
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Oscuro (Libro #1)
Fanfiction¿Amor a primera vista? Nunca quise creer en eso, no soy el tipo de hombre que cree en esas estupideces. Pero ella despertó algo más allá de lo que antes había sentido. No era amor. Era obsesión. ~ • ~ La historia es mía, pero los nombres de los pers...