XVI

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Una razón más. Capítulo 16

Eran las 8:00 de la noche y apenas los alumnos se iban pues hubo una imprevista celebración en la cancha para los jugadores y claramente para el entrenador, donde este Morgan fue llenado de espuma, la pequeña celebración saco risas junto con nuevas experiencias para cada uno de los presentes, Spencer se la paso increíble y más cuando al Alfa lo llenaron de espuma pues su rostro no tuvo precio, aun que el mayor al darse cuenta de la risa del menor corrió hacia el y lo embarro también en espuma.

--jajajaja, no, para Morgan –pidió el omega entre risas, pues toda la celebración le hacia sentirse embriagado en felicidad, olvidando todo, la parte en la que Morgan le llamo como suyo, incluso la parte en la que involuntariamente veía en algunas ocasiones de este día como la Omega de perfecto cuerpo y nombre Savannah estaba aferrada a Morgan.

--esto es para que no te burles, omega –contesto con risas, sin saber que ambos crearon una perfecta escena en donde los más observadores veían en amor que destilaban, uno de esos observadores fue Gideon, el director y el mayor de toda esta institución, que los veía con seriedad, preguntándose ¿Cuándo había pasado eso?, tuvo claro que más adelante le preguntaría Spencer, por el momento le dejaría divertirse.

Y así fue como se paso la noche, hasta que los maestros y algunos alumnos restantes se encargaron de recoger pues los de intendencia ya se habían ido, además no era justo dejarle todo el trabajo que ellos ocasionaron, a pesar de que había alumnos los maestros decidieron dejar salir su niño interior, persiguiéndose y gritándose, aunque claramente había unos aguafiestas como por ejemplo una maestra sustituta llamada Savannah, que veía a los demás maestros con suficiencia, comentando en su mente de ellos cosas para nada amables, cuando dicha omega estaba a punto de recoger una botella de agua, algo o mas bien alguien la hizo caer.

--agh, ¿Qué carajos? –exclamo irritada, sacudió su cabeza y volteo a ver quien fue el responsable, pero frente a ella no había nadie, pero al lado de ella le llego un olor a frambuesas y era nadie más y nadie menos que el omega que amenazaba con quitarle a su Alfa.

--oh, lo lamento tanto, deja te ayudo – dijo arrepentido Spencer parándose lo más rápido posible para ayudar a la Omega, tendió su mano, pero la contraria golpeo su mano rechazándola

--aléjate de mi engendro –exclamó, mientras se paraba y se iba dejando a un Spencer sin palabras y abrazando su propia mano, se quedó ahí por unos segundos hasta que el llamado de Prentiss le saco de su trance

--hey, pareció que tu alma se había ido –bromeo la Alfa mientras llegaba frente, cuando llego frente a él, frunció su ceño, pues el aroma que Spencer manifestaba era irregular como si algo le hubiera molestado –¿todo bien? – preguntó viendo al Omega, el menor la vio y cambio su expresión a una más relajada, sonriendo asintió

--claro, ¿ya nos podemos ir? –preguntó y la respuesta de la Alfa fue un asentimiento desconfiado –excelente entonces te veré mañana, a las 7:30, adiós – dijo y empezó a caminar a la salida dejando a una Alfa desconcertada.

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