XXIII

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Capitulo 23. Una razón más.

El ambiente ahora era tenso y triste, solo faltaban 5 minutos para que los alumnos empezaran a llegar, tal vez todos los que están leyendo esto piensan que es ridículo la reacción del Omega, ridículo el que se sienta traicionado y triste por el amor de niños pequeños, que el amor entre la edad de 8 y 10 es ridícula, ¿Qué van a saber los niños del amor? La respuesta es demasiado, es pura y relajada, da unas ondas y sensaciones que se podría decir que los niños pueden encontrar a su alma gemela sin siquiera pensarlo. Por lo cual es por eso por lo que Spencer, el Omega que tuvo que madurar en una edad tan joven con el don de la memoria eidética se siente tan traicionado por Morgan, el Alfa que en algún momento le había dicho "Te amo", pero que se había ido sin decir un adiós, nos veremos luego.

--no fue mi intención, era apenas un niño al que en la madrugada lo levantaron para ir al carro y nunca regresar a la casa donde un pequeño Omega lo estaría esperando en su respectiva casa– respondió preocupado acercándose al menor.

--y aun así te esperaba cada día y tarde en el maldito parque, intentando olvidarte a pesar de casi 9 años– exclamó alejándose de él.

Esto no era lo que el Omega interior de Spencer quería, pero esto era lo que Spencer quería, una explicación, llorar y luego perdonar, porque era claro que lo perdonaría. . .pero se estaba descargando al saber que al fin tenia a su Alfa frente a él, el mismo Alfa que lo dejo y no pudo despedirse, no pudo decirle nada, ni una maldita queja.

--Spencer. . .yo también sufrí– comentó Morgan intentando recuperar su compostura, esto no pensaba que pasaría cuando todo se revelara. . .el solo se esperaba una risa y un beso en los labios, no una pelea.

--Pregúntame con cuantos alfas o betas estuve– pidió y Morgan se tensó pensando en cuantos habían tocado a su Omega

--¿Cuántos? –pregunto después de varios segundos, Spencer levanto los brazos y los dejo caer

--ni uno, porque no quería volver a sentir la porquería del amor, porque no lo sentía correcto– confesó y tomo la camisa del Alfa haciendo puños

--Spencer– el mayor menciono su nombre haciendo que este se estremeciera, ¿Cuántos minutos faltaban para que los alumnos llegaran? . . . un minuto.

--por que una parte de mí nunca te olvido. . . las desventajas de tener memoria eidética– comentó Spencer y se paro de puntillas para alcanzar los labios de Morgan, de Frank, de su Alfa.

Ambos como película o libro cliché se encontraban ahí en la entrada de un salón deshabitado con ahora la campana sonando anunciando que los alumnos se deben de dirigir a su clase, ambos no se querían separar, se podía notar en la posición que habían tomado Spencer abrazándolo y Morgan sosteniendo sus mejillas, pero la magia acaba y se separaron, soltaron una pequeña risa, el menor tomo un respiro y se metió al salón dejando afuera al profesor de deportes.

Los alumnos empezaron a entrar al salón, los observadores sabían que algo pasaba con su maestro que se veía que peleaba con sus sentimientos por la forma que se comportaba, mientras que los demás solo se preocupaban por el próximo y ya cercano baile de bienvenida.

--silencio chicos, empecemos la clase– exclamó Spencer y la clase empezó 

Una razón másDonde viven las historias. Descúbrelo ahora